La circuncisión
¡Libre!.He sido libre todos los días de mi vida.La libertad la he encontrado en el Sagrado Coran.Sus aleyas,inculcadas en mi anima por mis padres desde la mas tierna infancia han conformado la norma de conducta en mi existencia."El mas noble entre vosotros,es el mas devoto" reza el Libro Santo.
Mi infancia pues,estuvo modelada por la Religión.Fue mi padre,fervotisimo creyente,quien me enseño el ritual de purificación,el wudu,preceptivo para el salat.Orientandonos hacia la Meca,donde se encuentra la Kaaba y en la mas pura lengua árabe,el autor de mis días salmodiaba las oraciones que yo apenas comprendia.Aunque el mismo me iniciaba en el idioma de 5dialecto andalusí.
Recuerdo cuando me hicieron la circuncisión,cumplidos los ocho años.A pesar de los preparativos que deberían haberme alertado,los juegos infantiles y la inocencia propia de la edad me tomaron desprevenido.Una semana antes y en el dia de la creación de Adan,el viernes,apenas terminada la oración del magrib que se hace al amanecer,mi padre acordó con los vecinos y mi tio tener los jumentos preparados para que al jueves siguiente,se 3fuese a recoger la leña necesaria para la celebración.Las mujeres de la casa,se quedarían preparando los utensilios y adobando los carneros que se habrían de consumir.
Cuando los hombres llegasen del monte portando la leña,esas mismas mujeres,los recibirían para ayudarles en la distribución de los haces.De su tamaño,dependeria el destino mas fructífero.La bienvenida,se la darían con canticos y jolgorio,lanzando estrunduosos yuyos con la garganta.¡Glorificando al Profeta!.La paz sea con EL.
Ciego estuve que no vislumbre con tanto alboroto los motivos de su causa.Lo entendí cuando al jueves siguiente,mi tio materno Abdulah,me hizo entrega de una hermosa gandura blanca bordada con hilos de oro y plata...¡El ropaje especial para la ocasión!.
Lleno de pavor por lo que había oído contar sobre la circuncisión,quise buscar refugio en los brazos de mi madre.No me había percatado,d que a la llegada del hadjem,peluquero,venido al propósito para ejercer de cirujano,las mujeres se habían marchado de la habitación.
Mi tio, Abdulah,tras que me vistiera con la gandura,comenzo con un discurso,que yo,aterrado como estaba apenas oia.Solo palabras sueltas que se referían a la virilidad,el coraje y la potencia...Tras las puertas de la habitación,las mujeres manifestaban su alegría lanzando los susodichos yuyos y canticos religiosos.
Sin darme cuenta,me vi sujetado por varios y poderosos brazos,que impedían moverme y que quitándome los zaragüelles,me dejaron como Allah (Bendito sea Su nombre) me trajo al mundo.
Impavidos ante mi,se hallaba mi tio Abdulah que había dado fin a su perorata y mi padre que me observaba fijamente con mezcla de trenura y orgullo.
.-¡Mira hacia arriba!.- Sono atronadora la voz de mi padre.
Obedeci su mandato y eleve los ojos al techo.
¡Crei morir!.Senti un fuerte dolor en el vientre y baje la vista.La sangre fluia de mi pene deslizándose entre las piernas.Algo palio el dolor la mezcolanza de hierbas que me aplicaron.
Tras haberme hecho la circuncisión con un cuhillo,el mismo barbero me sujeto la cabeza y con distinto isntrumento me corto un mechon de pelo de la cabeza.Con voz grave ,dijo:¡Te vas a convertir en un hombre viril!
Apenas acabadas las primeras curas y revestido con una sabana para sufrir el menor roce en la herida,comenzaron los verdaderos festejos de la ceremonia.Las mujeres,una vez obtenido el permiso para entrar en lo que por un tiempo había sido dominio de hombres,entregaron una cesta de mimbre a cada uno de estos,conteniendo carne seca,higos,nueces,confituras,granadas...¡Preludio de las danzas y festin que duraría toda la noche!.
Mi madre y mis primas,fueron las que se encargaron de llevarme a mi nuevo aposento (¡Era un hombre y ya no podía dormir en las habitaciones de las mujeres!) consolándome y contándome cuentos por ultima vez,hasta que me dormi a pesar del dolor,con sueño reparador.
Dolor que duro varios días y que aun recuerdo.En mi olfato también persiste,el agadable olor a henna que mi madre había aplicadoen mis piernas previamente a la ceremonia.
A partir de ese dia,entre en la comunidad de los hombres.Se completaba asi una etapa que se había iniciado con la ceremonia del "Bismilah".La recitación ante la umma,la comunidad de fieles,de aleyas y suras cuando cumpli los cuatro años.
Aunque para ser sincero,apenas tengo vaga memoria de este ultimo suceso.Solo tengo completa memoria para los bellos ojos de mi prima Miry,que con ternura me cuidaba.Fue,cuando intuí que había algo profundo en las relaciones del hombre con la mujer
LA CIRCUNSICION.-
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Iniciado por Juan Antonio Hinojosa
