AUN SIGO RECORDANDO

Aun sigo recordado tu ceñido vestido
que como cendal de fina seda, apenas
lamía tu esbelto cuerpo de adolescente.

Alma seductora y celeste ensoñadora
que como la más grande y dulce de las musas
encendías la llama que alienta en mis ideas.

Tu calor era llama tierna para vivir entre
mágicos e increíbles caminos donde
mi cuerpo vivía al acaso, apretado a tì
y el aire no cabía entre nosotros.

Sigo recordando aquél beso, ofrecido
en el dintel de tu puerta, bella hechicera
y heroína que te hicieron para mí, y yo
casi virgen, no supe como decírtelo.

Pecho palpitante hermoso y suave, el tuyo
se me ofreció, y fue la prenda gratamente dorada,
primera y hermosa que yo jamás contemplé, alma
gratamente inspirada para vivir mágicos caminos.

¡Hada celeste y soñadora! Que con tu huella
marcaste la llama que ardiera alientando mi vida,
y tu calor, de joven moza vivir hoy quisiera ya que
en mi cuerpo, sigue animada la llama por tì
encendida y que aún brilla en mi memoria.

Pablo García