Hola a todos:
Escribo porque me apetece desahogarme un poco, y si ya de paso alguien comparte experiencias, consejos, historias de superación, o de caídas y recaídas, genial.
No voy a ser muy explícito. No se trata de contaros con todos los detalles este tema,ni en entrar en gustos sexuales, parafilias, fetiches o morbos varios. No es lo importante, creo.
Desde bien jovencito me ha gustado el porno. Qué novedad, ¿no? ¿Y a quién no le gusta? Es una actividad divertida, entretenida, excitante... una pasada. Además, todo el mundo lo ve, así que es hasta saludable. Y esto es así en la mayoría de las personas, no me cabe duda. Pero no es mi caso. En mi caso es, estoy seguro, una enfermedad.
Con el tiempo, ahora lo sé, mi afán de ver pornografía ha ido en aumento. Cada vez he cruzado más fronteras, y he terminado aficionándome un porno cada vez más duro. Mi cerebro, he leído algo sobre el tema, es adicto, como el de todos, a cierta hormona que se segrega con actividades placenteras. Y como buen adicto, cada vez quiere más, así que he ido buscando contenidos más extremos. Esta hormona se llama "la hormona de la recompensa".
Hasta que un día descubres los chats, y empiezas a hablar con mujeres y hombres que están en tu situación, y que necesitan interactuar de manera "inocente", y eso te parece una pasada. Al principio. Porque después te das cuenta que no solo quieres hablar, también necesitas ver. Empiezas con las fotos, con los vídeos, y cuando te quieres dar cuenta tienes una cuenta falsa de Skype para poder tener encuentros online. Cibersexo. Mientras dura la cita es fantástico. Además, con un poco de paciencia es fácil encontrar en estos chat a personas que tienen las mismas parafilias que tú. Porque ya no quieres ver a otra persona solamente, quieres verla mientras hace algo determinado que te excita. Ponte así, ponte asá, dime esto, dime esto otro... A cada uno le gusta una cosa. Pero vamos, que sigue la escalada.
Luego, gracias a una de estas parejas cibersexuales, descubro una aplicación para teléfono móvil llamada XXXX. Mensajería instantánea, que no deja rastro, pero con un gran aliciente: grupos de gente con afinidades sexuales, a los que te puedes unir. Y hay de lo que quieras. Voy intentar seguir siendo críptico: si lo que te excita es "mujeres u hombres que se embadurnan de harina", en el buscador pones "harina..." y seguro que hay un grupo. Entras, te presentas, y cuando te quieres dar cuenta estás hablando con una persona a la que le pirra ponerse perdida de harina, mandandoos vídeos y fotos, diciendoos cosas propias de este supuesto y ficticio grupo harinero. Creo que me he explicado. Sustitud "harina" por vuestra fijación sexual favorita, y ya lo tenéis. Es una pasada. Yo, durante el tiempo que ha durado esto, no he podido desenchufarme del móvil.
Y ese es mi estado actual. Estoy en la cima de mi enganche a XXXX. He cruzado más fronteras, líneas rojas incluso, como enseñar la cara o mi casa a través de la cámara del móvil. Cuando estás excitado, todo vale. Nuestro cerebro, gran amigo y enemigo, no te pone límites ni conocimiento cuando te encuentras sexualmente alienado. He cancelado la cuenta varias veces, y he vuelto a crear una nueva al poco tiempo, a veces durante el mismo dia. Cancelo a las 9.00 y a las 11.00 ya estoy de vuelta, buscando a mis antiguos contactos, y explicándoles alguna historia de por qué la he cancelado.
Que esa es otra: las mentiras. De repente empiezas a alargar la jornada en la oficina, a llegar tarde, a no trabajar para estar conectado, a buscar espacios de soledad cada vez mayores...
Supongo que el siguiente paso de esta adicción está claro: pasar del online al real. Un buen día, conceré a una persona en un chat o XXXX, que viva cerca, y entonces me parecerá buena idea, algo inocente, quedar con ella, y seguir avanzando en este camino.
Hay más: me estoy dando cuenta de que no se puede volver atrás. Cuando vuelvo a la casilla uno, a ver el mismo porno que veía al principio, no me apetece. Lo que me pide el cuerpo es que siga la escalada, que no pare la fiesta.
Escribo estas líneas porque me he propuesto que esta vez sea la definitiva. y creo que escribirlo puede ayudarme. Estoy dispuesto a buscar ayuda profesional, pero esto se tiene que acabar. Necesito volver a recuperar mi vida, y no quiero cometer errores importantes que puedan fastidiarme la existencia por buscar este tipo de placer tan puntual.
Espero no haberos aburrido mucho. Me podía haber extendido más, pero creo que con lo que he contado ya va bien.
Un abrazo a todos y gracias por leer.