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Tema: Sus tòtenes y tabùes

  1. #11
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    SE SIGUE
    Capítulo IX

    La vida de Juan según cuenta en el convento fue monótona, ya que aunque que tuvo momentos de querer abandonar el convento. Reconoce que él podía ser útil ante este injusto mundo y además, no podía despegarse de sus promesas ante el altar de servir a la Iglesia. -¿Que cosa podía ser ya el más que fraile?

    Sí, él podía ser útil, ya que mismo si la vida de los monjes de Guadalupe estaba centrada en la oración y en el trabajo y el culto litúrgico ocupaba la mayor parte del día y varias horas de la noche. La actividad se desarrollaba mediante los diferentes oficios de la casa:- bordaduría, escribanía de códices, cuidados de los enfermos y hospitales, atención a los peregrinos, gobierno de la puebla y explotación de la hacienda que el monasterio tenía en Guadalupe y en otros lugares cercanos que era de gran extensión.
    Cuando él llego a Guadalupe reconoce que las nuevas comunidades jerónimas crecieron muy rápidamente en los primeros tiempos. La de Guadalupe estaba integrada por más de 100 religiosos en 1424, por 120 en 1435, por 150 hacia 1467 y por unos 140 en 1495. Este espectacular despegue de la población monástica se debió a las elevadas necesidades de mano de obra generadas por las grandes construcciones - los mismos monjes colaboraron en el acarreo de materiales y llevaron a cabo labores de albañilería - y, sobre todo, por la puesta en funcionamiento de numerosos talleres artesanales.

    A él lo destinaron a la biblioteca que regentaba Diego de Ocaña y reconoce que el año que estuvo a sus ordenes en la biblioteca no hizo más que admirar su sabiduría. Pues desde su llegada además, de ocuparse de ordenar los volúmenes de la biblioteca le ayudaba en los servicios administrativos que dirigía también el hermano Diego de Ocaña.

    En lo que se refiere al trabajo administrativo, fueron descubriendo al poco tiempo que la penuria iba ganando poco apoco el convento. Por todo esto tuvieron que adaptarse una severa reforma administrativa, que si fue al principio por su carácter escasamente traumático, fue la primera iniciativa que adoptaron los monjes cuando los balances de su economía tendieron a empeorar.

    Por eso ellos consideraron que para mejorar la gestión había que disponer de una información más completa y que avanzar en la centralización y coordinación de las decisiones económicas. A fin de alcanzar tales propósitos se reforzó el papel de la mayordomía en la administración de la "casa" y comenzaron a elaborarse de modo sistemático las cuentas anuales de ingresos y gastos "casi" generales.

    Pero en primer lugar, la confección de la "Hoja de Ganado", que además, de suponer un hito dentro de la historia de la contabilidad y de las técnicas de análisis económico en España, permitió al monasterio, desde finales del siglo XVI, conocer la evolución del valor añadido bruto y de la rentabilidad de sus distintas cabañas. El empleo en éstas de tal "refinamiento contable" no fue fortuito, sino que respondió a la mayor prioridad otorgada por los jerónimos a sus explotaciones pecuarias a raíz del desplome del producto de las demandas.
    La reforma administrativa no podía por sí sola corregir el desequilibrio "presupuestario" de la "casa". Ahora bien, aquella facilitó el análisis de los problemas económicos del monasterio y la posterior adopción de una política de austeridad. Aunque antes de aceptar una drástica reducción de sus gastos tuvieron que introducir cambios profundos en su economía. Y para eso los jerónimos intentaron compensar la caída de las transferencias de rentas en la Península Ibérica con un aumento de las procedentes del continente americano.
    Pues aprovechando la devoción de numerosos indianos a la Virgen de Guadalupe, fenómeno fácilmente observable en la toponimia y en la advocación de bastantes ermitas e iglesias en el "nuevo mundo", los monjes intentaron organizar un eficaz sistema de recaudación de limosnas y mandas en los dominios españoles en América. Y para eso se decidió el envió de varios jerónimos para que viajaron a Indias entre ellos a- Fr. Diego de Ocaña y Fr. Martín de Posada, en 1599. Con el propósito de potenciar e institucionalizar la devoción a la Virgen de Guadalupe y las demandas en diversas ciudades.
    Para alcanzar tales objetivos fundaron varias cofradías, cuya administración solió ser encomendada a conventos franciscanos. Aunque el monasterio siguió recibiendo distintas transferencias de rentas desde el continente americano hasta bien avanzado el siglo XVIII, constituyó un rotundo fracaso la tentativa de que los fieles del "nuevo mundo" supliesen la menor generosidad hacia el santuario de las Villuercas de los residentes en Castilla y Portugal:- Era utópico que desde Extremadura pudiera controlarse el destino otorgado a las recaudaciones a que daba lugar el culto a la Virgen de Guadalupe en un territorio amplísimo y separado del monasterio por miles de kilómetros y por el océano Atlántico.
    Todo esto tiene un tono de biografía, necesaria para saber de ante mano como fue la necesidad de su viaje al nuevo mundo. Pero en el caso de él recuerda que estaba con los codos apoyado en el escritorio cuando fue llamado para formar parte de este nuevo destino. Pero la verdad es que él pese a que desde un principió que sen entero de este viaje por parte de Diego de Ocaña, no deseaba otra cosa que ser elegido.
    Aunque reconoce que al encontrarse en plena juventud y como decía el hermano Diego de Ocaña para él era ya también un hombre en plena madurez, lleno de fuerza, ardor juvenil y los suficientes conocimientos para emprender dicha misión. Y además, esas tierras vírgenes por descubrir le fascinaban y para él no cave la menor duda que era lo mejor que podía haberle ocurrido.
    Según sigue contando, él volvió después de la entrevista con el padre prior a la biblioteca con aires de una persona nueva e importante. Ya que pensaba que probablemente llegaría a ser un brillante y generoso misionero. Por eso lo primero que hizo fue buscar todos archivos y legajos de papeles que pudieran ilustrarle sobre el nuevo mundo.
    Pero al profundizar en la lectura sobre el descubrimiento del nuevo mundo en 1492, y su evangelización. Descubre que es el comienzo del genocidio más cruel de estas poblaciones autóctonas. Pues según numerosos historiadores, al menos seis millones de indios fueron asesinados en los primeros setenta años de la conquista. Pues al parecer la conquista se hizo con toda clase de aventureros sin escrúpulos y sobre todo que se envió a la mayoría de los presos de toda índole con buena salud.
    En cuanto a la historia del monasterio de Santa María de Guadalupe con América hay que destacar de forma notable al fraile Diego de Ocaña. Aunque no se trata en realidad de una figura desconocida por completo, bien es cierto que las noticias que se tienen sobre su vida se encuentran dispersas en obras muy variadas y, muchas veces, de difícil consulta y su producción literaria, de la que existen ediciones modernas, todavía no es lo suficientemente conocida como para situarle en el lugar que merece en el panorama de las letras de la América española del siglo XVII.
    En las relaciones de viaje al Nuevo Mundo en el siglo XVI, narración y descripción del viaje de Fraile Diego de Ocaña y su - Memoria de las cosas- (1599) Forman parte integral del tejido textual, y cada una de ellas tiene la finalidad de sustentar aspectos diferentes del texto; por un lado, la necesidad del narrador de dar información sobre su tránsito por las tierras que van siendo descubiertas y/o conquistadas.
    Y por el otro, las múltiples digresiones con las que se describe el escenario por el que se transita. Los diferentes elementos que conforman el texto de Ocaña hacen evidente que nos encontramos frente a una relación con características muy particulares, en las que el relato de viaje es el soporte para incluir todos los aspectos obligados en la Instrucción y memoria de las relaciones que se han de hacer para la descripción de las Indias
    De ahí que resulte necesaria describir la figura de este fraile jerónimo, para adentrarme en la personalidad de nuestro personaje forjado debido a su juventud por Digo de Ocaña. Sí, fue él y San Cristóbal de las Casas del que más tarde hablaremos, que sin ningún lugar a dudas moldearon el pensamiento de Fraile Juan Cordero que en todo momento su forma de pensar y actuar a lo largo de su vida.
    Sí, él en todo momento defendió por aquellas lejanas tierras:- Se ha de tener fe en lo mejor del hombre y desconfiar de lo peor de él, pues no puede haber odio de razas, ya que no existen. No obstante, los pensadores canijos, siguen buscando en vano la justicia en la naturaleza, en los cuerpos diversos de formas y de color y además, siguen propagando la oposición y el odio en el ser humano. El hombre es universal y su diferencia esta en los paralelos y sobre todo en su situación solar que hace su pigmentación.
    Reconstruir el pasado inmediato; dar cuenta a través de un texto de las aventuras vividas en tierras lejanas; describir ante los ojos asombrados de los contemporáneos la geografía recientemente descubierta y visitada; explicar, a quienes se quedaron, las costumbres ajenas y las prácticas extrañas; dar nombre a lo nunca visto y a lo nunca imaginado son sólo algunos de los múltiples motivos por los que se escriben relatos de viaje.

    En ellos podemos encontrar una gran riqueza informativa sobre encuentros y transferencias culturales, ya que los relatos de viaje nos brindan información sobre la figura del narrador y el mundo de vida del que éste procede, así como sobre sus encuentros con culturas que le son ajenas. Pero resultan de especial interés los pasajes en los que el fraile describe el paisaje exuberante, que su recorrido encuentra.


    Capítulo X SE SIGUE
    Última edición por pablogarcia1941; 10-jun.-2015 a las 04:20

  2. #12
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    Ay perdón entendí sostenes jajaja ya iba a poner otra cosa.

  3. #13
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    Capítulo X

    Como ya cuenta anteriormente, el viaje de Ocaña fue motivado por la crisis económica en la que se encontraba el Monasterio en la segunda mitad del siglo XVI, debida, principalmente, a que las limosnas habían disminuido por la creciente pauperización de España. Situación que al interior del monasterio se veía agravada por el deterioro de la imagen de los «romeros» y la disminución de las peregrinaciones, ya que ambas prácticas habían tenido su apogeo en el período medieval y ya para fines del siglo XVI empezaban a desaparecer, de tal forma que el convento se vio obligado organizar este viaje con cerca de una docena de frailes con el fin de recaudar dinero para fundación.

    Partieron el 3 de enero de 1599 a las Indias en compañía entre otro del padre fraile Martín de Posadas, pero debido a la situación económica que atravesaba el convento, ya 1587 lo había hecho que el Fraile. Diego de Losar que salio con el mismo propósito. Pero en lo que se refiere a él ese día tuvo la sensación que iba a ser uno de los más importantes de su vida. Ya que a partir de ahora todo estaría proclamado para sacar el máximo provecho para el mejor desarrollo de la comunidad.

    Sin embargo, se alegró de saber que había llegado el momento de lanzarse sobre otro mundo y él era joven y con aspecto lozano. Por eso reconoce que se sintió a gusto en la carroza y todo pese a que debido a que el hermano Tomas por su gordura ocupaba la plaza de dos. Sí, en la primera carroza iban cinco de ellos y en la otra el resto además, de un carromato donde tras portaba todo lo necesario para tan largo viaje.

    Salieron muy de mañana, donde una espesa bruma les acompañó toda ella. No obstante, él siguió observando el paisaje y todo por qué el silencio desde que salieron del convento entre ellos era total. Bueno él reconocía que de aquel estado de ánimos de la mayoría de ellos, él personalmente no quería contagiarse. Dado que a veces al recordar el horror que le había prodigado el convento, y además, pensar que no volvería a salir de él; ahora tenia la oportunidad de ser libre de nuevo.

    Por la tarde el sol salio con todo su esplendor, por eso ahora siguió observando con mayor interés el camino donde en grades bandadas de mirlos y tordos asustados por las voces del conductor revoloteaban asustados. No tardaron ya caída la tarde en penetrar en las primeras casas de Talavera hasta detenerse en el mismo convento donde el ingreso a sus quince años. Por eso reconoce que al encontrarse de nuevo en ese convento y ya en su celda que volvió a reflexionar sobre su vida y su nuevo viaje lo que le impidió dormir. Y todo porque ese convento en lugar de infundirle confianza solo sirvió para reavivar el dolor a sus recuerdos.


    A la mañana siguiente y antes de partir para Madrid, recuerda que el hermano mayor que siempre observo en él una gran simpatía por su persona entregó un pequeño libro en blanco y le pidió que anotara en él todo lo más importante que le sucediera. Diario que después cuando volvió al convento para terminar sus días este hermano se encontró que no pudo entregárselo porque hacia años que había pasado a mejor vida.

    Cuando despertó al otro día y en esa salida matinal todo ocurrió en un simple cerrar de ojos. Pero esta vez reconoce que el viaje hacia Madrid, debido que ahora era ya en una diligencia la comodidad hizo cambiar su trayecto. Aunque esto no impidió su mal humor, ya que no olvidara a lo largo de su vida; que a los pocos kilómetros de Talavera la diligencia dejó a su izquierda Cazalegas donde seguía viviendo sus padres y hermanos y que no pudo ver ni volvería a ver más.

    En la diligencia, viajaban con también con ellos un matrimonio de edad avanzada, pero aunque la conversación era amena las voces para él parecían llegar de muy lejos. Pues ya sin importarle el paisaje y como si todo fuese ajeno a él. En su corazón solo seguía afluyendo a borbotones los sentimientos infantiles de su familia. Hasta que ya al oscurecer las palomas alborotaban en torno al monasterio de San Jerónimo el Real, conocido popularmente como «Los Jerónimos».

    Llegaron con la luz solar suficiente como para poder observar como suele ocurrir cuando alguien como él por primera vez queda extrañado ante tanto hermoso edificio y sus anchas calles adoquinadas. Sí, reconoce que estaba como aturdido pues en apenas dos días habían ocurrido demasiadas cosas; aunque reconoce que solo Dios sabe cuantas otras maravillas o sombrías historias le quedaban aun por recorrer.

    En su diario Juan dice que en ese momento no llegaba a comprender bien, lo que para él representaba este cambio de su vida. Ya que por el momento para él llegaba a guardar ninguna relación con lo que a otros frailes les pudo a ver sucedido. Pero el poder ahora ver otras cosas que no fueran esos oscuros conventos el resto de sus vidas le satisfacía. Sí, y además, él se encontraba en plena juventud, lleno de fuerza y el ardor de un águila para seguir volando y porque no estar contento si para él todo comenzaba a partir de ahora.

    Distraído en sus pensamientos, no percibió que el hermano Diego Ocaña, junto a otros hermanos por las silenciosas naves llegaron hasta él; para pedirle que les acompañara. Para poco después penetrar juntos en la nave central, donde no se veía más que un grupo de personas alrededor del sacristán y varias mujeres arrodilladas que rezaban en voz alta junto al altar. Ellos por lo contrario se colocaron en los últimos bancos donde comenzaron de rodillas a rezar, hasta que comenzaron las primeras palomas a buscar sus escondrijos y los primeros murciélagos descendían de las bóvedas para después revolotear entre las numerosas columnas del templo.

    Al día siguiente, se despertó como siempre por el ruido del algún hermano que corría por los pasillos agitando sus llaveros con el fin de llamarlos al comedor a la vez que las palomas cada vez más numerosas revoloteaban por las naves y patios. Esa mañana de nuevo se reunieron con la presencia del obispo y varios responsables de la cofradía en un salón de la biblioteca donde ultimaron los últimos detalles del viaje.

    Dos días todavía tardaron en salir de la capital, mientras tanto él se dedicó a visitar el templo y el parque del buen Retiro. Pero lo que más le llamo la atención fue la cantidad de beatas que entraban en la iglesia y las que según él creía debían de experimentar un estremecimiento de placer. Sí, algo así como una deleitosa dulzura de poder conseguir con su donativo y sus oraciones salvar el alma.

    Pero al observar estas beatas lujosamente vestidas, estaba seguro de que sus maridos se mostrarían agradecidos a los sacerdotes. Y todo porque estos les servían de entretenimiento a sus queridas esposas, mientras ellos con mayor libertada podían dedicarse a sus quehaceres y placeres mujeriegos. Pero que importaba si además, los sacerdotes y frailes si sabían que vivían solo por el dinero.








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    Capítulo XI

  4. #14
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    Capítulo XI

    Poco antes de salir el sol, las diligencias con dirección a Sevilla abandonaban la capital, aunque ahora ya más entusiasmado se distrae con la novedad del paisaje. Que ya no era tan seco, ni mismo los caminos eran los mismos dado que las herraduras de los caballos levantaban chispas de vez en cuando al chocar con las piedras enterradas en la arena del camino. Así como los bordes de los caminos que cubiertos de cardos mezclados de ortigas tan verdes y espesas que hacían que conductor redujera en ocasiones el trote de los caballos.

    Pero fue ya después de comer en Taranco y cuando ya el sol comenzaba a perder su brillo sobre el cielo que se dé tuvieron en una venta para cenar y descansar a pocos kilómetros de Tomelloso. Para luego muy de mañana reanudar el viaje por esos caminos mal cuidados y con los contornos indecisos. Para después más tarde de dejar atrás Ciudad Real y terminar comiendo en Puertollano. Pero fue ya tras no más de diez kilómetros de marcha que al vagar su mirada observó que ya no eran campos labrados sino que los caminos cada vez eran más empinados debido a que se hallaban en pleno corazón de Sierra Morena.

    Pero ya aquí recuerda que pudo con curiosidad admirar la verdadera naturaleza, ya que el espectáculo que ofrecía las montañas junto al revolotear de los cuervos y urracas con su receloso movimiento del carruaje y los caballos era sorprendente. Pero fue ya una vez dejado atrás la sierra que volvieron a descansar para comer en El Real Monasterio de San Jerónimo de Valparaíso que se encuentra en Sierra Morena, cerca de Medina Azahara.

    Atraído por la novedad del paisaje, entre bosques y montañas, salio con otros hermanos a recorrer las cercanías del convento. Hasta que unas horas después reanudaron la marcha dieron la vuelta, porque el hermano Diego de Ocaña les había citado con el fin de ultimar los detalles de su última etapa hasta Sevilla. Dado que deberíamos salir al día siguiente, puesto que según él las carabelas tendrían su salida exactamente quince días después, pero antes tendrían que preparar de ante mano todo lo necesario para tan largo viajé.

    Al llegar a Sevilla y a su puerto la diligencia les dejo en el Arenal donde en primer término y al fondo se halla Triana desde donde se puede apreciar la Torre del Oro. A derecha de la Torre del Oro, el único artificio (grúa) que había para descargar las carabelas. Pero según les contaron existían grandes inconvenientes, dado que el puerto de Sevilla por su sinuoso trazado del Guadalquivir hasta Sevilla. Sus marismas con poca profundidad, no permitía barcos de gran tonelaje y por eso dada la barra de arena de Sánlucar, obligaba a los barcos a maniobrar con sumo cuidado y no demasiado peso si no se quería naufragar en dicha zona. Y por estas razones fue por las que tuvieron que salir del puerto de Cádiz.

    Por este inconveniente retardaron el viaje y mientras tanto se hospedaron en el Monasterio de San Jerónimo de Buen avista. Fundado en 1414 por fraile Diego de Sevilla, cuando regresó a su ciudad natal después de haber residido en el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe. Y al parecer, desde el año 1575 fue uno de los conventos donde se imprimieron las bulas de la Santa Cruzada a Indias, una autorización para la conquista de América que se vendía por las calles.

    Sevilla tras el descubrimiento de América se convirtió en el centro económico del imperio español al monopolizar el comercio transoceánico -
    (Casa de Contratación de Indias); abriéndose una verdadera Edad de Oro de las artes y las letras. Y por eso el con el hermano Diego de Ocaña muy amante de la cultura visitaran todos los lugares culturales y artísticos de la ciudad.

    Los más importantes edificios del centro histórico son de esta época:- Catedral (terminada en 1506); Lonja, que posteriormente, Carlos III ordenó su adaptación para albergar el Archivo de Indias, Giralda (campanario y Giraldillo: Que se encontraba en obras, así como el Ayuntamiento y el Hospital de las Cinco Llagas que este si funcionaba desde el1544. No obstante, para Diego de Ocaña lo más. Importante era determinar la salida hacia Sanlúcar de Barrameda que embarcarían.

    Pues al parecer como era de esperar ellos no serian los solos a atravesar el océano, pues según les explicaba la colonización no era fácil y renecesitaba mucha gente para acometer dicha empresa. Pues ya en los primeros descubrimientos se dan algunas escasas provisiones a favor a la emigración forzada y fue cuando la Corona se vio obligada a reclutar presidiarios como soldados y colonizadores.

    Por eso que ya el propio Colón en su tercer viaje, en vista de los pocos expedicionarios que recluto, propuso que todos los delincuentes condenados a muerte u otras penas severas, podían ser indultados si, servían como trabajadores en la Isla la española durante un tiempo determinado. De modo que no se trataba de una deportación forzada de reclusos, sino la presentación voluntaria de condenados que quisieran aprovechar la posibilidad de un indulto condicionado.

    Pues al parecer ya en los primeros años los monarcas Isabel y Frenando dictaron algunas ordenes para que los jueces consideraran a las Indias como destino a personas condenadas a expatriación, se les desterrara a Santo Domingo para hacerlas trabajar forzadamente, en el laboreo de las plantaciones debido a que los indígenas se dejaban hacer.

    En cuanto a las exportaciones españolas hacia América en los primeros tiempos de la colonización están fundamentalmente compuestas por alimentos, aperos de labranza y manufacturas. Entre los alimentos se lleva trigo, legumbres, vino (a partir de 1519 se exportaban vides para plantarlas en América), aceite, vinagre, azúcar, y desde Canarias se enviaron obreros especializados para su producción).

    Para fomentar la agricultura y la ganadería se mandan aperos en general y semillas, plantones y ganados. Las manufacturas comprenden paños, sedas, ropas, vidrios, cuchillería, herramientas, libros, etc. En cuanto a las importaciones se refiere, hay que destacar algunos productos típicamente americanos como son el tabaco, cacao, chocolate, cochinilla, añil, palo del Brasil, cueros, maderas.

    En cuanto al tonelaje de las importaciones es inferior al de las exportaciones, sin embargo esa diferencia queda compensada con creces con el extraordinario valor de la importación de metales preciosos como el oro y la plata. Sin embargo los metales preciosos, no llegaron a constituir una característica de la colonización española en América, políticamente que rápidamente fue abandonada.

    El día Previsto para bajar hasta Cádiz y más preciso Sanlúcar de Barrameda, donde al parecer embarcarían se hizo a las seis de la mañana y según los cálculos de Ocaña llegaríamos al atardecer. Atrás dejaríamos, ese río grande que ya estaba cansado de sostener sobre sus aguas diversas culturas cuando los barcos de América comienzan a herir su curso. “Pero es entonces, cuando el río se hace universal y es también entonces cuando Sevilla comienza a ser un don del río y a cobrar esa grandeza que le lleva en el siglo XVI a ser una de las primeras urbes del mundo".
    La localidad de Sanlúcar de Barrameda, estaba ubicado el Monasterio de Nuestra Señora de Barrameda, también conocido como Convento de los Jerónimos; donde pernoctaron hasta su salida a ultramar. Pero fue aquí donde después de continuas reuniones, se decidió que se almacenarán los envíos de las limosnas entre los devotos de la Virgen, y de asegurarse que esas limosnas llegasen convento de Guadalupe en Extremadura. Su intención, como bien queda establecido en la reunión, de tal manera que no se desviasen, a otras órdenes religiosas. Ocaña es tan explícito en esta resolución, que llega a decir sin ningún empacho, que no permitiría que estas limosnas quedaran en manos de otras órdenes religiosas.
    Capítulo XII
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  5. #15
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    Predeterminado SUS TÒTENES Y TABÙESCapitulo XII

    Capítulo XII
    Llego por fin el día señalado para él embarque y aunque los hechos históricos para nosotros parezcan lejanos y faltos de realidad. La verdad es que siguen unidos por ese misterioso engranaje, generador de esos contiguos movimientos que desde siempre empujan a la humanidad a perpetuarse.
    Pues según cuenta Juan, no era un sólo barco que él creía que zarparía al mismo tiempo del puerto sino tres. Ya que la conquista del nuevo continente necesitaba repoblarlo y como también combatientes.
    Si al parecer, durante la primera mitad del siglo XVI los viajes fueron irregulares; todavía no se había descubierto el potencial económico de las nuevas tierras. Se utilizaba el sistema del "navío suelto" que emprendía la travesía en cualquier fecha y sin protección alguna frente a los piratas y corsarios. Está libre navegación ocasionó muchas pérdidas de barcos y hombres, ya que éstos, pensando en el beneficio, marchaban en pésimas condiciones y en momentos indebidos.
    Por eso, entre 1561 y 1566 y ante los continuos ataques corsarios, se promulgan una serie de normas consistentes en la reglamentación del tonelaje de las naves, en la obligatoriedad de armarlas y en la organización de su protección mediante buques de guerra que acompañasen a los mercantes "haciéndoles escolta y guarda... y traiga el tesoro nuestro y de particulares".

    De los tres barcos en apariencia iguales les diferenciaba que dos de ellos iban armados con cañones y es donde se tras portaban los avituallamientos para el ejército. Pero ya en el de ellos según el capitán que les informo, eran para ellos y otros tres frailes Dominicos así como también unos treinta presos, aunque según les cuenta no eran peligrosos ya que después de un tiempo recluidos dieron prueba de buena conducta y además, voluntarios para terminar su condena en el nuevo mundo.
    Aunque reconoce que no tardo en volver a la realidad al observar que los presos y presas subían la pasarela con dificultad a causa de sus grilletes. Sí, la verdad es que le dio mucha pena ver que entre ellos iban cinco mujeres con apariencia de buenas personas. Pero luego más tarde bajo unas capas de preciosos bordados y arrastrando lujosos vestidos y acompañadas de elegantes caballeros iban otros diez que sin embargo, estas ya eran recibidas con todos los honores por el capitán.
    Terminadas las últimas inspecciones en Sanlúcar de Barrameda, las naves desplegaron velas hacia Canarias, en donde se hace aguada, la mayor parte de las veces en La Gomera y donde se aprovechaba la estancia para otras necesidades logísticas. Al parecer la velocidad era determinada por el buque más lento. Para esto de noche encendía a popa un gran farol para servir de guía al resto de los barcos.
    Al fin logro serenarse y habituarse por el momento a su nueva situación. Algo así como el que pasa de golpe a una circunstancia a otra sin ninguna preparación prevista. ¡Adiós! - España y su rutinaria vida en esos oscuros conventos de Dios y ahora solo los recuerdos de su familia y sus amigos de juego.
    Después como bien sigue escribiendo, cuando apenas el barco despegaba sus velas él estrecho de Gibraltar y apenas ocho horas después. El inmenso Océano con su soledad absoluta, pues ya ni las gaviotas revoloteaban en su entorno. Y ahora sólo el murmullo de las olas en su choque continúo con la proa del barco. Sí, ya nada en el horizonte que no fuera agua y agua después de dejar atrás las ciudades, montañas y sus prados.
    Después sigue embebido en la monotonía del océano traquido, sin llegar a comprender la grandeza que lo rodeaba. Siguió mirando el mar, donde el horizonte se confundía con el cielo para preguntarse como los capitanes con sus interminables horas de navegación llegaron a realizar tan extraordinarias hazañas. Para luego reconocer que el hombre en su continúa evolución terminara por dominar estos extensos océanos como dominaron en su día los mares.
    Todas las tardes, recuerda que salía a cubierta y sentado en la proa del barco término por hacer amistad con un viejo marinero que ya había hecho está travesía en diversas ocasiones y que termino siendo un amable compañero. Sí, tenía el rostro curtido por el sol y el aire salitroso y hasta ahora ni una enfermedad ni miedo al mar ni sus tormentas. El viejo marinero todas las tardes le contaba alguna anécdota ocurrida lo mismo en el barco como en esas tierras que según él eran de un verdor deslumbrante.
    Pero fue ya al tercer día, cuando bien recuerda que al salir el sol y a la derecha, una gran montaña nevada que cerraba el horizonte. Ante su gran sorpresa el viejo marinero le explicó que era el pico del Teide con una altura según él de 3.718-metros sobre el nivel del mar y por tanto se aproximaban ya a la isla de Tenerife. Sí, él recuerda que puso los ojos en blanco ante tanta belleza; por lo que el viejo al soltar una continua risa, dejaba al descubierto sus pocos dientes que le quedaban.
    Los barcos en el puerto apenas se detuvieron dos días, que sirvieron para avituallarlos con más comida pero sobre todo con una docena de presos y en los barcos militares más pólvora y caballos. Mientras el mar esos días gruñía; a la vez que las gaviotas al olor de la comida revoloteaban sin concierto, se quejaban imitando el incesante lloriqueo de niños martirizados.
    Pero de este pasaje de la isla, dice que lo que le sorprendió fue esa tierra de lava negruzca que era al parecer es la consecuencia de sus continúas erosiones volcánicas del Teide, que al resbalar por toda la ladera que termina precipitándose en el mar. Además, lo que más le llamo la atención fue que por estas laderas una extensa arbolada, dividida por paredones de negruscas piedras secas permitía por su micro clima que se esparcieran todo tipo de ramajes que con su exuberante belleza se perdía hasta las alturas.
    Pero fue ya al día siguiente que la voz recia del capitán sonó desde el pie del mástil para ordenar a la tripulación que desataran las amarras y desplegaran velas. Para horas después observar como la nieve que cubría el Teide se iba perdiendo en el horizonte. Pero fue luego lo que más llamo la atención, la llegada a cubierta de tres mujeres que con unos recipientes de agua se pusieron fregar. Para luego más tarde a parecer una mujer muy joven alta y flaca con un cántaro apoyado en su cadera.
    Juan sigue contando que le impresiona tanto su belleza que estuvo toda la noche sin poder conciliar el sueño. Pero al amanecer termino por aborrecerse a sí mismo al recordar su promesa ante el altar, donde debía dedicar su vida enteramente a Dios. Y por eso se prometió así mismo que aquella pasión sería la última tentación de su vida. “Pues para él placer ya no debía de existir” ningún sentimiento por lo femenino, él debía combatirlo como a una bandada de cuervos que sólo desean darse un festín y por tanto, él no quería por nada de este mundo acabar en el infierno.
    No obstante, incapaz de borrar sus pecaminosos pensamientos, dice volvió mentalmente a ella y reconoce que días después no pudo por menos de preguntar a su nuevo amigo marinero del delito que hubiera cometido dicha joven. La verdad es que no sabe por qué lo hizo, aunque creé que fue para justificarse a sí mismo; o en realidad es que sintió lastima de todas ellas. Sin embargo, después de escuchar toda la historia de su desafortunada condena esa noche tampoco pudo reconciliar el sueño.
    Sí, volvió a él su silueta joven y hermosa, bien tallada, de un rostro inolvidable y sobre todo unos azules ojos que parecían dibujados. Por eso cuenta que Margarita que era el nombre que le había dado al contar su triste historia quedo al instante grabado en su memoria. Pues según cuenta Ernesto el marinero la de más edad era la madre de Margarita, condenadas a la misma pena las dos.
    Pues para ellas todo empezó, porque su hermano y su padre, después de descubrir el cadáver mutilado de la que iba a ser la esposa de su hijo decidieron acuchillar al marques para el que trabajaban. Ellos por lo visto fueron decapitados en la plaza de Úbeda, para después descuartizados esparcirlos por el suelo con el fin que dichas decapitaciones sirvieran de ejemplo para el resto de la población. Mientras tanto ellas por cómplices fueron las dos condenadas a largos años de prisión.
    Sí, eran malos tiempos para los campesinos y todo debida a que el derecho de pernada fue una costumbre extendida en la edad media según la cual el señor tenía derecho a acostarse con la novia antes que su propio esposo cuando había una boda. Esta costumbre probablemente se deriva de costumbres ancestrales, significaba la plena posesión del amo sobre sus siervos y todas sus pertenencias y además, se basaba en la idea de que los poderosos generaban riqueza. No obstante, el siervo podía librarse de este derecho del señor pagando una elevada suma de dinero, como no lo tenían no podía librarse de tan aberrante derecho de su señor (a menos que la novia fuese muy fea).

    Estas leyes confirmarían la existencia de un auténtico Derecho de Pernada, por más que la ley del silencio parece haber corrido un manto de oscurantismo sobre la naturaleza real de este fenómeno. Sin embargo, este ritual sexual de la primera noche, siguió en práctica durante siglos, dado que las mujeres y los vasallos asienten y callan por miedo al señor. Al sentirse impotente frente su enorme poder, caen en un consenso fatalista que admite las prestaciones corporales y actúa, en casos extremos, como una especie de servilismo del buen vasallo que busca quedar bien con su señor prestándose al uso de la hija…

    Capítulo XIII

  6. #16
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    Capítulo XIII

    Llevaban ya varias semanas de navegación y el océano parecía interminable ya que más allá del alcance de su vista las interminables onduladas olas el cielo seguía confundiéndose con el agua. Sin embargo, como le contaba el viejo marinero los vientos les eran favorables y por tanto no debía temer pues nuestro capitán era un experto navegante que conocía por sus continúas idas y venidas a la península y por tanto su misión era la de llevarnos a buen puerto.

    Sí, me asegura que todo iría bien pese a que los medios de navegación todavía a principios del siglo XV, los navegantes no disponían de medios para orientarse con cierta precisión ya que tan pronto dejaban de ver tierra; que era el sistema habitual de navegación costera. Aparecía en los navegantes el error al océano, ese mar tenebroso como ellos lo denominaban.

    Pero ya a fínales del siglo, un apreciable caudal de experiencias y técnica ya adquiridos, permite a un buen número de pilotos estimar su rumbo y fijar su posición en un mapa, aun lejos de la costa; así pudo el Atlántico primero y el Pacifico después de dejar de ser temerarios. Si fue según cuenta su amigo que con todos estos detalles y con la ayuda de Dios estaba convencido que llegarían a buen puerto.

    El viejo marinero miró del pues al sol que sobrepasaba el mástil superior, para esconderse de vez en cuando entre las velas. Y aunque no era aún mediodía, los dos siguieron dialogando; pero esta vez a babor del barco para esquivar los abra-santes rayos del sol. Luego volvió a mirar el sol y reconoció que el viejo tenía razón pues ya no picaba y por eso reconoció que los conocimientos del viejo marino a lo largo del viaje le servirían para otras muchas cosas. Mientras en el puesto de mando como muchas veces el capitán conversaba con Diego de Ocaña, posiblemente para recoger información de los pormenores del nuevo mundo.

    Y fue al observar las constantes charlas entre los dos que no se podía pasar por alto que el Nuevo Mundo se iba consolidando un culto guada-lupano, cada vez más extendido y cada vez más intenso, debido seguramente en gran medida a que las gestas del descubrimiento y la conquista de América se encuentran, en muchos casos, marcadas por la personalidad y las prácticas religiosas de los extremeños, quienes extendieron por el Nuevo Mundo la devoción a la imagen de Guadalupe.

    Pues no fueron pocos los conquistadores que visitaban el Monasterio antes de emprender su azaroso viaje o al retornar de él. Cristóbal Colón visitó Guadalupe en varias ocasiones, una de ellas en 1486, y lo mismo podemos decir de Hernán Cortés y de los hermanos Pizarro, extremeños que antes de embarcarse a América solían pasar, en condición de peregrinos, a la Basílica guada-lupana a rendir su tributo a la Virgen y solicitarle la gracia de encontrar condiciones favorables para el largo trayecto.

    No es por eso extraño que el culto a la virgen de Guadalupe haya encontrado en los conquistadores un medio para extenderse en tierras americanas, y de ahí también que los superiores del convento decidieran enviar, una autorización de Felipe II, a sus recolectores de limosnas, uno de los cuales fue, ni más ni menos, su maestro Diego de Ocaña.

    Las primeras semanas de navegación, debido a una serie de novedades los días pasaron rápido. Y todo porque para él esperar la salida a cubierta de Margarita era un deleite para su joven existencia, mismo si la contemplaba desde lejos. Pero aunque apenas fueran unas horas, Margarita cada día que pasaba era otra a sus ojos y todo porque él cada día la veía más bonita. Y por eso le dolía pensar que al llegar a tierra acabaría por perderla, situación que reconoce que le costaría resignarse.

    Está con conclusión la parecía tan inesperada que llego a temer perder su fe en la empresa que el convento le había designado. Pero él que culpa tenía si para él era una verdadera belleza y además, con esa cara como una virgen. Sí, tenía el rostro moreno, fino y perfecto, con una nariz bien dibujada, los ojos azules y los dientes blancos como el marfil. Y por todo eso al no poder dejar de observarla no llegaba bien a comprender que el sacrificio de su vocación sacerdotal que suponía; una vida sin amores, ni placeres ni afectos.

    Así cuenta que fueron pasando los días, con la sola esperanza de poder hablar aunque no fuera más que unos instantes con ella. Hasta que un día debido a una tormenta que en varios días puso en peligro los barcos y por supuesto sus vidas tuvieron que pasar en la bodega reunidos todos ellos y además, fue él el encargado de rezar cada dos por tres el rosario.

    Durante todo este tiempo recuerda que él se situó a su lado y aunque ella asustada no abría la boca ni para comer. Sin embargo, ella no dejaba de mirarle con esos ojos y debido a las circunstancias le embrujaban. Por este motivo, no tuvo coraje de retirarla la mano que al estar todos tan juntos se la estrechaba fuertemente sin ser vista, lo que le obligaba a no poder pasar hoja de su libro de oraciones.

    Al principio reconoce que confuso trato de soltarla la mano. Pero Margarita le retuvo con fuerza y ante tal enérgica actitud se dijo que mal hacia si en realidad nadie ni su madre estaban pendientes de ellos. Por eso por el momento recuerda que pese a que ella continúo con un suave tacto pasándole su mano por la suya y pese a sentirse agobiado, a la vez continúo sintiendo una especie de embriaguez amorosa.

    Durante los dos días que duro la tormenta, ella continuo sentándose a su lado mirándole y con la sola esperanza que a su lado se encontraba segura. Y reconoce que ya ahora su mirada no le molestaba y sentía cada vez más el deseo de hablarla y de mostrarse gentil con ella. Después ya una vez terminado el peligro de la tormenta, reconoce que le calmo el respirar ya una vez en cubierta el viento fresco que soplaba.

    El océano aunque siguió batiendo furioso varios días, para Ernesto que no se separaba de él no resultaba ya ningún peligro y todo porque ahora, el espectáculo aunque seguía siendo impresionante. Ahora las olas aunque ya más tranquilas ellas seguían chocando fuertemente contra la armadura del barco, para luego volver otras con más fuerza emergiendo la cubierta con su espuma.

    Días después, el viento calmo para dar pasó a un cielo nublado y el mar como cubierto de ceniza y aunque las lluvias ahora eran si fuerza los aguaceros fueron continuos hasta que el cielo una mañana apareció de nuevo más deslumbrante que nunca. Por lo que Ernesto le dijo que debido al cambio de temperatura estaban cada vez más cerca de las aguas templadas que bañaban las incalculables islas del Nuevo Mundo.

    Pues los barcos a toda vela se van día a día acercando más de costa y como según le contaba Ernesto los barcos recolarían en la isla Dominica o la Martinica -unas 2.160 millas desde Canarias y después unos veinte o treinta días de navegación partir de allí ya se producía la separación de los buques. Sí, desde aquí unos se dirigen a Cartagena, Nombre de Dios, Portó Velo y otras marchan hacia Veracruz, las Grandes Antillas, Honduras y Yucatán, etc.

    Por eso ante la evidencia final del viaje, como la noche anterior y después de sus oraciones volvió de nuevo a recordar a Margarita. Pues era incapaz de olvidar ese apretón de mano y pensar que tal vez no la volvería a verla después del final del viaje. Por eso en su mente sólo acudía su esbelta figura y pensó no obstante que tal vez a lo largo del día la volvería a ver limpiando la cubierta. Y así fue pues según cuenta distraído mirando esas interminables aguas del océano, una voz suave sonó a su espalda.

    – ¡Padre Juan!... al oír su nombre en la boca de ella y al mirarla con cierta intensidad recuerda que a ella la momentánea blancura de su rostro enrojeció. – ¿Cómo sabía ella su nombre si apenas habían cruzado palabra? Aunque no tardo en preguntarse que abordo todos terminaban por saber quién era quien. ÈL no dejo de mirarla y ante su insistente mirada ella bajo la cabeza y en su turbación sólo atinaba a jugar con la punta de su delantal como si su profunda mirada por ser él un sacerdote esperara por su parte un reproche.

    ─ ¡Ay, buen Dios! - ¡Ay, señor!... Nunca creí pecar en tan confusos pensamientos de alegrías ni los dolores de esta tentación carnal. Pero como suprimir este martirio si él no podía ya alejarse de una vida sin posible vuelta atrás. Es verdad que dudo unos instantes antes de alejarse de la moza, pero al ver que su madre intentaba darle conversación. Termino por preguntarla por su destino una vez que desembarcaran en Santo Domingo y cual fue su alegría cuando le confirmaron que estaban destinadas a Veracruz.

    Juan siguió mirando a las dos mujeres con la misma simpatía, pero a la vez reconoce que seguía manteniendo la irresistible admiración o más bien atracción por Margarita que hasta la madre termino por mirarlos con una expresión dura. Algo así como bajo esa mirada suya tan penetrante le infundiera miedo a la pobre mujer. Pero él al percatarse de tal bochornosa situación termino por sonreír y asegurarla que en su nueva situación, las ayudaría dentro de sus posibilidades.

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  7. #17
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    ¡Tierra! Grito desde lo alto del mástil y todos se dirigieron a cubierta para admirar una isla que el barco deja a la derecha para dirigirse a la española-Dominica o la Martinica. Pero recuerda que al pasar el barco entre las dos islas los barcos tuvieron que luchar, con el ímpetu sordo de las corrientes y tuvieron que sujetarse de los dramáticos y ruidosos golpes de las olas. Para horas después los barcos ya navegan por aguas tranquilas, paradisíacas, limpias que dejaban ver un fondo de extraña vegetación, a la vez que los peces al moverse al unísono produciendo plateados colores en sus continuos movimientos.

    Allí estuvieron reunidos tres días todos los Jerónimos y donde se decidió la trayectoria de cada uno. Sobre en lo que se refiere al padre Diego de Ocaña partió el veinte de marzo y, tras una escala en Cartagena y Portó bello, desembarcaron en Panamá el 1 de mayo de ese mismo año. Pasaron una breve estancia en ese lugar para viajar, el 3 de agosto, al puerto de Payta, donde el fraile Martín de Posada, que estaba ya muy enfermo, falleció el 1 de septiembre.

    Al parecer Ocaña continuó, solo, viaje a Lima, aunque se detuvo en lugares como Piura, Saña, en el Santuario de la Virgen de Guadalupe de los frailes Agustinos y en Trujillo. En la ciudad de Lima, a la que llega donde el veinte de octubre, se detiene hasta el seis de febrero del año siguiente. Fundó la capilla de la Virgen de Guadalupe que fue levantada en dicha ciudad por Alonso Ramos Cervantes y su mujer. Se sabe que el fraile jerónimo pintó la imagen para esta capilla y que dicha imagen se enriqueció con un número considerable de joyas.

    Así embarca en el Callao, el 6 de febrero de 1600, con dirección a Chile, región que recorrería por tierra hasta él estrecho de Magallanes. Llegó muy enfermo a Lima, dónde se detuvo hasta agosto del año 1604. En la Navidad de ese mismo año embarcó para México. Donde volvió a encontrarlo pero desde entonces sólo sabe que desde ese momento por otros que murió en Nueva España, cuando contaba con cuarenta años de edad, y que las noticias llegaron sobre la misma al Monasterio el 17 de noviembre de 1608.

    Difícil es reconstruir la verdad de los viajes de Diego de Ocaña. Ya que dar veracidad a través de un texto de las aventuras vividas en tierras lejanas y describir la maravilla de la geografía descubierta y visitada es difícil de explicar. Ya que quienes descubrieron, las costumbres ajenas y las prácticas extrañas y dar nombre a lo nunca visto y a lo nunca imaginado.

    Sin embargo, en los escritos dejados por Ocaña, sus múltiples los detalles que él cuenta y en ellos podemos encontrar una gran riqueza informativa sobre encuentros y transferencias culturales, ya que los relatos de viaje nos brindan información sobre la figura del narrador y el mundo de vida del que éste procede, así como sobre sus encuentros con culturas que le son ajenas.

    El encuentro con el otro suele estar, en Ocaña, marcado por el asombro y la extrañeza, sobre todo cuando se trata de la descripción de los naturales, a los que rara vez suele presentar como civilizados; el viajero se detiene con mayor cuidado en aquellos cuyas costumbres le resultan exóticas o salvajes. Luego comenzamos dentro de cuatro días a hallar algunos ranchos de indios, y pocos indios por los campos, desnudos como sus madres los parieron.








    Capítulo XIV

  8. #18
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    Predeterminado Sus totenes

    Capítulo XIV

    Como ya estaba previsto a él junto al hermano Anastasio le designaron al sur de Méjico, para después una vez llegar a Veracruz él iría hacia el Yucatán y Anastasio quedaría en Veracruz. Como era de esperar en el mismo barco viajaron entre otros Margarita y su madre algo que por instante le reconfortaba. Ese día recuerda que amaneció nublado algo que según le contaron era habitual en las zonas tropicales don las fuertes lluvias convertían el paisaje en un verdadero paraíso.

    Desde la cubierta y ya una vez izadas las velas, se observaba como las lluvias cubrían la isla de un manto gris donde apenas se remarcaban los contornos de las montañas más próximas. En el llano lo que si se apreciaba como lloraba el verde intenso follaje empapando a su vez la tierra ya húmeda de las últimas lluvias.
    Pero fue la intensa lluvia que duro toda la mañana que les impidió seguir observando los contornos de la isla y por eso tuvieron precipitadamente bajar a la bodega. Mientras que el capitán y el maestre se refugiaban bajo un pequeño castillo de proa, donde quizás solo se acomodaban pertrechos navales. En el resto de la superficie de popa se hallaba el total de la cubierta que era donde los viajeros y la tripulación pasaban la mayor parte del tiempo, pero ahora no les quedabas otra debido a la intensa lluvia que refugiarse en las bodegas.

    Así llegaron a Puerto Rico el 24 de marzo y, tras una corta escala continuaron rumbo a Veracruz. Mientras tanto seguía echando de menos a Margarita ya que esta no se la veía en cubierta, como si bien ella o su madre quisieran evitar su encuentro. Pero bien recuerda que sus presentimientos eran infundados ya que no tardo en volver a observar su sonrisa inocente de su juventud, incapaz de meditar en los peligros que comporta la vida en sí.

    Por eso la madre por su experiencia, al ver que su hija era objeto de cortejo por su parte, intentaba por todos medios que estos encuentros fortuitos no se produjeran. Pues para ella pese a que nada pudiera tener de extraordinario el galante con cualquier mozo con él dada su juventud y fraile, esos paseos cotidianos con su hija se trasformaban en una auténtica aberración. Además, a la pobre mujer se la veía sufrir en silencio el despecho de no poderles explicar su preocupación por lo que ya había sufrido la familia.

    Después de cruzar el golfo de Méjico el barco a toda vela se acerca al enclave conocido por entonces por Veracruz un enclave original, conocido como la franja de arenales frente al islote San Juan de Ulùa. Porque la ciudad de Veracruz antes es conocida como la antigua Villarrica y por tanto el puerto de Veracruz fue condicionado en el 1600 donde ya fue posible atracar barcos y seguir usando de fondeadero y protección a San Juan de Ulùa.

    Veracruz ha sido uno de los puertos más importantes del país y de Latinoamérica, pues de aquí salían los barcos cargados de oro hacia España, estas riquezas que salían desde el puerto despertaron la ambición de los piratas, motivo por el cual fue atacado en innumerables ocasiones por piratas, como en 1568 cuando los corsarios atacaron e incendiaron la ciudad. Pero hay que destacar que según le explicaron el virrey en esos momentos era Gaspar de Zúñiga y Acevedo, fue una figura destacada en la ampliación y embellecimiento de la ciudad.

    Pero el primero que se estableció fue el explorador español Hernán Cortés que a su llegada Méjico en 1519 fundó la ciudad aquí. A la que llamó Villa Rica de la Vera Cruz, en referencia al oro de la zona y dedicada a la "Vera Cruz", porque él aterrizó en el día santo cristiano del viernes Santo , el día de la crucifixión. Pero en realidad fue Estrada el que después ocupo la plaza como gobernador interino de Méjico cuando Hernán Cortes volvió a España. Pero este y el capitán Alvarado a la llegada del nuevo gobernador Nuño de Guzmán, que les encarcelo. No obstante, Estrada se quedó luego en Méjico, donde falleció al cabo de unos años. Pero en realidad fue durante su Gobierno interino que se fundó formalmente la ciudad de la Veracruz sobre la antigua Villarrica.

    A su llegada al puerto, recuerda que la tarde era serena y el mar tenía un intenso color azul transparente. Pero ahora cuando ya había puesto los pies en el puerto, reconoce que tenia que olvidar todo lo ocurrido en la trayectoria ya que desde debería entrarse en el presente y olvidar el pasado. Ya que podría haber un simple juego de sus sueños lo que le habían empujado hacia Margarita. O tal vez no fuera un simple sueño sino un verdadero amor, porque era la primera vez en su vida que había sentido en su alma tan intensa admiración por una persona y reconoce que ahora debía olvidarla y huir- huir y cuanto antes mejor y cuanto más lejos aun mejor.

    -¿Para que seguir atormentándose? Si dentro unos días como estaba previsto él partiría hacia la península del Yucatán y con más precisión para incorporarse a la iglesia de Villa de San Cristóbal y en 1536 Ciudad Real. Mientras que él hermanó Anastasio con más experiencia y dadas peculiaridades quedaría en Veracruz como administrador. Ya que era de este enclave que salían los barcos cargados de oro hacia España.

    Como también escribe que una vez en las calles de la ciudad lo primero que les llamo la atención el color y sobre todo la estatura de los nativos. Que al parecer eran según les explicaron de etnia Otomí grupo étnico que representaba el quinto mayor indígena en Méjico, Otomí se encuentran dispersos en todo el centro de México, pero especialmente en Michoacán a Veracruz. Pero fueron Los frailes franciscanos los primeros que levantaron un gran convento, el de Corpus Christi y en una de sus puertas laterales llamada porciúncula se lee que fue construido por igual por los pueblos locales nahuas y otomíes ahora cristianizados y sometidos por igual a la corona española.

    Sí, así era la vida de la humanidad, pero al final todo era como un rompecabezas; ya que creemos avanzar por qué tratamos mismo por la fuerza de imponer nuestros tótems y tabúes a los demás simplemente por el control del poder económico. Cuando al final todo es mentira imponiéndose la realidad de la muerte por encima de todo. No cabe la menor duda que cuando visito las primeras pirámides de estas etnias tan sorprendentes como maravillosas no tuvo por menos que reflexionar. Ante tantas e innumerables generaciones de hombres para construirlas, para luego pensar que cuyo polvo y almas estarían enterrados quien sabe dónde.

    Es verdad que a través de los siglos nacen nuevos pueblos, crecen nuevas civilizaciones con primeras chozas que luego se convierten en castillos. Sí, como estas nuevas civilizaciones precolombinas, para después sobre venir catástrofes e innumerables guerras tribales, para que ahora la llegada de nuevos poderes no pensara más que dominarlos por la fuerza con el único fin de acabar con sus tótems y sus innumerables riquezas.

    Después de estas reflexiones ante la nueva situación es cuando recuerda que comenzó a sentir los mismos pensamientos que cuando vio por primera vez a Margarita. Solo que ahora en vez de seguir despreciándose por sus continuos reproches carnales. Se dijo que su conciencia en vez de seguir como antes ahora comenzaba a desfilar en sentido práctico y sin confusión ni reproche alguno. Pues no cabe la menor duda que eran antiguos perjuicios, ya que si en su situación seguir amando a Margarita era una obra de locos. Pero como olvidarla, si cada día que pasaba él reconocía que continuaba amándola pese a sus reproches y que por mucho que lo intentara será inútil revelarse contra los principios de la naturaleza.

    Comenzaba a caer la tarde cuando abandono estas meditaciones, pero sobre todo cuan vio pasar en hilera el grupo de presos y entre ellos a Margarita y su madre y recuerda su atrevida sonrisa que quedo grabada en su memoria toda su vida. Pero él seguiría su destino, él solo podía seguir también su camino aunque fuese con la pereza de un mendicante: -Adiós, Margarita retrató que quedara grabado para siempre, así como sus hermosos ojos penetrantes y azules.

    Él con el hermano Anastasio y otros dos frailes franciscanos se dirigieron al convento o la ermita de la Santa Vera Cruz. Este convento data del 1542, que coincide con la primera evangelización de la Nueva España, iniciada por franciscanos dominicos y agustinos tiene durante los primeros cincuenta años una rapidísima expansión.
    Pero es a partir de la llegada a Méjico de nuevos jesuitas en 1572 que se produce en el momento más oportuno. Pues si lugar a dudas, la Compañía de Jesús, apenas nacida en la Iglesia, presta en la Nueva España una ayuda de gran valor en colegios y centros educativos para su evangelización. Por lo que a las misiones se refiere, ya a partir de 1591 los jesuitas iniciaron en la periferia de Méjico, al oeste y al norte sobre todo, en condiciones durísimas con frecuencia, unas misiones que llegaron a ser famosas en la historia del Nuevo Mundo. Pues a partir de 1577 ya no fue necesario solicitar religiosos de España. Entonces llegaron a tener 46 conventos y 212 agustinos; número que se duplicó al final de la centuria con un total de 76 conventos.
    En este triste convento paso más tiempo de lo esperado, pero reconoce que esta espera y la inmovilidad le serenaron. Sobre todo porque que pasaba la mayor parte de su tiempo intentando distraerse con la lectura. Aunque reconoce a la vez que más de una vez sintió impulsos de levantarse y correr en busca de Margarita. Pero por otro lado, en él afluía a la vez esa conformidad burlara de su falta de coraje, pero que hacer si él era demasiado joven y falto de experiencia para acometer tal locura.
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