En los dos siguientes versículos, Jesús menciona el conocimiento mutuo que hay entre Padre e Hijo.
¿Qué sucede? ¿El Espíritu Santo no conoce ni al Padre ni al Hijo?

“Todas las cosas me son entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre; ni nadie conoce al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”. (Mateo 11:27)

“Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre; y nadie sabe quién es el Hijo sino el Padre, ni quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar”. (Lucas 10:22)