Jesús menciona solo dos caminos, Kimo: el ancho y el angosto.
No dice que haya miles de caminos.
Esto es crucial.
De hecho, en todo el Evangelio y la Biblia se presentan siempre solo dos alternativas, no cinco ni cincuenta ni 500 ni cinco mil.
La vía verdadera es la del desprendimiento del yo, la del amor a Dios a través del amor al prójimo. Esta vía es la que han anunciado los Enviados De Dios a través de la historia.
La vía falsa es la de la adoración al yo. Esta es de la que nos han advertido todos los Profetas.
Buda y Jesucristo enseñaron el mismo angosto y estrecho camino.
El materialismo, la superstición, le odio, el apego a los placeres inmediatos... todo esto es parte del camino ancho.
Una religión, pues, no es, para fines de las Palabras de Cristo que reproduces, un camino: es la manera de andar el camino.