MI NIÑEZ

Da pena pensar en las pocas cosas que la vida regala, ya que las cosas no son como a primera vista parecen y cuando empezamos a trabajar la memoria es cuando nos damos cuenta de que, a las desgracias, no se acostumbra nadie.
- Mentiría si les dijera que no me dan escalofríos al recordar mi pasado. Al reconocer que pese a las desgracias, en él, no solo hubo penas, tristezas, desazones... sino también alegrías, placeres, esperanzas...
- Seamos sinceros y reconozcamos que las cosas no desaparecen, sólo se esconden o se recuerdan, se buscan o se olvidan. O, al caer en malas manos, se oculta una de las mitades y solo se enseña la otra.
Mentiría también si les dijera que no pude pegar ojo y, en esas largas horas, como es difícil compaginar el presente, sin recordar el ayer, me dedique a recordar el pasado y especialmente en ese tiempo en que los chiquillos están siempre con ganas de jugar y son inocentes para todo. Una época tan bonita que nos hace olvidar cuándo lo hemos pasado peor… Por eso las personas siempre vuelven, inconscientemente, a la niñez, aunque se conviertan en recuerdos vagos y confusos.
- Según Marcel Proust, toda persona, por poco inteligente y culta que sea, se ve obligada a afirmar: “Que querría ser de nuevo niño”.
¡Quién no recuerda su mascota como su juguete preferido!. No obstante creo que fue Rousseau él que inicio la moda de situar en la niñez todas las oportunidades y los sueños perdidos del pasado, convirtiéndolos en ese reino mágico e imposible al que jamás nadie puede regresar, donde todos los habitantes son felices como los pájaros en primavera.
En realidad, sólo son personajes que antes de desvanecerse, dejan su breve sello en la memoria, y es verdad, ya que en ellos aparecen animales, plantas, seres vivos y conocidos, imaginados y que pueden estar vivos o muertos. Algunos de estos personajes pueden regresar, después, trasformados para hilvanar una historia. Y en esta historia es, cuando se descubre, el verdadero e incomodo cambio de la infancia, que se corresponde muy poco con la realidad que inspira nuestra imaginación. La verdad es, que este cambio tan brusco, no nos debería sorprender ya que en la adolescencia, cada día, la vida cotidiana se torna más diversa y complicada.
Pablogarcia
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