Hoy leí esto en las redes y es algo de lo que se vive últimamente no sólo aquí en Nuevo León. No debemos bajar la guardia o perderemos a nuestros hijos.


Todos lo hacen

Rosaura Barahona

13 Ene. 2015

Hace muchos años me escribió una señora. Su hijo iba a cumplir 12 años y había pensado hacerle algo para celebrar. Cuando se lo dijo, le dio gusto, pero el niño le advirtió que debía ser una carne asada, con cerveza y estar él solo con sus amigos.

Ni la señora ni su esposo estaban de acuerdo y me preguntaba qué hacer. Le di la razón y le dije que si el niño no aceptaba una celebración a la altura de su edad, se podía quedar sin celebración.

La señora me respondió algo que ha minado la ética de este País desde hace años: "Está enojado porque dice que 'Todos lo hacen' y si no lo hace él, quedará en ridículo".

Como bien me enseñó mi maestro don Pedro Reyes Velázquez, cuando pedimos consejo es porque queremos aprobación; si no deseamos hacer algo, no lo consultamos.

La señora insistió; le dije que por eso no me gusta dar consejos: termino cargando con una responsabilidad ajena. Sólo ella y su esposo deberían decidir sobre algo que era absurdo, dañino e ilegal.

Me acordé de eso a raíz de la reciente tragedia en donde un niño mató a otro mientras jugaban de la manera más estúpida posible: con una pistola cargada. Y no se ofenda porque califico la situación de estúpida. Fue estúpida, aberrante e ilegal.

Un niño testigo dijo que "estaban agarrando la peda". Emborracharse por emborracharse es una moda.

Ahora muchos chavos y chavas se ponen "hasta atrás" porque es la onda, porque no saben platicar, porque para soltar la pantalla a la que están pegados todo el día necesitan algo emocionante que valga la pena y eso significa beber no por placer, sino para mostrar a los demás cómo se ponen cuando beben.

He trabajado con adolescentes gran parte de mi vida y conozco su psicología. Es una etapa difícil: al mismo tiempo descubren los límites del mundo y los de ellos mismos, pero si los padres, tutores, maestros o adultos los dejan solos y no les ponen límites, los riesgos aumentan.

Cuando se dio el caso aquel de los adolescentes que llenaron de excremento la casa de un amigo, se hicieron grupos de padres para analizar el porqué de todo eso.

Algunos nos invitaron a platicar con ellos, pero no les gustó lo que les dijimos: gran parte de la responsabilidad es de los padres.

Les pedimos que dejaran de competir con otros padres, que no les compraran a los hijos autos de lujo para ir a la prepa, que no les dieran tarjetas de crédito o, por lo menos, que no tuvieran crédito ilimitado, que no los engañaran haciéndoles creer que los sampetrinos se cuecen aparte, que no complacieran de inmediato todos sus deseos y caprichos, que los dejaran resolver sus propios problemas adolescentes y académicos y que estuvieran cerca de ellos, sin violar su intimidad ni faltarles al respeto.

Y, sobre todo, que ejercieran su autoridad y dijeran "no" cuando debían decirlo para evitar que hicieran cosas que no corresponden a su edad, aunque "todo el mundo" dijera "sí" a ellas.

Claro que no funcionó con esos padres, aunque hay otros valientes que luchan contra la corriente y se aguantan los malos modos y los berrinches de los hijos y las hijas cuando no los complacen para ser como el resto de sus amigos.

Muchos papás ven normal dejar solos a un montón de niños irresponsables, con más dinero del necesario en sus manos, sin pedirles cuentas de lo que hicieron con él y con alcohol libre y permiso para hacer lo que se les antoje.

¿Por qué no les contratan una prostitutas y se las dejan ahí para que vayan aprendiendo a fornicar antes de tiempo, como aprenden a beber también antes de tiempo? Se la pasarían bomba, se lo aseguro, pero los papás "liberales" (no lo son) son mochilas para lo sexual. Lo sexual sí está mal: emborracharse, insultarse, presumir y violentarse -dicen ellos- es parte del crecimiento.

En Monterrey todas las semanas se matan jóvenes borrachos en sus bólidos. La culpa no es sólo de ellos; la comparten con unos padres complacientes incapaces de ponerles los puntos sobre las íes porque, ¿cómo diablos sus hijos no van a hacerlo, si todos lo hacen?

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