MI VECINO EL LOCO N. 4

A mi vecino el loco lo veo ahora muy a menudo. Parece que por alguna razón no lo recluyen en el siquiátrica y como a la vista está que no se toma los tranquilizantes ni los medicamentos que le recetan. Vaga todo el día por el barrio, mal vestido con barba de varios días y manoteando en el aire, hablando consigo mismo y entregado a sus misteriosas divagaciones.

Cuando lo veo desde lejos, prefiero no encontrarme con el, aunque no creo que repara en nada más que en sus propios monólogos y discusiones, además que intentar hablar con el en esas circunstancias seria como hablarle a la pared, aun así ayer mismo me vio desde lejos, en cuatros pasos llegó hasta donde estaba, y muy al contrario de otras veces pareció reconocerme porque volviendo a una precaria sensatez se quedó mirándome para decirme de golpe, repentinamente con los ojos desorbitados y temblándole la voz de lo nervioso que estaba.
.- Vecino, vecino, sabes que yo conocí el Mundo cuando era tan nuevo, tan reciente que las cosas todavía no tenían nombre, y había que señalarlas con el dedo para saber lo que eran.-
Al momento vino a mi memoria la novela " 100 años de soledad" del gran "Gabo" y pensé que el loco en algún momento de su vida habla leído esa novela. Una novela tan buena como "La Hojarasca" y las que siguieron, hasta "Noticia de un secuestro" en la que el maestro de la fantasía y la imaginación defrauda un poco al lector tan acostumbrado a su rica y desbordante pluma.

El loco mientras hablaba y hablaba ignorante a mis pensamientos, hasta que prestándole atención escuché que me decía.

.vecino sabrá que yo morí un millar de veces y nunca me reencarné sino que seguí en espíritu miles de años hasta que por fin me reencarne en este cuerpo que ahora ves. .-

Realmente, sin saber que decirle por lo descabellado de la explicación no pude por menos que seguir hablándole pata decirle.

.- Habrá conocido mucho mundo, y muchas gentes en ese estado espiritual que me dice.-

.-i Haaa¡¡¡, claro, claro, que si. La primera vez que morí, .fue en una pelea de gladiadores. En el circo romano, yo era un gran luchador sabes, nadie podía vencerme y de hecho .fue un león el que acabó conmigo. Después me he paseado por toda la humanidad y he tenido la oportunidad de conocer a los humanos en sus más intimas accionéis y relaciones. -

El loco, mi vecino siguió con su verborrea sin importarle quien le escuchara ni si se le entendía Parecía que se hablaba el mismo o que se contaba para sus adentro lo que decía, porque sin mirar A nadie hablaba y hablaba sin parar.

.-i Si yo me dejaba llevar por la brisa y volé con las palomas por el cielo. Pasee por los parques urbanos, me mezcle con las fieras del zoológico, vi. hacer el amor en lujosos hoteles y asesinar en los oscuros callejones. Yo contemplé subir a las alturas a los que mueren, y ser arrojados a los abismos ardientes a los que huían de los cielos, Yo viví miles de muertes. Fui crucificado con los esclavos, Fui fusilado. Aplastado en el derrumbe de una mina de diamantes, y por último cuando ya estaba aburrido de ser un aire etéreo sin destino, desesperado, visité los cementerios deseando unirme a los que descansaban en la paz de los difuntos. Pero no había forma de abandonar mi estado de apariencia irreal, así que entraba en las iglesias y rogaba a las imágenes el final de mi existencia incorpórea e inmaterial, desesperado al fin intenté desaparecer en un horno de fundición deseando unirme al humo que subía a las alturas.

.- Hasta que un día cuando me mecía en la harapienta bandera de un barco abandonado, sentí que un remolino me arrastraba y que con el a una velocidad de vértigo entré en lo que parecía algo confortable. Una especie de calor me inundaba y sentí algo lejano de sensación corpórea. Algo nuevo crecía dentro de mi, algo que corría llenándome de vida, mientras que el claustro en donde me encontraba empezaba a ser como algo mío. Sentí por fin como hacia siglos que no sentía en mi diminuto cuerpo que crecía por momentos. Y cuando mas confortable estaban cuando me sentía dueño de mi. El confortable habitáculo aquello que me rodeaba, empezó a hacerse pequeño, tan pequeño qué me expulsaba y me obligaba con una fuerza extraña a salir por algún túnel sin final.-

Nacía por fin, vecino, nacía de nuevo a este mundo. Fui de nuevo una persona, yo de nuevo, de nuevo estoy aquí, aquiiiiiii libre. Soy yo yooooooo. Yoooooo.i.-

Ya no hubo forma de seguir escuchándole, tanto se había metido en el papel que contaba que se había desquiciado y ahora no coordinaba lo que decía. Si no que fuera de si, gritaba y repetía frases incoherentes, sin sentido, totalmente desquiciado.

lo miré con pena, pero que podía hacer yo, si no dejar que hablara y gritara y manoteara. Así que compadeciéndome de su incurable enfermedad me retire, me aleje sin mirar para atrás y deseándole que en su interior no se diera cuenta de su locura

Rocinante.

Un día cualquiera que no me, acuerdo

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