pablo ramos
23-ago.-2008, 10:47
Hace años, pero de años años, los griegos, se juntaron unos griegos en su ágora, y cansados ya de siempre lo mismo, inventaron las olimpíadas en honor a los dioses del olimpo, que era un bar al que .solo iban los dioses a chuparse, y ya chupados, dejaban entrar a algunas diosas porque, ya se sae, la carne es débil, y con vino encima, peor.
Lo concreto es que, desde luego, el centro del asunto era el fútbol, un poquito de básquet, y después le fueron agregando toda la hojarasca, carreritas, salto, la garrocha, las postas, unas canoitas, en fin, de todo para rodear el espectáculo central. Así fue, aunque la historia oficial diga otra cosa, me cago en la historia oficial.
Y cada cuatro años, hay desde entonces estos juegos olímpicos, donde se reparte incontables cantidades de medallas y medallitas para que todos se queden de algún modo contentos de participar, y se pueda lavar unpoco de moneda, todo para rodear el espectáculo central, único, la medalla que siendo igual que las otras para morigerar la envidia, siguen siendo también la que debería ser de diamante, para que la gane el mejor, que, como ha quedado demostrado una vez más, es aquel paisito doliente del sur, la Argentina.
Allá, en el Bar Olimpo, los dioses elevan sus copas, y aquí este pobre mortal también, para loor del más grande.
Lo concreto es que, desde luego, el centro del asunto era el fútbol, un poquito de básquet, y después le fueron agregando toda la hojarasca, carreritas, salto, la garrocha, las postas, unas canoitas, en fin, de todo para rodear el espectáculo central. Así fue, aunque la historia oficial diga otra cosa, me cago en la historia oficial.
Y cada cuatro años, hay desde entonces estos juegos olímpicos, donde se reparte incontables cantidades de medallas y medallitas para que todos se queden de algún modo contentos de participar, y se pueda lavar unpoco de moneda, todo para rodear el espectáculo central, único, la medalla que siendo igual que las otras para morigerar la envidia, siguen siendo también la que debería ser de diamante, para que la gane el mejor, que, como ha quedado demostrado una vez más, es aquel paisito doliente del sur, la Argentina.
Allá, en el Bar Olimpo, los dioses elevan sus copas, y aquí este pobre mortal también, para loor del más grande.