LEJOS DEL MUNDANAL RUIDO (5 - Presagios)

(SIGLO XVII -Sudamérica)

5 — PRESAGIOS
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Don Ruy caminaba por la sala carmesí, pensativo. Tantos cambios en el entorno de su vida plácida del Tucumán, no dejarían de tener sus consecuencias. Llegó hace veinte años a un mundo en construcción dentro del cual, él había colocado su impronta. Y estaba dispuesto a defender sus años de servicio a la corona de los Austria, porque aquello era la certidumbre de su elección propia.

—“Todo… —dijo de improviso— Todo es siempre así”.

—“¿De qué forma?” —preguntóle el sobrino al ver que callaba otra vez

—“Todo en el mundo sufre alternativas, cambios y variantes, porque el hombre es vital. Pero vuelve. Se hereda a sí mismo”.

—“Entonces aceptas que este escenario tuyo puede decaer, disolverse y perderse ¿Qué no es incólume?”

—“Acepto querido Don Alvaro, que este mundo pétreo y cultural edificado junto a la ribera del río Suquía, puede sufrir una alternativa humana negativa, provocada por las rivalidades del mundo. Por contingencias externas a nosotros, sus ciudadanos, con violencias que lleguen a desbordar nuestras puertas y sus porteros ¡Pero su fuerza es mayor y volverá por sus fueros! …Hemos sembrado una semilla con esfuerzo y los brotes jóvenes ya están floreciendo”.

—“He visto su tenacidad”.

—“Volverá a rehacerse, porque está en su savia. Tiene restitución propia. Como el escudo y el título que es ahora tuyo”.

—“Habrá quienes intenten expulsar a los maestros que han traído hasta aquí el fuego del pensamiento y la constancia del estudio. Siempre ha ocurrido en la sucesión de los siglos”— expuso el sobrino

—“Quedarán sus discípulos. Vendrán otros maestros y recomenzaremos”.

—“Habrá quienes intenten asaltar una ciudad diferente y codiciada. Aislada. Fácil presa de la violencia y las llamas”— insistió el joven

—“La reedificaremos levantando una a una sus cenizas”.

—“Habrá quienes inmersos en avatares políticos lleguen desde afuera y cercenen la cabeza de los ciudadanos más ilustres.”

—“Quedarán sus descendientes. Crecerán y volverán a ser ciudadanos ilustres”— contestóle con firmeza Don Ruy

—“Habrá quienes intenten apoderarse de su biblioteca llena de textos incunables”.

—“Volveremos a llenarla”.

—“Habrá quienes codicien su imprenta llevándosela a otra ciudad, para acallar de este modo las voces de los poetas cordobeses”.

—“Instalaremos otra en el mismo sitio para imprimir con ella de nuevo, la prosa y la poesía que nos acompaña”— respondió con firmeza Don Ruy

—“Oporto llorará tu pérdida”.

—“Hace mucho que secó sus lágrimas. Piensa en mi propuesta”.