La peli del foro-ojo sólo historia.

[Don Titiux]

Bueno como yo lo aclaré será única y exclusivamente para escribir la historia osease el guión. Lo único que se les pide es que sea conforme al hilo conductor que en este caso planteará dark y no modificar los perfiles. Cuiden su HORTOGRAFÍA (jejeje como me gusta hacer eso) y sean buenos.
Gracias a todos lo que han decidido coolaborar con la historia... todo tuyo dark!

[Cristal del Mar]

Vaya! Ya se empieza a poner interesante la pelicula desde sus comienzos. Sigan echandole ganas, eh?

[nahomy]

que paso con esa historia ahs

[DarkWarlock86]

O dios..... me he ausentado intencionalmente durante estos días para ver si alguien que no fuera yo era capaz de empezar la historia/peli, o lo que sea. Pero ya veo que pocas ganas hay. Asi que, de mala gana y sin poner mucho esfuerzo le daré un empujoncito a esto empezando la historia. No respondo si esto llega a quedar demasiado frikoso....

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"Esta misión es de vital importancia. El destino de la batalla, no, de la guerra, no, DEL MUNDO ENTERO dependerá del resultado. ¿Quienes tendrán las habilidades necesarias para salir airosos de esta dura prueba? ¿Quienes serán capaces de otorgar a las fuerzas del bien esa victoria que tan desesperadamente se necesita? Sin duda, este tipo de misión requiere de un equipo ESPECIAL. ¿Acaso sera el grupo de experimentados veteranos entrenados para trabajar como un equipo? NO. Ellos no. ¿Sera acaso entonces ese indisciplinado grupo de ex-mercenarios de barrio bajo y de carácter violento y traicionero que buscan estafar a su comandante mientras tratan sutilmente de matarse unos a otros? Si. Exactamente. ELLOS".

http://tvtropes.org/pmwiki/pmwiki.ph...BunchOfMisfits

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De los cientos de naciones, reinos e imperios majestuosos que habían existido a lo largo de la historia de las razas mortales, ninguno había podido igualar nunca en poderío y esplendor al glorioso Imperio de Balagion. A lo largo de sus 2.000 años de existencia, los humanos de Balagion habían resistido con determinado estoicismo invasiones bárbaras, pestes, hambrunas, golpes de estado, rebeliones, cataclismos divinos, cultos demoníacos, ejércitos de trolls enfurecidos, archimagos megalómanos, dragones rampantes y cuantas plagas y desgracias son capaces de concebir las caprichosas voluntades de los inmisericordes dioses.

Mas sin embargo, existía una última prueba para la cual Balagion nunca había estado preparado. Una catástrofe que ni sus inexpugnables murallas, poderosos ejércitos o versados magos sacerdotes hubieran sido capaces de predecir o prevenir.

Un trono vacío.

Los rumores se habían extendido tan rápido como el voraz aliento de fuego de un dragón, consumiendo por igual a los cortesanos de la alta sala del trono y a los parroquianos de las mas bajas tabernas. Y aún así, ni una sola de las docenas de versiones diferentes de la historia podía dar una explicación satisfactoria sobre la misteriosa y abrupta desaparición de de La Emperatriz Ofelia.

Heredera de una dinastía de 40 generaciones de Emperadores, Ofelia había sido ungida con el derecho divino a gobernar a la edad de 21 años. Desde entonces, todo Balagion había sentido el preciso e inquisitivo puño de hierro de la Emperatriz durante los últimos 26 años.

Y de repente, de todo aquello ya no quedaba mas que un majestuoso trono de ónice sin un gobernante que se sentara en el.

Desde contratos demoníacos no cumplidos hasta conspiraciones de asesinato, pasando por castigos divinos y escapadas con amantes, las explicaciones que todo el Imperio trataba de dar para justificar la desaparición de la Emperatriz recorrían toda la gama desde lo mas místico hasta lo mas banal. Incluso los sabios magos sacerdotes de La Alta Orden de Los Últimos Días, que trataron de resolver el misterio utilizando avanzadas técnicas arcanas y poderosos conjuros de adivinación, no lograron llegar a otra conclusión mas allá de la mas obvia: La Emperatriz Ofelia simplemente se había esfumado de la faz de la tierra, sin dejar rastro alguno.

Y en este vacío de poder, tres figuras se alzaban para guiar las riendas de Balagion.

... O bueno... solo se podía decir que dos de ellas lo intentaban.

Por un lado estaba Lord Parzival, senescal, consejero y mano derecha de la desaparecida emperatriz y uno de los hombres mas poderosos y respetados del imperio. Durante los ultimos dos meses en que Balagion habia estado sin Ofelia, Lord Parzival habia asumido las riendas del poder con metodica eficiencia, evitando que el imperio degenerara en una orgia de revueltas y luchas por el trono. Incluso habia no pocas lenguas en la corte que lo relacionaban con la desparición de la poderosa gobernante... pero aún asi la ciega lealtad de Lord Parzival habia sido probada muchas veces... y aunque fuera de otra manera, de todos modos no hubiera podido acceder al trono, debido a ese pequeño problema....

La segunda figura de autoridad que habia evitado que Balagion se desmoronara ladrillo por ladrillo era Lord Nietzschedar, supremo general de los ejercitos del imperio, famoso y temido entre sus enemigos por su pasatiempo de criar enormes y voraces cancerberos de tres cabezas que solía soltar sobre las filas enemigas. Su aire autoritario, capaz de doblegar a las voluntades mas férreas, se veía acentuado por su abundante y poderoso bigote.

Si Lord Nietzschedar no se había dedicado en los últimos meses a fortalecer su influencia en la corte era porque dos asuntos que amenazaban la seguridad del imperio requerían su atención y la de sus ejércitos. Por un lado, las provincias del Norte estaban estaban siendo arrasadas por hordas barbaras dirigidas por un jefe guerrero cuya ferocidad ...

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[Nietzscheano]

… había ido en crecida desde que por todo el reino corrió el rumor de la desaparición de la Emperatriz. El otro asunto, su corazón cada vez se debilitaba más, sentía que ese pequeño problema iba a desatar una hecatombe para el Reino de Balagion.

Tenían que hacer algo, ese pequeño problema estaba dejando fuera de la contienda a los únicos dos seres en el Reino que podían darle armonía y estabilidad a Balagion. Mientras no hubiese una ida o un regreso, sólo Lord Parzival o Lord Nietzschedar eran capaces de guiar al reino por sendas gloriosas. Pero las mentes de ambos se veían acosadas por ese pequeño problema.

La Sumo Sacerdotiza de La Alta Orden de los Últimos Días, Darianella, había predicho que ese pequeño problema acarrearía desgracias para el reino y hoy, ante la desaparición de la emperatriz, el oráculo estaba haciéndose más que latente. Lo malo? Darianella yacía en su lecho de muerte y ya nadie se acordaba de sus años de gloria cuando guió a la nación a una era de lucidez espiritual. Darianella vio nacer a la dinastía y hoy veía con pesar como la misma desaparecía debido a los pecados de la última emperatriz. Nadie más que Darianella sabía que un Ser Supremo, un semidiós de los que ocupan “Los Cinco Tronos” había descargado toda su ira contra la Emperatriz Ofelia. Nadie más que ella sabía que 1000 años de dinastía habían caído, 40 generaciones pasaban a la historia, nadie más lo sabía… Y nadie más que ella tenía en su poder la respuesta, La Gran Llave.

Mientras Lord Parzival y Lord Nietzschedar se encargaban de mantener unido el Reino de Balagion, uno en la cúpula, el otro desde fuera, luchando cada uno contra sus propios demonios a la vez que luchaban contra los cismáticos que veían en la desaparición de la Emperatriz Ofelia una oportunidad para imponer su tan aclamada anarquía, una fuerza oscura crecía desde lo más profundo del Reino.

La situación era casi insostenible. Lord Parzival apostado en el suelo, en una esquina de su despacho oval, pensaba, meditaba, cavilaba, incluso algunos decían que hasta lloraba de desesperación por no saber nada sobre el paradero de su reina. Esa mezcla de sentimientos incluía rabia y duda al no saber tampoco, en qué momento, Hamlet la anarquista, se convirtió en su enemiga. Mientras Lord Parzival se debatía entre la duda y la tristeza, algo que nadie esperaba pero que todos temían, sucedió: el Norte fue tomado por Ichimar. El líder de las hordas bárbaras había por fin vencido a las tropas del reino y los ejércitos de Lord Nietzschedar habían caído. Nietzschedar había sido vencido y el peligro real estaba apenas iniciando.


- Pequeña DaMiTa, guarda esto como tu propia vida. No se lo muestres a nadie, tú sabrás cuando llegue el momento de hacerlo. Le dijo Darianella a esa personita que se había encargado de sus cuidados durante las últimas lunas. Lo dijo, tosió y exhaló un suspiro. Luego un enorme trueno hizo estruendo por todo el reino, era la señal que ya nadie recordaba, la maestra y profetiza de incontables años había al fin dado su último respiro. Ese papiro enrollado, amarrado con una finilla tira de algo parecido a un cordón de cáñamo y sellado con cera, contenía la verdad, era la solución, era La Gran Llave.



- No es posible! Dijo Kenyber, uno de los que ocupaban Los Cinco Tronos, y el silencio fue sepulcral. Ninguno de los cinco se atrevía a decir nada. Frente a ellos, Chórizoman, el consejero ancestral de los semidioses que ocupaban Los Cinco Tronos, preparando el fuego y los inciensos para el rito que se advenía con la llegada de la luna llena. Su mente no se desprendía da la brillantez del relámpago de hace unos segundos y su corazón se inquietó de manera inexplicable.
Retomó la palabra Kenyber: - No es posible que Ichimar haya logrado confabularse con Hamlet la anarquista, son de polos opuestos, no es posible! Qué será del Reino ahora que la emperatriz ha desaparecido y Lord Nietzschedar ha sido derrotado??
- Porque te preocupas por los Balagiones, si son simples mortales?? Ya te ha dicho nuestro padre Admines que los dejes, que hagan lo suyo con lo que tienen! Dijo Laloreber.
Kenyber no dijo nada, pero hizo un gesto de desaprobación. Él, más que ninguno de los cinco, sabía que Admines no era su verdadero padre, pero no se hacían a la idea de ser huérfanos.
Mientras esta conversación se daba y los semidioses esperaban la llegada del círculo blanco en el cielo, en la mente de uno de los semidioses había regocijo. Por fin se había vengado de la estirpe de los mil años, por fin!!


De esa tercera figura capaz de ostentar el poder en Balagion nada se ha dicho porque…

[Nietzscheano]

Como nadie siguió con esto de la peli, y Dark, desapareció, retomo. Esperemos que alguien siga después de mi.


...yace bajo las sombras y ahora más que nunca sale a la luz sólo ocasionalmente para deleitarse con las bajezas de los balagiones ahora que no hay líderes que guíen al pueblo por las sendas gloriosas que durante 2000 años han coronado su existencia.
Así es, esa tercera figura que nadie creyó que alcanzaría el poder y que sin embargo ahora más que nunca lo tiene todo de su lado es ese mismísimo semidiós que hace un momento se regocijaba con la desaparición de la Emperatriz Ofelia.

Justo después de quemar los incienso del ritual en la región de Los Cinco Tronos, NeoNastro865, el fiel pero detestable mozo del palacio de la Emperatriz Ofelia, había enviado 7 palomas negras con rumbo a Los Cinco Tronos con el único fin de comunicar a su único líder y, sí, su creador, que DaMiTa yacía en los calabozos de Palacio y que nadie lo sabía, sólo él. Esto se lo enviaba a comunicar al semidiós Titón y además le decía que La Gran Llave estaba segura y bajo su maligno poder.

Ante la llegada de las siete palomas negras y luego de conocer el mensaje, Titón no pudo evitar sonreir de una manera tan nefasta y cruel que hasta las nubes crujieron ante esa sonrisa diabólica. Porque sí, los balagiones habían olvidado a su gran Maestra Darianella, pero Titón esperaba el momento de su muerte porque la clave estaba en ella. Y luego pensó: qué es más fácil que arrancarle la verdad a una balagiona débil e insignificante como DaMiTa, la poseedora de La Gran Llave.

Lo que Titón no previó en ese momento y nunca prevería hasta la hora del desenlace, era que DaMiTa no había sido elegida por la gran profetiza Darianella al azar sino que poseía una fortaleza que incluso ella misma desconocía.

Mientras esto sucedía en la región de Los Cinco Tronos, en el Reino Lord Parzival había enlistado a cinco de los más valientes y osados caballeros del Reino, cinco caballeros que aún se mantenían fieles y ajenos al poderío anárquico de Ichimar y Hamlet, para dirigirse al Norte.
Darianella en sueños le indicó a Lord Parzival que Nietzschedar no había perecido aún y que yacía tal cual árbol derribado, pero asido aún a sus raíces, en un lugar del que sólo no podría salir. Le dijo además que la respuesta al enigma de ese pequeño problema que acechaba las mentes de los dos más valientes balagiones estaba en los parajes de la muerte que ahora mismo recorría Lord Nietzschedar. Sólo en ese lugar encontrarían la respuesta de ese pequeño problema.

Titón, desde su trono y avisado por Neonatro865, veía con recelo el viaje redentor de Lord Parzival y la furia, pero principalmente la envidia invadió su corazón.
- ¿Cómo puede ser posible que Lord Parzival olvidé todo el pasado y se dirija hacia el Norte a rescatar a Lord Nietzschedar que debe estar siendo comida de gusanos en este momento? ¿Qué va a rescartar, comida de buitres? ¿Olvida ya cómo Nietzschedar dejó morir a su hermano en la batalla contra los ognómanos? Dijo Titón con una ira exaltada.

- ¿A qué se debe tanta revuelta? Le dijo Kenyber a Titón después de escuchar su gritería.

- Malditos balagiones! Alcanzó a decir Titón saliendo de la habitación. Sin embargo Kenyber no prestó mucha atención pues la tristeza lo embargaba al ver la decadencia anárquica que estaba invadiendo a su querido pueblo, los balagiones.

Mientras tanto en los calabozos de palacio se oía el tierno llanto de una pequeña personita que se preguntaba a qué se podía deber su mala fortuna. Y mientras sollozaba, una voz fuerte pero tierna que venía del lado más oscuro de las barracas le dijo: ...


Tito, a ver si tú sigues o qué...???

[Nietzscheano]

No llores. La Gran Llave no está en el papiro, La Gran Llave eres tú. Y Titón lo sabrá.

Hace años, cuando La Alta Orden de los Últimos Días aún era esa institución que todos respetaban, la Sumo Sacerdotiza Darianella me vaticinó que sería testigo, que vería La Gran Llave revestida de lágrimas bajo la más grande oscuridad. Que esa sería la marca, la señal del fin de mis días. Hoy puedo morir tranquilo porque sé que estás. Al fin comprendí esas palabras de la Sumo Sacerdotiza. Hoy te veo llorar y sé que estás, que existes. Hoy puedo dar mi último suspiro.

Así lo dijo, suspiró y murió. Ella, DaMita, no supo quién era, no supo cómo era su rostro, pero esa voz permaneció en ella por muchas lunas y le hizo pensar en que el destino, Darianella, la había marcado para siempre.

Quién habló y quién murió fue Charpex, el último gran guerrero de la estirpe de los Berenjenos, ese grupo que le fue fiel al Padre de la Emperatriz Ofelia hasta el día de su muerte y a los cuales Ofelia había culpado, y después exterminado, de la muerte del Rey y de su precoz ascenso al trono. El último de la estirpe, el último gran guerrero, Charpex, había muerto cumpliendo su más grande misión, la última, para la cual nació. Hacerle ver al oráculo que era el oráculo. Ahora ella sabía que era La Gran Llave. No sabía porqué ni para qué, pero lo sabía y eso le daba paz a su corazón.

Soles y lunas, vientos y aguas, fríos y calores. Eso había pasado ante los ojos de Lord Nietzschedar en sus días de convalecencia. Ya los cuerpos de mil soldados hedían de pudredumbre, ya los gusanos carcomían las caras de sus compañeros de batalla y ya el temía lo peor. De pronto una voz: - Mi señor. Es él. Aún vive. E inmediatamente después, ante sus ojos , casi llenos de mortandad, apareció impecable y con una gran sonrisa en su rostro, extendiéndole una mano, Lord Parzival. - Amigo. Dijo. Lord Nietzschedar no dijo nada. En ese momento descansó, durmió. No sintió el viaje. Despertaba sólo a comer, dos veces al día, como siempre y luego dormía más. Al tercer día lo despertó la voz de PePePe, el gran soldado. Señor, Lord Parzival desea hablarle.

Lord Parzival le dijo que lo dejaría en la vieja hacienda de Malicita. Ella curaría sus heridas, procuraría su bien y él regresaría en dos o tres días y traería noticias y un plan de acción para regresarle el orden a Balagion. Tomó sus manos, sonrió y juró que juntos traerían nuevamente la paz al pueblo. Después le explico que en sueños la Sumo Sacerdotiza le hizo ver que la mano oculta detrás de todo este maligno plan era Titón. Que él había asesinado con sus propias manos a la Emperatriz Ofeliz y que tenía secuestrada a DaMiTa, La Gran Llave. Al final sólo dijo: ese pequeño problema está resuelto, sé que mi hermano, NWAtrapadiú, no murió por culpa tuya. Nietzschedar sonrió y durmió como un niño, como hacía siglos que no dormía. La paz había regresado a su corazón...