El Dios bíblico era muy pro vegan. Inventó las plantas para que los seres humanos y los animales comieran. Pero resulta que hay también animales carnívoros y plantas carnívoras.


29 Entonces Dios dijo: «¡Miren! Les he dado todas las plantas con semilla que hay sobre la tierra y todos los árboles frutales para que les sirvan de alimento. 30 Y he dado toda planta verde como alimento para todos los animales salvajes, para las aves del cielo y para los animales pequeños que corren por el suelo, es decir, para todo lo que tiene vida»; y eso fue lo que sucedió.





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Nueva York— Como el refinado caballero victoriano que era, Charles Darwin naturalmente gravitaba hacia lo macabro, y pocas cosas lo fascinaban tanto como las flores rebeldes de la cadena alimenticia convencional: las plantas carnívoras. Experimentó con ellas y escribió tratados mayores al respecto. Calificó a la venus atrapamoscas, con su elaborada trampa de pelos y su letal brebaje de jugos digestivos, como “una de las plantas más maravillosas del mundo”.

Comparó la planta drosera, reluciente y de tentáculos góticos, como “el animal más sagaz”, y señaló: “Me aferro a la drosera hasta el día de mi muerte”. A lo cual una drosera sagaz pudo haber bien respondido: “Gracias, pero prefiero una libélula”.

Como revela un botín de nuevas investigaciones, los biólogos aún se aferran a las plantas carnívoras, y aún se descubren detalles sorprendentes sobre la anatomía, evolución, bioquímica y tácticas de caza de lo que Rainer Hedrich de la Universidad de Wurzburgo califica como “las carnívoras verdes”.

Un grupo últimamente ha determinado que una planta sarracena en Borneo complementa su dieta insectívora con la ayuda regular del guano de murciélago, atrayendo a éstos para que se posen –y evacuen– en su copa delgada de una hoja modificada al transformar su figura para igualar con precisión el llamado de geolocalización de los murciélagos.

Otro equipo ha casi decodificado por completo la secuencia genética de la venus atrapamoscas –que es prácticamente del mismo tamaño que el genoma humano– y encontraron indicios de que, en algún momento de su historia evolutiva, la planta pudo haber importado de sus presas genes relacionado con los nervios que permitieron a los mecanismos de captura de la planta cerrar con mayor rapidez.

Otros investigadores han comparado las proteínas y las hormonas encontradas en el fluido digestivo de las plantas carnívoras con moléculas similares activas en plantas no carnívoras y concluyeron que una buena ofensiva nació de una buena defensiva. Las plantas carnívoras, argumentan los investigadores, se hicieron de poder para pulverizar y absorber a sus presas al recanalizar las defensas químicas que las plantas ordinarias emplean para alejar a los insectos herbívoros, convirtiendo efectivamente escudos en espadas.

O en palos para selfies. Paulo Minatel Gonella de la Universidad de São Paulo en Brasil y sus colegas reportaron en fechas recientes en la publicación Phytotaxa haber identificado una nueva especie espectacular de drosera con la ayuda de las redes sociales.

Después de ver fotografías de la planta publicadas por un naturalista aficionado en Facebook, los investigadores viajaron al lugar específico, en una montaña aislada en el suroriente de Brasil, y confirmaron que la drosera era nueva para la ciencia.

Con tallos que alcanzan los 1.52 metros de altura, la drosera magnifica prácticamente califica por un boleto para ser un “horror” y es la especie de drosera más abundante en el Continente Americano. Con el bulto de sus tentáculos rosados y adhesivos que envuelven a la presa, el tallo de la drosera se parece en mucho a un kebab gigante de insectos.

No obstante, aunque la imagen de la drosera magnifica se ha hecho viral, los investigadores advierten que la real pronto podría extinguirse, con un hábitat amenazado por las plantaciones de café y eucalipto.

Los investigadores ven a las plantas carnívoras como un modelo en el cual explorar un rango de grandes preguntas, incluyendo cómo los organismos se adaptan a la adversidad extrema y la escasez, y cómo seres sin músculos o cerebro pueden superar a seres móviles con ambos.

Las plantas carnívoras también podrían producir hallazgos prácticos. Hedrich señaló que ciertas encimas de plantas carnívoras se mantienen excepcionalmente estables bajo las condiciones de acidez y calor extremos que suelen destruir la mayoría de las enzimas de las plantas.

“La industria podría aprender mucho sobre cómo fabricar enzimas más tolerantes a condiciones extremas con el solo hecho de estudiar la venus atrapamoscas”, agregó.