Nunca leí este libro (nunca leo libros religiosos, ni filosóficos tampoco), por lo que por primera vez voy a ir transcribiendo conceptos esenciales de este libro famoso, escrito alrededor de 5.000 años atrás... y que relata lo que habria ocurrido cuando una persona llamada Krishna (en el tantra no se usa la palabra avatar, porque es absurda... pero en el hinduismo sí, y esta mala palabra ha degenerado el concepto del Tantra y ha sido clave en el desarrollo de las religiones) considerada errónamente como un avatar, sería la forma humana de Dios en la tierra...obvio, la palabra Cristo deriva del sánscrito Krisna, tienen ambas la misma raiz: C/Kris.
Quien, reconociendo la unidad universal del Ser, ve con imparcialidad la misma esencia en todos los seres, solidarizándose con ellos tanto en lo placentero como en lo doloroso; en verdad, éste es el más grande de los yoguis.
El yogui reconoce en su corazón que su esencia es común a la de todas las criaturas, y que la vida que mora en todas las criaturas habita también en su corazón.
Ésta es la consciencia en la que vive el Yogui iluminado: una visión de total unidad.
Aquél que halla su felicidad en la visión interior del Conocimiento, tiene sujetos sus sentidos y gozoso el corazón, debido a la experiencia de su propia vida interior. Sólo entonces puede reconocérsele como un Yogui en armonía. Una vez alcanzado este estado, para él, el oro no tiene más valor que las piedras de la tierra.
La mente es fiel amiga del hombre, sólo cuando ha sido conquistada por el Espíritu.
Para un hombre carente de voluntad que aún no ha conquistado su mente, ésta puede convertirse en su propio enemigo.
¿Acaso se puede amar más de lo que un yogui, que es el estado en que una persona ve la esencia divina en todo?
Esto es esencial en el Tantra, sentir que en todo está la esencia divina, Deva en sánscrito (de esta palabra se deriva la palabra Dios). Esto se llama Brahmacarya, es decir, cada acción que ocurre en el Cosmos es una expresión, un juego, está gobernado por Brahma, la esencia absoluta.