-"Crea CÁNCER"

La cara de ma mare, a.c.s., fué, oigan.., un POEMA.

No conocía ¡a NADIE! que no usara ya móvil; y, ya me llevaba regalados sopotocientos (que yo, más despistado de lo que ella podía concebir.., siempre acababa perdiendo).

Aquel Nadal, pues (el anterior al recientemente pasado, para más señas), ya NO estuvo dispuesta a regalarme otro sin más: quería EXPLICACIONES.

Yo, primero, intenté, otra vez, decirle que, ¡ay!, no sabía dónde los dejaba; que, ya sabía ella que yo tenía que llevar las gafas con un cordoncito y las llaves sujetas a una hebilla del pantalón para evitar quedarme medio cegato y fuera de mi home una noche; que, aunque a ella no se lo pareciera nunca, ya empezaba a tener una edad ardua para innovar en mis usos y costumbres...

Me miró IMPACIENTE al MÁXIMO...

Entonces, damas y caballeros, opté por ponerme hasta pelín altivo... ¿Iba yo a tener que estar disponible full time para cualquiera que quisiera llamarme? Yo tenía un horario, en mi home había un contestador telefónico y, en definitiva y a fin de cuentas, ¿era el prójimo quien debía dictarme cuándo debo yo tener conversaciones telefónicas?

Ma mare, a.c.s., hizo un amago de levantarse y dejarme ahí con la palabra en la boca...

Decidí, pues, intentarlo de forma menos condescendiente y distante: apelé a mi manera de ser; que yo sabía sobradamente conocida por mi queridísima, amadísima, añoradísima progenitora, a.c.s.

¿No sabía que SÓLO la explícita amenaza del departamento de prescindir de mí si no les enviaba diskets en lugar de tochos de folios había hecho me allanase, finalmente, a dejar entrar en mi home un ordinata?

¿No sabía que lo primero que le dije a la chacha cuando la contraté es que JAMÁS se le ocurriese servirme ni un vaso de leche calentado con el microondas?

¿No sabía que había cambiado el profe de repaso de mi queridísimo, amadísimo, añoradísimo ahijado porque éste me había comentado que le permitía usar calculadora?

Mais..; ai làs!; ma mare, a.c.s., ¡me había parido!; y aunque su relación conmigo, por esas cosas de la vida.., había sido fragmentaria, aleatoria y más bien escasa, en fin.., SIN duda no era óbice para cubicarme del TODO. Fijó, por tanto, sus aún bellísimos ojos azules en mí y me preguntó, directa, si la estaba tomando por IDIOTA.

Yo..; yo..; yo, mes amis/es, me ESTREMECÍ de arriba a abajo porque, ¡ay!, como no había manera de convencerla que se viniera a vivir conmigo tras quedarse viuda de su segundo marido y ESPANTADO que hubiese decidido vivir ¡sin servicio!, sí: le había SUPLICADO que, por lo menos, llevara un móvil cuando fuera a esas excursiones con sus amigas o se le ocurriera irse a pasar unos días a algún lugar que, premeditadamente, NO me comunicaba. Las súplicas, compréndanme.., se convirtieron en implorantes ruegos cuando, ¡me dijo que ya NO la precisaba!, decidió dar de baja la línea telefónica fija de su home.

NO lo hizo, finalmente, por mí; lo sé porque ella me lo dijo explícitamente: ABJURABA de estar, como ella decía.., "controlada" (¡y, menos por su hijo!); pero, todas sus amigas tenían móvil y, ¡por favor!, ella no iba a ser menos. Yo, por eso, se lo agradecí igual.

¿CÓMO, pues, iba a decirle que...?

Pero, ¡tenía que confesar! Lo ví claro cuando, después de preguntarme si la tenía por IDIOTA y aunque tocaba brindar, NO movió un dedo para llenarme la copa y dejó que eso, empequeñeciéndome hasta lo más que ínfimo, me mostrase CUÁN poco dotado estaba yo para resistir un interrogatorio suyo.

Ya lo he dicho: mi confesión mutó su faz delicada y discretamente maquillada para mí en un POEMA.

No, no, no..; ¡NO dijo, afortunadamente, nada! Llenó mi copa y brindamos por los que ya no estaban y TANTO encontrábamos a faltar.

Pero, no se privó de sacar su móvil y llamar a una amiga a la que, después de interesarse por cómo le iban las fiestas, ¡en mi misma jeta! le comentó, más que divertida ya socarrona y tó, que su hijo ¡no llevaba móvil porque tenía miedo al cáncer!

Y, cada vez que yo, azorado hasta el tuétano, le decía "si et plau, mama", ¡vamos!, ella sólo hacía que repetirle a su amiga "no sé pas COM és possible que sigui fill meu i així de tonto!; ha sortit a sa iaia".

Sí: ahora tengo móvil. Es el que fué de ma mare, a.c.s. (que, falleció en mayo pasado y NO de cáncer). Tengo JURADO que lo llevaré SIEMPRE conmigo hasta que me lleven al lugar que tengo destinado en el panteón familiar (no: esperaré la resurrección de la carne lejos de ma mare, a.c.s.; ella me hizo prometer por lo más sagrado que JAMÁS la enterraría cerca de ma iaia, a.c.s. -la que había sido su suegra- y que, si no lo hacía al lado de su segundo marido, contase como cosa fija que se levantaría del féretro y me ARAÑARÍA hasta dejarme IRRECONOCIBLE).

Siempre, en cualquier caso, a su disposición, damas y caballeros.

Jaume de Ponts i Mateu