[QUOTE=gabin;1695069312]Pero un día llegó en botas un perro ladrón de huesos usados, saltando encima de un cadáver, ladró alertando al barrio que dormía plácidamente como recién nacidos de parto múltiple, sin complicaciones de nada, incluso Ictericia preciosa causada por los eclipses lunares típicos del cielo de la ciudad a orillas del Manzanares que discurre junto al cerro de la Silla de oro blanco oscuro y macizo como helado fresco de fresa con cáscaras de nuez verde del campo sembrado de ortiga, la que pica con gran disimulo en donde menos te lo esperas, hasta que el grano asoma enrojecido queriendo gritar un solido hasta luego ya nos vemos! Volviendo al cadáver, resucitó de pronto, enmudeciendo al perro que no ladra, saliendo por patas. El macilento redivivo blanco como tuna, sólido como espuma de chocolate caliente derretido por el sentimiento decembrino que navidad nos provee, él murió nuevamente. Le gusta resucitar todo miembro muerto tiende a renacer por el frente, atesorando momentos vividos. Sin embargo, sabía ese secreto milenario ejecutarlo por retreta en año nuevo