En mi primer dia de clases de metalurgia, el profesor saca una cajetilla de cigarrillos bastante ordinarios, y los comienza a ofrecer. [ya lo se: estoy revelando mi antigüedad, ya que en esos tiempos se permitía fumar en clases: incluso había un cenicero en cada banco].
Todos aceptamos un cigarrillo, incluso los que no fumábamos, hasta que se acabó la cajetilla.
Ahí el profesor volvió a la pizarra, saca otra cajetilla, y dice "me los cagué a todos, yo fumo Camel".
Jamás comprenderás la inmensidad de La Nada.
Muy graciosa la anécdota.
Dicen los fumantes, que no hay peor Torquemada que los ex-fumantes.
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No seamos voceros del terrorismo.
No difundamos sus crímenes.
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... si ahora ni siquierea puedes ir a un restaurante decente y fumarte un cigarrito después de almuerzo ... dicen los fumantes.
Yo nunca fui fumador, y realmente me resultaba repulsivo ir a un hotel en que la habitación estaba pasada a olor a colilla de cigarrillo, o almorzar mientras en la mesa del lado te echaban el humo en la cara.
Jamás comprenderás la inmensidad de La Nada.