Iniciado por
María_Laura3
Jesús es el Dios Creador de todas las cosas que se hizo carne y nos enseñó los mandamientos de misericordia que en verdad había dado Él mismo desde siempre y para siempre.
Los mandatos del Antiguo Testamento que no son de misericordia, son contrarios a los mandamientos del Evangelio, y no fueron en verdad dados por Dios sino que son mandatos de hombres, y por eso Jesús los anuló.
Aquí tienes una gran confusión, porque la ley que en verdad fue dada a Moisés son los mandamientos que Jesús nos enseñó cuando predicó el Evangelio, y estos mandamientos que Jesús nos enseñó no están abolidos sino que están vigentes y fueron dados para siempre.
Los mandatos que están abolidos son los mandatos del Antiguo Testamento que son contrarios a los mandamientos del Evangelio, pues no eran más que mandatos de hombres y por eso Jesús anuló esos mandatos.
El Nuevo Pacto no es un cambio de Ley, porque la Ley que en verdad fue dada por Dios en el tiempo de Moisés fue dada para siempre y Jesús no vino a anularla, sino que nos la dio a conocer cuando predicó el Evangelio para que nadie nos confundiera. Lo que Jesús anuló del Antiguo Testamento no eran los mandamientos que en verdad había dado Dios en el tiempo de Moisés. Lo que Jesús anuló no eran más que mandatos de hombres, por eso fueron anulados por Jesús.
Debes comprender que lo que cambia en el Nuevo Pacto no es la Ley que Dios había dado realmente al pueblo. Lo que cambia es el lugar donde Dios escribiría su Ley. Mira lo que dice el profeta Jeremías, que Dios daría su Ley en las mente de sus hijos y la escribiría en su corazón:
Jeremías 31:31
He aquí que vienen días, dice Yavé, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.
31:32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Yavé.
31:33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Yavé: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.
31:34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Yavé; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Yavé; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.
Así que ya ves que el Nuevo Pacto no era otra ley sino SU LEY, es decir, la verdadera ley de Dios escrita en el corazón de sus hijos donde nadie pudiera cambiarla. Esta vez, en el Nuevo Pacto, la ley de Dios sería escrita no en tablas de piedra, sino en el corazón de los hijos de Dios, y así nadie podría invalidar el Pacto de Dios como sucedió la otra vez cuando los escribas cambiaron la ley de Dios en mentira.