CONDENACIÓN
No quiero volver a verte
por lo mucho que te quiero,
de tanto quererte muero
y he de dejar de quererte.
O puede que tenga suerte
y me mate tu cariño,
que si a la muerte me ciño
dejaría de tenerte.
Dejaré de ser tu amante
cuando en tu beso no crea,
ni en tu mirada me vea
siquiera por un instante.
Pues si te siento radiante
será tu piel mi cadena,
tu hermosura mi condena
y tu cuerpo el agravante.
En los infiernos prosiga
si a tus encantos me aferro,
será tu abrazo mi encierro
por más que al tiempo maldiga.
Aunque puede que consiga
acostumbrarme a la gloria
de tu atracción amatoria,
y en la pasión me desdiga.
Me beberé tu mixtura
me clavaré tus puñales,
serán las armas letales
que disuelvan mi cordura.
Me entregaré con ternura
de los pies a la cabeza,
y enlazado en tu belleza
te voy a amar con locura.