Amanecía, las sombras cedían a la primera luz del día, empezó a acomodar mentalmente actividades, tiempo, lugar. De pronto se encontró descartando los eventos y volvió a hundirse en la cama, las alarmas sonaban como en un universo paralelo, tenía que levantarse, entonces empezó a imaginarse este nuevo día no era ordinario, no ayudo mucho, el frio estaba fuera de ese mullido refugio, no quería ni imaginar el baño matutino, la sola idea le parecía inaceptable. Finalmente se quito las frazadas y busco todas las fuerzas, al lado como siempre la felina la siguió hasta que se perdió de vista….