Hay muchos a quienes las vanas discusiones se les han convertido en un entretenimiento diario o en un vicio. Han desarrollado un interés morboso por estas discusiones al punto de que no quieren liberarse de estas, por temor a quedarse sin tener algo en que matar su desocupación o su ocio.
Apartarse de las discusiones inútiles, no siempre implica participar menos en los foros religiosos porque se pueden armar debates para que entren a compartir amistosamente los que están de acuerdo con la verdad que se esta exponiendo
1Timoteo 6:4-5
Si alguno enseña una doctrina diferente y no se conforma a las sanas palabras, las de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido y nada entiende, sino que tiene un interés morboso en discusiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, terquedades, pleitos, blasfemias, malas sospechas, y constantes rencillas entre hombres de mente depravada, que están privados de la verdad, que suponen que la piedad es un medio de ganancia.