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Tema: El cristianismo es Cristo

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  1. #11
    Fecha de Ingreso
    26-febrero-2018
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    Predeterminado

    Cita Iniciado por Estocada Ver Mensaje
    Según la Biblioteca en linea Watchtower:

    ESPÍRITU

    La palabra griega pnéu·ma (espíritu) viene de pné·ō, que significa “respirar o soplar”, y se cree que la voz hebrea rú·aj (espíritu) procede de una raíz de igual significado. Por lo tanto, el significado primario de rú·aj y pnéu·ma es “aliento”, aunque de este significado se han derivado otras acepciones. (Compárese con Hab 2:19; Rev 13:15.) Pueden significar viento; la fuerza vital de las criaturas; el espíritu del hombre; espíritus, incluidos Dios y sus criaturas angélicas, y la fuerza activa de Dios o espíritu santo.
    Cometen un error similar que con el vocablo "alma":

    ESPÍRITU
    pneuma (πνεῦμα, 4151) denota en primer lugar el viento (relacionado con pneo, respirar, soplar); también aliento; luego, de forma especial, el espíritu, que, a semejanza del viento, es invisible, inmaterial y poderoso. Los usos que se hacen de este término en el NT se pueden analizar de una forma aproximada de la manera siguiente:

    (a) el viento (Jn 3.8; Heb 1.7; cf. Am 4.13, LXX);

    (b) el aliento (2 Ts 2.8: «espíritu», RV, RVR, RVR77, VM, LBA, que da al margen la traducción alternativa «soplo»; NVI: «aliento de su boca»; Besson: «soplo»; Ap 11.11: «espíritu», RV, RVR, RVR77: «aliento»; Besson: «soplo»; 13.15, RV: «espíritu», RVR: «aliento»); cf. Job 12.10, LXX;

    (c) la parte inmaterial e invisible del hombre (Lc 8.55; Hch 7.59; 1 Co 5.5; Stg 2.26; cf. Ec 12.7, LXX);

    (d) el hombre fuera del cuerpo, o «desnudos» (2 Co 5.3,4, Lc 24.37,39; Heb 12.23; 1 P 3.18);

    (f) el elemento sensible del hombre, aquello por lo que percibe, reflexiona, siente, desea (Mt 5.3; 26.41; Mc 2.8; Lc 1.47,80; Hch 17.16; 20.22; 1 Co 2.11; 5.3,4; 14.4,15; 2 Co 7.1; cf. Gn 26.35; Is 26.9; Ez 13.3; Dn 7.15);

    (g) propósito, objetivo (2 Co 12.18; Flp 1.27; Ef 4.23; Ap 19.10; cf. Esd 1.5; Sal 78.8; Dn 5.12);

    (h) el equivalente del pronombre personal, usado para énfasis y efecto; la persona (1 Co 16.18; cf. Gn 6.3; 2ª persona, 2 Ti 4.22; Flm 25; cf. Sal 139.7; 3ª persona, 2 Co 7.13; cf. Is 40.13); (i) carácter (Lc 1.17; Ro 1.4; cf. Nm 14.24);

    (j) cualidades y actividades morales: malas, como de esclavitud, de un esclavo (Ro 8.15; cf. Is 61.3); aturdimiento (Ro 11.8; cf. Is 29.10); temor (2 Ti 1.7; cf. Jos 5.1); buenas, como de adopción, esto es, de libertad como de hijo (Ro 8.15; cf. Sal 51.12); de mansedumbre (1 Co 4.21; cf. Pr 16.19); fe (2 Co 4.13); afable y apacible (1 P 3.4; cf. Pr 14.29);

    (k) el Espíritu Santo (p.ej., Mt 4.1; Lc 4.18); (1) «el hombre interior», expresión que solo se usa del creyente (Ro 7.22; 2 Co 4.16; Ef 3.16); la nueva vida (Ro 8.4-6,10,16; Heb 12.9; cf. Sal 51.10);

    (m) espíritus inmundos, demonios (Mt 8.16; Lc 4.33; 1 P 3.19; cf. 1 S 18.10);

    (n) ángeles (Heb 1.14; cf. Hch 12.15);

    (o) don divino para el servicio (1 Co 14.12,32);

    (p) por metonimia, aquellos que afirman ser depositarios de estos dones (2 Ts 2.2; 1 Jn 4.1-3);

    (q) el significado, en contraste con la forma, o palabras, de un rito (Jn 6.63; Ro 2.29; 7.6; 2 Co 3.6); (r) una visión (Ap 1.10; 4.2; 17.3; 21.10)» (de

    «El Espiritu Santo».

    El Espíritu Santo recibe varios títulos en el NT. En la siguiente lista la omisión del artículo determinado señala su omisión en el original (con respecto a esto, véase más adelante): «Espíritu (Mt 22.43); Eterno Espíritu (Heb 9.14); el Espíritu (Mt 28.19); el Espíritu, el Santo (Mt 12.32); el Espíritu de promesa, el Santo (Ef 1.13); Espíritu de Dios (Ro 8.9); Espíritu del Dios viviente (2 Co 3.3); el Espíritu de Dios (1 Co 2.11); el Espíritu de nuestro Dios (1 Co 6.11); el Espíritu de Dios, el Santo (Ef 4.30); el Espíritu de gloria y de Dios (1 P 4.14); el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de los muertos; esto es, Dios (Ro 8.11); el Espíritu de vuestro Padre (Mt 10.20); Espíritu de su Hijo (Gl 4.6); Espíritu del Señor (Hch 8.39); el Espíritu del Señor (Hch 5.9); Señor, el Espíritu (2 Co 3.18); el Espíritu de Jesús (Hch 16.7); Espíritu de Cristo (Ro 8.9); el Espíritu de Jesucristo (Flp 1.19); Espíritu de adopción (Ro 8.15); el Espíritu
    de verdad (Jn 14.17); el Espíritu de vida (Ro 8.2); el Espíritu de gracia (Heb 10.29)» (de Notes on Galatians, por Hogg y Vine, p. 193).
    El uso o ausencia del artículo en el original donde se menciona al Espíritu Santo no siempre se puede decidir por reglas gramaticales, ni puede la presencia o ausencia del artículo por sí solo determinar si la referencia es al Espíritu Santo. Ejemplos en los que se significa la persona cuando no aparece el artículo son Mt 22.43 (el artículo se usa en Mc 12.36); Hch 4.25 (ausente en algunos textos); 19.2,6; Ro 14.17; 1 Co 2.4; Gl 5.25, dos veces; 1 P 1.2. En ocasiones se debe explicar la ausencia por el hecho de que Pneuma, al igual que Theos, es sustancialmente un nombre propio (p.ej., en Jn 7.39). Como regla general el artículo está presente cuando el tema de la enseñanza es la personalidad del Espíritu Santo (p.ej., Jn 14.26), donde se lo menciona en distinción al Padre y al Hijo. Véase también 15.26 y cf. Lc 3.22.
    En Gl 3.3, en la frase «habiendo comenzado por el Espíritu», es difícil decir si la mención es al Espíritu Santo o al espíritu vivificado del creyente; y no se puede determinar si se refiere a lo último por la ausencia del artículo, sino por el contraste con «la carne»; por otra parte, el contraste puede ser entre el
    Espíritu Santo que pone en el creyente su sello sobre la perfecta obra de Cristo, y la carne que trata de mejorarse mediante obras propias. No hay ninguna preposición delante de ninguno de los dos nombres, y si la mención se refiere al espíritu vivificado, no se puede separar de la operación del Espíritu Santo. En Gl 4.29 la frase «según el Espíritu» significa «por poder sobrenatural», en contraste a «según la carne», esto es, «por poder natural», y la referencia tiene que ser al Espíritu Santo; lo mismo sucede en 5.17.
    El título pleno con el artículo delante tanto de pneuma como de jagios (el uso «recapitulador» del artículo), lit.: «el Espíritu el Santo», destaca el carácter de la Persona (p.ej., Mt 12.32; Mc 3.29; 12.36; 13.11; Lc 2.26; 10.21; Jn 14.26; Hch 1.16; 5.3; 7.51; 10.44,47; 13.2; 15.28; 19.6; 20.23,28; 21.11; 28.25; Ef 4.30; Heb 3.7; 9.8; 10.15).
    La personalidad del Espíritu queda destacada a expensas del estricto procedimiento gramatical en Jn 14.26; 15.26; 16.8,13,14, donde el pronombre enfático ekeinos: «Él», se usa del Espíritu en género masculino, en tanto que el nombre pneuma es neutro en griego, y que la palabra correspondiente en
    arameo, la lengua en la que el Señor probablemente habló, es femenina (rucha, cf. Heb ruach).
    El tema del Espíritu Santo en el NT puede ser considerado en relación con sus atributos divinos; su personalidad definida en la Deidad; su obra en relación con el Señor Jesús en su nacimiento, vida,
    bautismo y muerte; su actuación en el mundo; en la Iglesia; el hecho de haber sido enviado en Pentecostés por el Padre y por Cristo; sus operaciones en el creyente individual; en las iglesias locales; sus
    operaciones en la producción de las Sagradas Escrituras; su obra en el mundo, etc.

    Diccionario Vine.
    Última edición por Estocada; 12-jun.-2019 a las 03:56
    El ego es un eje demasiado débil para hacer girar nuestra vida en torno a él.

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