Estabas allí quieta, observándome,
rápido mi piel se encogió toda, toda;
me convertí en tu pantera fiera,
arrebaté tus besos también salvajes.

Estabas junto a mi, deslumbrándome,
con tus pechos al descubierto.
Mis sentidos se perdieron, enloquecieron,
fue inolvidable, exquisito, inexplicable.

No estabas lejos de mi, ni distante
Estabas allí, ¡OH Dios, amándome!
Te pedía sollozando no te vayas
¡Quedémonos así, así, toda la vida!

Voltee a besarte, y ya no estabas
fue un sueño real, tierno, apasionado
pude sentir tus brazos cobijándome
me embriague de ti hasta caer el alba


By Mary Torres