Eso es lo que crees por tu corta edad. Una crítica destructiva en un buen trabajo te puede poner de patitas en la calle, ya que en muchas partes, el jefe inmediato prefiere no meterse en problemas con su superior inmediato cuando le llega el chisme de que eres algo que le importa demasiado a ese jefe.Iniciado por shakemaster
La idea de esto es más que estar con la actitud de "me vale lo que me digan", estar preparado para cuando ocurra. Precisamente la familia de la que hablo era cristiana, y los vecinos los destruyeron moralmente a tal grado que cuando intentaron defenderse, la gente más los repudiaba. Y no es el caso de los cristianos nada más, puedes ser alguien de piel diferente en un barrio equivocado, envidias en el trabajo, de tu círculo social, de incluso aquellos que se dicen tus amigos.
Cuando alcances algún día cierto nivel, verás que sí importará DEMASIADO lo que digan los demás, e intentarás a toda costa apagar el incendio antes de que llegue a los oídos equivocados. Mientras tanto, da igual que hablen mal de ti dependiendo el círculo donde te muevas, por que ahí no caes a ningún lado, es estar ya en ese fondo y no hay más para bajar. Entonces importará lo que digas, cómo lo expreses, cómo te vistas, qué actitudes tengas hacia la gente y hacia la vida. Y aún así, puedes ser blanco de algún envidioso o deslenguado.
Por ello mucho cuidado con lo que digan de ti; no ahora. Cuando llegue el momento. Y saber cómo manejar esa habladuría de manera directa también será un arte, del que muy pocos salen bien librados. Recuerda que el refrán de estos maldosos es: "Calumnia, calumnia, que algo queda". Y en efecto, más que algo, mucho queda.
