Como indica el registro bíblico,
Pedro estaba casado,
y parece que, al menos en los últimos años,
su esposa le acompañó en algunos viajes misionales,
si no en todos,
como hicieron las esposas de otros apóstoles.
(1Co 9:5.)

Su suegra vivía en la casa
que él y su hermano Andrés compartían.
(Mr 1:29-31.)