Habían varias bocas, varios ojos, se podían ver distinto y hablar distinto.
Varias realidades y nadie lloraba por algo inútil como desear una sola; pues se tenía una sola y allí siempre estaban las otras para mostrar la importancia de cada alineamiento.

El miedo a lo múltiple enferma la idea de orden;
buscando el Orden sólo se ataba a las incertidumbres de sus certezas. Certezas que no admitieron la gama completa de colores, se ofuscaron a decir:
-Es blanco o negro-.
Y contra toda las variables se cubrieron de dualidad para hacer más simple su vida con miedo a la muerte, miedo al caos. Negando el cuerpo para sentirse solemnes dentro de sus miedos.

Ay negadores del cuerpo. Ya no pueden ver los ojos en su florecido movimiento bailando en la sopa de bocas...
Bocas cantando, ¿sin música cuánto aguantarías en tu jaula de duales? Vivirías en error sin la música de los dioses,
e igual los niegas moldeando tus ojos bajo rígidos bloques de temor,
e igual te enorgulleces de tu sumisión.

-¿Prefieres otra vida?
-Prefiero desde la vida, formas hay varias.