Vez tras vez Jesús hizo declaraciones como las siguientes:
“El Hijo no puede hacer ni una sola cosa por su propia iniciativa, sino únicamente lo que ve hacer al Padre”. (Juan 5:19.)
“He bajado del cielo para hacer, no la voluntad mía, sino la voluntad del que me ha enviado.” (Juan 6:38.)
“Lo que yo enseño no es mío, sino que pertenece al que me ha enviado.” (Juan 7:16.)
“Yo lo conozco [a Dios], porque soy representante de parte de él, y Aquel me ha enviado.” (Juan 7:29.) El que envía es el superior. El enviado es el menor, el siervo. Dios es el que envía. Jesús es el enviado. No son iguales. Como lo expresó Jesús: “El esclavo no es mayor que su amo, ni es el enviado mayor que el que lo envió”. (Juan 13:16.)
No, Jesús no es igual a su Dios y Padre Jehová.