Pues lo cierto es que Dios ni tiene dedos, ni tiene manos, ni tiene brazos. El uso de antropomorfismos en la Biblia responde a una incomprensión y desconocimiento de Dios por parte de los seres humanos; algo que a pesar del gran conocimiento, del que tanto se enorgullece el hombre actual, no ha cambiado prácticamente lo mas mínimo.