Alla por los años setenta y pico, tuve la ocasión de visitar España, concretamente a Las Palmas (Canarias), donde he pasado un mes maravilloso e inolvidable. Por entonces era muy jovencita y muy precoz.
Me hice de un noviecito un poqutin mayor que yo, un romance de valija como suelo rotular esos periodos románticos que se acomodan al paisaje, a la cultura local, a los aromas y sabores de una tierra que no es propia.
En la vida de este muchacho, todo su entorno giraba en relación directa o indirecta con ls experiencias sexuales bizarras de todo tipo y color. Sus fantasias tenian que ver con orgias, bisexualidad, incesto y otras tantas materias satélites relacionadas (como aprendí años mas tarde), con una sexopatía clínica agobiante.
Una noche, me propone visitar un club de intercambios de pareja, simplemente para satisfacer curiosidades mutuas mas que entrar en tema participativo. Yo habia leido de hurtadillas algo al respecto, pero no tenía ni idea de la naturaleza de tal temática.
Fuimos a una especie de bar, con un gran salón de baile y a los costados algo asi como boxes con gente dándose matraca a diestra y siniestra. Me causó mucha gracia al principio por el desenfado de la tematica y una pseuda libertad expresada en lenguas, dedos y semen por doquier. Aun no se habia despertado la pandemia de SIDA HIV, con lo cual, no existia eso de andar revoleando forros por el piso y las pantallas de lamparas.
Nos sentamos en una mesita y pedimos algo para tomar, luego salimos a bailar a la pista. Alguien paso y me tocó el culo. Pegué un salto porque la mano no hizo una caricia, sino que buscó directamente el Cañon del Colorado. Me di vuelta y era una mujer ya algo entrada en años. Me clavó la mirada y con una sensual y ridicula sonrisa hizo un gesto de relamerse. Lo inmediato fue asco, lo posterior fue desorientación.
Volvimos a la mesa para tomar una chalina que habia dejado en el espaldar de la silla y nos fuimos de allí. Sin antes pegar una mirada a uno de los boxes inmediatos. Eran dos parejas haciendolo estilo perrito. Eso me puso a mil.

Despues, años mas tarde y ya con una pareja estable, nos fuimos interiorizando en el tema y siempre jungando con la fantasia de hacer algo al respecto, simplemente desde el laboratorio psiquicosocial, sentia curiosidad por el resultado de la experiencia o al menos de conocer si algo se podria mover dentro de nosotros como para motivar una decisión de compartir algo tan intimo como el sexo sin compromiso amoroso.

Ya a los treinta y pico, en una breve estadía por motivos profesionales en la ciudad de NY, fuimos descaradamente invitados a una reunion swinger en un evento de esa colectividad a la cual pertenecía un matrimonio colega. Me sentí como quien tiene un cartel en la frente. Habia algo que los otros veian en mi pareja que tenia que ver con el desenfado y con la rotura de reglas victorianas de urbanidad.

Claro que fuimos con mi marido. Hacia años que veniamos charlando en nuestras conversaciones de pijama y sabanas esa posibilidad y pareciera que a ambos nos inquietaban los mismos atrevimientos y resultados posteriores.

No voy a dar detalles de esa reunión, porque no es mi intención hacer un relato porno para pajas infundadas. Pero sí, voy a decir que lo intentamos y algo hicimos. No nos gustó la idea tal como se nos planteó. No nos gustó la ideología manifestada al menos por las personas que tuvimos cerca. Nos pareció que lo que se rotulaba como "liberalismo sexual", no era otra cosa que "hipocresia new age". Las parejas pendex, totalmente descomprometidas en lo espiritual, hacian lo que les "parecia" irreverente o revolucionario. Las mas mayorcitas de treinta y cuarenta, estaban casi en el mismo rango ideologico que las anteriores, pero con mayores convicciones sobre el publicitado uso de genitales (eran mas pornoadictos). Pero me rompió la cabeza algunas parejas ya muy mayores (mas de 50)... A esas les presté mas atención que al resto. Estaban haciendo algo realmente voluntario sin prejuicios ni modales. Se reian y lo disfrutaban entre amigos del mismo rango etario sin pena ni triunfalismos erectivos.

Para terminar; pregunto y tiro a la mesa el tema. ¿La actividad o el "life style" de esta modalidad sexual, corresponde a una "onda actual", es realmente "vintage" (existe muchisima literatura al respecto que habla de este tipo de actividades en las cortes europeas del silo XXV al XVIII, y en determinados circulos sociales de alto estandard del mismo período y ya bien entrado el siglo XIX hasta el XX. ?