En realidad querido Jaume, tomaría los caracoles, y lo haría con la suficiente compostura como para que no se notara que no me gustan. A fin de cuentas, desde pequeñito me han enseñado que se debe comer todo lo que te sirvan en la mesa, puesto que quien ha dedicado su tiempo a pensar, a preparar y a servir, merece el mayor de los respetos.
Un saludo.
P.D. gracias por recordarme el nombre de los calçots Jaume,