FOTOGRAFÌA ANTIGUA

¡Sí es ella la que aparece,
sonriente y callada!
La miraba sorprendido
y contenta, pues…
¡Si era ella y
qué encanto traía!

Su rostro, su cuerpo
delgado y gracioso,
su edad juvenil,
me traía la imagen
que con tanto anhelo
puesta fue en mis manos
por esposa Leonides…

Y la esta mujer joven
de fotografía antigua,
dulcìsima Leo,
reencarnó así un día
en la gentil figura
que llamó a mi puerta.
Pablo Garcia