Millares de cuerpos apilados.
Millones de niños desolados.
Mentiras de unos desgraciados.
Metódicos siempre desamados.

Miro a mi pueblo, dolido.
Miro al espejo, destruido.
Miro al sur, desmentido.
Miro al norte, desmedido.

Entiendo a la gente.
Entiendo el pesar.
Lo siento en mi mente.
Nunca lo puedo domar.

Las serpientes de oro.
Con su estomago de deudas.
Solo buscan otro tesoro.
No se sacian ni muertas.

Palabras de viejo sentado.
Visiones de unos drogados.
Presentaciones de los egresados.
Poemas para los desalmados.