W Borges-EL Grande
30-jul.-2008, 10:06
Elegía para mi amor perdido
Moriré escuchando tu caprichosa voz que se niega callar,
mis lágrimas no dejarán de llorar hasta que de mi ser brote el último latido.
Mis suspiros incontables se enredarán en el viento
y una poesía florecerá en el círculo de mi silencio.
No habrá tarde que sece de broncearse en torno a ti.
Luminosa en el borde de una clara mañana
encierras mi canto que no logra respirar
bajo el verso natural que me brindan los confines de las palabras.
Caerá, una tras otra cada alba lluviosa,
llegaran como las estrellas las tardes negras
y mis suspiros negros de dolor
se contarán como los granos de arena en una playa lejana.
Mis días fuertes presentes llegarán ha ser tan frágiles
llevándote en la frente
y cuando aparezcan las estrellas que oscurecerán mi crepúsculo…
yo seguiré regando de dolor el recuerdo que me une a ti mi gran amor.
Me dejaste, como dejan a la tierra los rayos de una llena plateada
cuando se levanta la alta madrugada.
Posare tu recuerdo en el centro de mi cuerpo,
este navegará en su mismo mar,
pues todo en mi en derredor no te deja de llorar.
Hasta las hojas secas del árbol de mi olvido
se niegan ha caer sobre el jardín del vasto tiempo;
aunque las agita el silencio.
Solo estas aquí, pero yo me niego ha aceptar que te perdí.
Israel W Borges, "Suspiro 9",1994
[email protected]
Moriré escuchando tu caprichosa voz que se niega callar,
mis lágrimas no dejarán de llorar hasta que de mi ser brote el último latido.
Mis suspiros incontables se enredarán en el viento
y una poesía florecerá en el círculo de mi silencio.
No habrá tarde que sece de broncearse en torno a ti.
Luminosa en el borde de una clara mañana
encierras mi canto que no logra respirar
bajo el verso natural que me brindan los confines de las palabras.
Caerá, una tras otra cada alba lluviosa,
llegaran como las estrellas las tardes negras
y mis suspiros negros de dolor
se contarán como los granos de arena en una playa lejana.
Mis días fuertes presentes llegarán ha ser tan frágiles
llevándote en la frente
y cuando aparezcan las estrellas que oscurecerán mi crepúsculo…
yo seguiré regando de dolor el recuerdo que me une a ti mi gran amor.
Me dejaste, como dejan a la tierra los rayos de una llena plateada
cuando se levanta la alta madrugada.
Posare tu recuerdo en el centro de mi cuerpo,
este navegará en su mismo mar,
pues todo en mi en derredor no te deja de llorar.
Hasta las hojas secas del árbol de mi olvido
se niegan ha caer sobre el jardín del vasto tiempo;
aunque las agita el silencio.
Solo estas aquí, pero yo me niego ha aceptar que te perdí.
Israel W Borges, "Suspiro 9",1994
[email protected]