Es lo normal que las religiones impliquen a sus fieles en tareas de proselitismo. Desde un simple hacerles tomar conciencia pero sin compromisos externos a la persona; al establecimiento de la Guerra Santa como uno de los dogmas de fe básico.Iniciado por melita
De algún modo se manifiestan con esta acitud reminiscencias de estadíos aún muy primitivos de la religión. Sustenta un cuadro expansivo y de querer abarcar a toda la humanidad pero desde la propia parcela de poder e influencia, reforzando con frecuencia esa posición hasta extremos de ceguera mental con que el único camino hacia la salvación pasa, para todos los hombres, por si misma. De este modo se programa a los fieles para que si misión no sea solo de captación, pues implica el componente más trasdedente de todos y eleva la tarea a un grado sublime para cualquiera que viva su religión: con esta tarea se estan salvando almas.
Como bien dices, a nadie se puede culpar si en su fuero interno actúa movido por el sincero convencimiento de estar salvando almas.
Cuestión distinta sería el por qué de que alguien siga a ciegas los dictados de una religión, al menos en este partcular, tan "corta de miras". Frecuentamente porque nos ha sido inculcado desde niños en el ambiente de crecimiento.
Y digo "corta de miras" porque me resulta una contradicción en si misma pretender arrogarse el monopolio del camino hacia la idea de ese Dios único que se manifiesta para todos los hombres, negando cualquier valor a la expresiones de ese mismo Dios en otros puntos del globo; y poniéndose el acento con frecuencia más en las diferencias que en los puntos de convergencia que pueden detectarse entre religones, marcados con más habitualidad de la que sería deseable por cuestiones de forma o de ritos, más que por incompatibilidades de fondo
Pienso que todas estas religiones yerran en el particular. Opino que hemos rebasado ya la época histórica en la cual cada congregación tiene su propio Dos único y verdadero y se debería caminar más en la línea de un núcleo trascendente común, que de hecho se detecta, sobre el que todos coincidimos, sendo válido tomar el camino de "cualquiera" de las religiones, pues una vivencia en espiritualidad implica mucho más trabajar sobre si mismo sobre ese núcleo básico y sus ramificacioones, que hacerlo en comerle el coco al prójimo.
