De nada, hombre. Ya se ve que, diciéndote lo mismo que te han dicho los demás, lo mío te ha molestado porque soy mujer, y lo de ellos te han parecido buenos consejos.
Por mí, como si te la tronchas con la tapa un cofre y se te queda del tamaño obsesivo que crees que tiene.
Desagradecido.