SIN NOMBRE
©Shetland

Érase una vez un hombre
Que camina sin rumbo por el mundo,
Por el mundo, sin rumbo, caminaba.

E iba diciéndoles a todos
Que su vida era triste pero bella,
Bella era su vida, pero triste.

Y le hacía creer a aquellos que escuchaban,
Que tenía gran razón en sus palabras,
En sus palabras, gran razón tenía.

Y esculpía con sus dichos
La idea de que sí se puede ser feliz,
Ser feliz sí que se puede.

Y la gente se preguntaba entre sí:
¿Cómo es posible que ocurra tal cosa?,
Que ocurra tal cosa es posible.