En la Era de la Gracia, el Señor Jesús les prometió a Sus seguidores: “Y si Yo voy a preparar un lugar para vosotros, también vendré después, y os recibiré para que donde Yo esté también estéis vosotros” (Juan 14:3). Él también profetizó: “Porque el relámpago sale por el este y brilla aún en el oeste, así será la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:27). En los últimos días, como prometió y predijo Él mismo, Dios nuevamente se convierte en carne y desciende al Este del mundo, China, para llevar a cabo la obra de juicio, de castigo, de conquista y de salvación, utilizando la palabra, sobre la base de la obra de redención del Señor Jesús. En esto, las profecías de la Biblia de que “El juicio comienza por la casa de Dios” y “El que puede oír, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” también han sido cumplidas. La obra de Dios de los últimos días le ha dado fin a la Era de la Gracia y ha iniciado la Era del Reino. Como el evangelio del reino de Dios Todopoderoso se esparcía rápidamente por China continental, la Iglesia de Dios Todopoderoso surgió. Como ha sido comprobado por hechos, la Iglesia de Dios Todopoderoso llegó a existir totalmente como resultado de la obra de Dios de los últimos días y no fue establecida por ningún hombre. Ésta es la razón por la cual el pueblo escogido en la Iglesia de Dios Todopoderoso ora en nombre de Dios Todopoderoso, obedece Su obra y acepta todas las verdades expresadas por Él. Por lo tanto, es evidente que este pueblo elegido cree en Cristo, quien encarna en los últimos días, el Dios práctico, quien es el Espíritu materializado en la carne, en vez de creer en un hombre. Externamente, Dios Todopoderoso no es nada más que un Hijo ordinario del Hombre, pero en esencia, Él es la personificación del Espíritu de Dios y es la verdad, el camino y la vida. Su obra y Su palabra son la expresión directa del Espíritu de Dios y son la aparición de Dios en persona. Por lo tanto, Él es el Dios práctico quien ha encarnado.

En 1991, Dios Todopoderoso, Cristo de los últimos días, comenzó a desarrollar oficialmente Su ministerio en China. Entonces, Él expresó millones de palabras y empezó la obra de juicio del gran trono blanco en los últimos días. Justamente como lo dice Dios Todopoderoso: “La obra del juicio es la obra propia de Dios, así que naturalmente la debe hacer Dios mismo; el hombre no la puede hacer en Su lugar. Ya que el juicio es la conquista del hombre por medio de la verdad, es incuestionable que Dios todavía aparezca en la imagen encarnada para hacer esta obra entre los hombres. Es decir, en los últimos días, Cristo usará la verdad para enseñarles a los hombres de todo el mundo y para hacer que ellos conozcan todas las verdades. Esta es la obra del juicio de Dios” (de ‘Cristo realiza la obra de juicio con la verdad’ en “La Palabra manifestada en carne”). “Dios realiza la obra de la palabra en los últimos días, y tales palabras son las del Espíritu Santo, porque Dios es el Espíritu Santo y también puede hacerse carne; por tanto, las palabras del Espíritu Santo, tal como se hablaron en el pasado, son las palabras del Dios encarnado hoy […]. Para que Dios haga declaraciones para llevar a cabo la obra, debe hacerse carne, o de lo contrario Su obra no conseguirá Su objetivo” (de ‘¿Cómo puede el hombre que ha definido a Dios en sus conceptos recibir Sus revelaciones?’ en “La Palabra manifestada en carne”). Debido a la aparición y a las declaraciones de Cristo de los últimos días, cada vez más personas sedientas de la verdad y que la buscan, han sido conquistadas y purificadas por la palabra de Dios Todopoderoso y han visto en el juicio y castigo de Dios, la aparición de Dios y el regreso del Redentor.

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