Con gran síntesis he reflejado en aporte anterior la evolución sostenida entre las relaciones Iglesia Estado. Durante el Virreinato, la Iglesia junto a la Corona son los mayores terratenientes de las Colonias. Los primeros conatos independentistas, de carácter conservador, declara a la Religión Católica como la oficial del Estado. Las Leyes de Reforma, en las que Benito Juárez colaboró de forma activa en su elaboración, culminan en la separación de la Iglesia y el Estado. Se nacionalizan los bienes eclesiásticos y se autoriza el matrimonio civil. Se crea la Ley Orgánica de Registro Civil y se da el Decreto por el cual se declara el cese de toda intervención del clero en los cementerios y se prohíbe la asistencia oficial a los actos de la Iglesia. En el año 1860 se permite la libertad de cultos. En realidad, todos los países occidentales del siglo XlX se debaten en el mismo problema. El grito liberal es el de: “La Iglesia libre en el Estado libre”.
El antecedente de la confrontación armada entre Iglesia y Estado, la “Guerra Cristera” hay que buscarlo en el año 1873. Hay una reforma constitucional prohibiendo las manifestaciones religiosas, que solo se admitirán en los templos y se admite la difusión del Protestantismo. Estas medidas provocan levantamientos armados conducidos por guerrilleros como Jesús González y Manuel Belia, en distintas ciudades (. Morelia, Dolores, Hidalgo, Zinacatapec..) que acabara aplastando el general, Escobedo de la Peña. Es el momento en que Porfirio Díaz derrota a Lerdo de Tejada ¡Son los Religioneros!
La figura de D. Porfirio Díaz es aun tema de debate, al menos en lo que respecta al tema religioso. Se sabe de su espíritu liberal y no se desconoce su aversión a lo demócrata. Establece en 195 la educación primaria gratuita y laica aunque en algún momento parece coquetear con la Iglesia. Lo que si es cierto, es que no establece relaciones diplomáticas con la Santa Sede ni modifica en el aspecto religioso la Constitución. El uso de los regulares como medio represivo, lo enemista con las clases populares. A mi juicio motivo de distanciamiento popular contra el clero. La Iglesia no condenó sus abusos.
Al parecer, la Iglesia no solo no condena los métodos de D. Porfirio, sino que sale muy beneficiada en su mandato. Al exilarse el dictador se le calculaba a la Iglesia una enorme fortuna. Hay quien opina que la evolución maderista no contó con el apoyo de la jerarquía eclesiástica, por no considerar a Ignacio Madero tan tolerante como lo fue D. Porfirio. Otra cosa es lo sucedido al general Victoriano Huerta: Cuenta su presidencia con el apoyo del clero, a pesar de ser culpado de crimen en alguna que otra ocasión.
Álvaro Obregón aseguraba que la jerarquía eclesiástica había otorgado al régimen de Huerta un donativo de cuarenta millones de pesos. Tras la desaparición de este general de la escena bélica, los periódicos de Ciudad de México publicaron una carta al parecer escrita en julio de 1913 por el arzobispo José Mora y del Rio en la que el prelado aseguraba al ministro de la Gobernación huertista, que los sacerdotes trabajarían por la paz y tranquilidad. La duda esta en que los defensores del arzobispo aseguraban que Huerta solo había conseguido un préstamo para defender la Ciudad de México de los revolucionarios por valor de 25.000 pesos. Quizás no fuese ni la cifra dada por Obregón, ni la de los defensores obispo. Se quedaría en la mitad Lo que si es cierto es que actos como este engendraron anticlericalismo. La Iglesia sentía más simpatía por Huerta que por Madero.
Todos estos factores que he expuesto son los que dan vida a la furia anticlerical del México de esa etapa. El adoctrinamiento de la masonería y los veteranos del antiguo partido liberal formados en la creencia de que la Iglesia forma parte de un Orden al que hay que abatir son los factores que impulsan ese anticlericalismo. La Constitución de Querétaro de 1917 es la manifestación de su sentir, su anima. Bien es cierto, que la su interpretación y forma de aplicar su articulado reviste singular importancia. Al articulo 130 que hace referencia al sometimiento de lo religioso a la Ley propuso Carranza el hacerle una enmienda. Quria darle una mayor libertad religiosa ¡Sugerencia que no se atendio!