El día 13 de junio de 1789, el tercer Estado en nombre de la soberanía popular deja sin efecto a los otros dos. Los absorbe. Queda constituida la Asamblea Nacional. El primer paso que da es el arrogarse el derecho de acordar los impuestos. A los acreedores del Estado los coloca bajo la protección de la Nación Francesa, medida que algunos vieron como sumisión al Rey, que aún tenía bastante poder.
Luis XVl tenía la potestad de dar la orden por escrito (lettres des cachet) para enviar a prisión a una persona. Medio que se presta a arbitrariedades. Asi mismo poseía la facultad de presentarse sin aviso en el Parlamento y registrar sus disposiciones. En lo que tambien algunos vieron intrusismo y abuso de poder.
Bajo el reinado de Luis XV, el aristócrata René Nicolás Carlos Maupeau impone reformas en la Administración de la Justicia. Es el año 1770, y aunque el monarca es apodado como “Bienamado” al comienzo de su reinado se hace impopular por su desidia y continuos amoríos. Profundamente monárquico, Maupeau desea una institución fuerte. En un golpe de Estado intenta suprimir los cargos vitalicios que además son hereditarios y los más de ellos obtenidos por compra. Para ello se vale de “lettres des cachet (Orden de prisión por escrito)” y de “lit de justice” consistente en presentarse el Rey sin aviso al Parlamento. Allí puede ordenar registros y hurgar en las disposiciones. Pretende que de forma suave, el monarca se haga con los tres Estados.
Con Luis XVl en el trono, el ministro Necker le aconseja tome partido en contra de los privilegiados. Tiene la idea, como apunte en aporte anterior, de salvar la Monarquía con una Sesión Real en la que estén presentes los tres Estados. Quiere que al menos en lo que atañe al tema de impuestos el voto sea por persona y no por estamento. Las proposiciones son rechazadas por el Consejo del rey.
Todo hombre o mujer plebeya que no perteneciese al Clero o nobleza se comprendía en el tercer Estado. La subdivisión interna en este estamento era mas profunda que en los otros dos. Comprendía desde altos funcionarios que no fuesen aristócratas, clérigos, obreros (con sus gremios que impedían el trabajo libre) y profesionales de oficios y artes Abarcaba la clase media y aldeana. Esta última tambien con sus divisiones económicas y jurídicas. Existía una permanencia feudal que se manifestaba en los deberes hacia el señor secular o eclesiástico: trabajos en carreteras, pago por uso de hornos, diezmos en dinero o especie, aduanas, trabajos en el molino del señor...Estos pagos y servicios no solamente engrosaban la “caja” del señor y su sequito, tambien abarataban el mercado.
En realidad los primeros pasos de Luis XVl son acertados. Se rodea de buenos ministros y gente válida. El Ministro del Interior suprime los mandatos reales para la detención de cualquier individuo. Prohíbe el tormento a los sospechosos y elimina la censura. El ministro Turgot toma medidas económicas convenientes. Entre ellas mitigar el impuesto personal (taille) y la supresión de muchas aduanas, que encarecían los productos. Aunque las más importantes fueron la privatización de correos y la libertad de compra del grano, dentro de Francia. Suprime gremios y postula la libertad de trabajo. El impuesto en especie de trabajar en carreteras y similares, lo proscribe. Seran los propietarios rurales quienes lo paguen con el “vigésimo”. Bien es cierto que hubo problemas de intento de especulación con el grano…¡Soldados en panaderías y otros establecimientos, lo arreglan!
Estas medidas no caen bien a los privilegiados. Menos el que Turgot prepare una autonomía administrativa en la que entren los municipios. Esta incipiente apertura no gusta a nobles, clero y corporaciones. Sucede además la defección del Ministro del Interior, que junto al poco tacto de Turgot que llega a indisponerse con el rey da lugar a que este último firme el cese de Turgot. Le sustituye Clugny.
A causa de su muerte a los cinco meses de ser nombrado, poco dura Clugny en el poder. Si el primer paso de Turgot fue de apertura, el de su sucesor lo es de involución. Anula gran parte de las reformas introducidas y sobre todo la abolición del servicio de carreteras y el de la libertad de trabajo.
Necker, que sucede a Clugny profesa el protestantismo y no puede acceder al Consejo de Estado. Se le da poder a fin de acopiar las finanzas para la guerra con Inglaterra en las 13 Colonias. Para ello se ponen contacto con la Banca, libera a la industria de sus trabas y simplifica la recaudación de impuestos indirectos. Da una ley por la que se prohíbe elevar arbitrariamente la “traille” (impuesto personal) y vuelve a la idea de las asambleas provinciales. Su plan, algo inferior al de Turgot lo hace grande con la novedad de dar publicidad al estado de cuentas de lo que hoy es Hacienda.
Este plan lo realiza “inflando” con un gran superávit los resultados. Lo que le hace popular, a la vez que odioso para nobles y clérigos. En este primer presupuesto de Estado se reflejaban los gastos de la Corte y las asignaciones a las Academias. Mostraba la notable diferencia a favor de la primera respecto a la segunda institución ¡Hubo de dimitir!
Le siguen en el cargo dos ministros anodinos, que no consiguen el equilibrio de la Hacienda. En 1782 es nombrado Calonne. Gasta a manos llenas pide un empréstito tras otro y se entretiene en pagar las deudas de los hermanos del rey y otros señores. Su final es e convocar una Asamblea de notables compuesta de personalidades entre clero y nobleza.
Para acallar a la opinión pública los nobles estan dispuestos a ceder en algun privilegio. Mas antes de dar ese paso demandan saber cuál es la realidad de las cifras en Hacienda. Colonne se niega y se limita a decir que hay un deficit. Esa postura le hace ser sospechoso a los que habían creído en la gestión de Necker. El rey lo destituye y la deuda se ha acrecentado.
Con estos sucesos la calle se enardece. Viene a aumentar la crispación, el asunto del “Collar de la Reina” que no esotra cosa que un folletín que supera a las series dela television ¡Os pongo un video de Youtube!
¡Ya teneis “morbo “ para el fin de semana!