Lamentablemente la historia nos demuestra todo lo contrario, que la vida no tiene valor alguno, incluso hoy la vida se sigue cotizando en márgenes muy bajos.

Entender la vida, lo que es y lo que significa es de suma importancia para el desarrollo personal de nuestra existencia, porque la vida es tan mágica como bella en todo su contexto, por eso, es nuestro deber enseñar e inculcar a las generaciones venideras lo que en si "encierra" la vida. Enseñar, que un poliformismo en una secuencia nos predispone a las personas a ser más generosos, más empáticos y más sociables, que nos predispone a enteder mejor el sufrimiento de nuestros semejantes, y no sólo el de ellos, sino el de cualquier ser vivo. Cuándo uno tiene conocimiento de que la naturaleza nos está "haciendo" mejores personas, uno no puede dejar de sorprenderse y exclamar ¡¡WOW!!, porque esto es como lanzar un dardo de espaldas a la diana y con los ojos vendados y dar en el blanco. Tener conocimiento, que en el mismo instante de la fecundación del óvulo, éste desprende luz y energía, iluminandose en la oscuridad como "preludio" de una nueva existencia, contemplando la manifestación misma de la belleza de la vida, debido a que cientos de miles de partículas de zinc son liberadas por el óvulo, cuan luciérnagas en la noche del bosque, es, por lo menos, que su cotización aumente en bolsa.

Valorar la vida de uno mismo implica, valorar la vida de los demás, incluso nos despoja de cualquier tipo de violencia, odio, venganza y crueldad. Vestirse con la "piel" del otro, es encontrar el equilibrio en la vida y su verdadero valor.

Sólo con ser consciente de la "complejidad" de la vida, nos hace valorarla aún más. Por eso, Dios puede ser tan grande como nuestra imaginación nos permita y tan pequeño cómo la ciencia nos muestre.

Un salu2.....