Iniciado por
Eli_yahu
(...) Como pueden ver claramente en Luc.12:32, citado arriba, ese número de personas que forman parte especial en ese pacto constituyen un "rebaño pequeño". Si ese número abarcara a todo el que dice ser "cristiano" en el mundo completo, es obvio que Jesús no usaría esa frase para referirse a aquellos con quienes está haciendo un pacto para reinar. Todos los cristianos del siglo I fueron escogidos para reinar. Las condiciones especiales de dedicación a Cristo y su Padre en ese tiempo, hicieron que sus vidas fueran sacrificadas como siervos especiales de Dios. Todos ellos bebían de la copa y comían del pan de la celebración ... Sin embargo, tenían una declaración inspirada que nos guía hoy para saber cuándo no debe comerse de esos alimentos figurativos al tiempo de la celebración:
1Cor.11:27 Por consiguiente, cualquiera que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable respecto al cuerpo y la sangre del Señor. 28 Primero apruébese el hombre a sí mismo después de escrutinio, y así coma del pan y beba de la copa. 29 Porque el que come y bebe, come y bebe juicio contra sí mismo si no discierne el cuerpo. 30 A eso se debe que muchos entre ustedes estén débiles y enfermizos, y no pocos estén durmiendo [en la muerte]. 31 Pero si discerniéramos lo que nosotros mismos somos, no se nos juzgaría.
Ese consejo aplica a los cristianos modernos MÁS que en el primer siglo. Solo los que pertenecen al "cuerpo de Cristo", o sea, los ungidos que reinarán en los cielos junto a Jesús, pertenecen a ese cuerpo simbólico, por eso solo ellos pueden comer y beber de esos emblemas.
La Biblia SÍ dice cuántos son:
Rev.7:4 Y oí el número de los que fueron sellados, ciento cuarenta y cuatro mil, sellados de toda tribu de los hijos de Israel ...
Ese nombre "Israel" NO SE refiere a que ese grupo fuera solamente de entre los judíos, porque en el siglo I no todos los que iban a reinar con Jesús eran judíos, sino que hubo muchas personas que eran "gentiles" que también entraron a formar parte de ese grupo especial de reyes y sacerdotes futuros. A los Corintios, donde habían muchos cristianos ungidos no judíos, Pablo les dijo lo siguiente:
1Cor.4:8 Ustedes ya están hartos, ¿verdad? Ya son ricos, ¿verdad? Han empezado a reinar sin nosotros, ¿verdad? Y verdaderamente desearía yo que hubieran empezado a reinar, para que nosotros también reináramos con ustedes.
Por tanto, cuando Rev.7:4 se refiere a "Israel" se está refiriendo a un Israel espiritual, al que también pertenecen cristianos ungidos de toda raza y pueblo del mundo.
Sabemos que el número mencionado ahí es literal, porque se menciona una segunda vez aquí:
Rev.14:1 Y vi, y, ¡miren!, el Cordero de pie sobre el monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tienen escritos en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre. (...) 3 Y están cantando como si fuera una canción nueva delante del trono y delante de las cuatro criaturas vivientes y de los ancianos; y nadie pudo dominar aquella canción sino los ciento cuarenta y cuatro mil, que han sido comprados de la tierra.
Por eso sabemos que solo pueden apropiada y autorizadamente participar de esos emblemas, las personas que forman parte de ese grupo especial que pertenece al "rebaño pequeño" con quienes Jesús hizo un pacto para un reino. Sin embargo, aunque solo ellos pueden comer y beber de los emblemas, todos los testigos de Jehová del mundo, aun si no pertenecemos a ese grupo pequeño que aun queda en la tierra, vamos y celebramos junto a ellos esta ocasión especial. Lo que hacemos es pasar de mano en mano los símbolos, y solo come y bebe la persona que tiene esa esperanza de parte de Dios y está convencida de que ha sido aprobado e invitado a ese pacto, al que tiene que ser fiel hasta la muerte, enfrentando las peores pruebas a las que Satanás somete a los hermanos de Cristo, que son su blanco principal. Es un privilegio tener a alguno que participe de los emblemas en nuestra reunión especial. Muy pocos en la tierra pueden ver a alguien que come y bebe, pero todos celebramos el evento que también nos beneficia, porque seremos súbditos de ese reino justo. El Diablo ha diseminado en su imperio religioso, que todas las personas pueden llegar a vivir en los cielos junto a Jesús. Pero eso es falso; allá solo vivirán los hermanos de Jesús que permanezcan fieles hasta la muerte, y allí serán reyes y sacerdotes junto a Jesús, tal como los únicos que podían servir en el templo eran los levitas, y el resto de Israel se beneficiaba de su servicio especial para la nación.