Todo comienza en el embarazo

El riesgo de que tu hijo pueda ser obeso inicia, incluso, antes de nacer, específicamente durante los últimos tres meses de tu embarazo, que es el momento en que el bebé acumula células grasas. Entonces entre más depósitos de grasa tenga el bebé en este período, mayores probabilidades habrá de que sea un niño obeso.

Otra causa importante por la que tu hijo haya nacido con exceso de peso, es que hayas padecido diabetes gestacional, y si ésta no está no fue controlada, las posibilidades se incrementan. Lo que sucede con esta enfermedad es que altera el funcionamiento de la insulina en la mamá, lo que provoca que el pequeño reciba mucha más comida a través de la placenta.

Un factor determinante para evitar la acumulación de peso en el bebé es tu alimentación. El pensamiento de que en el embarazo se tiene que comer por dos es erróneo, y con que aumentes 300 calorías a tu dieta es más que suficiente para que tu hijo reciba lo que realmente necesita.

De igual manera, si tuviste una mala nutrición durante el embarazo también afectará el desarrollo de tu pequeño. Esto es porque si tu alimentación no es la adecuada en función de la etapa que estás viviendo, la placenta tendrá una capacidad más grande de absorción, situación que intervendrá en el peso del niño en el futuro.