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Tema: La Faraona Rubia y la Horda Salvaje (1)

  1. #1
    Fecha de Ingreso
    29-febrero-2012
    Ubicación
    Córdoba-Argentina
    Mensajes
    295

    Predeterminado La Faraona Rubia y la Horda Salvaje (1)

    LA FARAONA RUBIA
    Y LA HORDA SALVAJE
    .............(1)..............


    El faraón Tuthmosis IV tenía veinte años cuando recibió la Doble Corona (la roja del norte y la blanca del sur) haciéndose cargo del Faraonato, al que iba a transmutar por completo.

    Y lo hizo con el fuego de su juventud, recibiendo un país de Egipto que era un ejército enardecido y en movimiento. Los países vecinos sufrían su opresión. Pero él habría de cambiarles este concepto, haciendo dos viajes uno hacia medio oriente (semítico) y otro hacia el sur (africano) y volviendo a su regreso cubierto de pactos de paz, que ya no se alterarían por todo un siglo. Esta fue la primera “Pax Octaviana” de la historia.

    Podemos imaginarnos al esbelto y refinado monarca recién llegado al trono de Egipto, acampando entre feroces guerreros que hacían temblar desde hacía medio siglo a todas las naciones de su época. Tal como Marco Aurelio escribía tratados de filosofía en su carpa de campaña, al frente de los ejércitos romanos. Pero Tuthmosis IV tuvo una suerte mucho mayor, pues impuso su personalidad sensible a todo el mundo de su época. Hay que destacar ante todo, su profunda capacidad diplomática, que fue la llave de su triunfo.

    Pero ahora encontrábanse los egipcios, junto con este paladín del pacifismo, que ellos habían dejado de ser los agresores, para enfrentarse ante el peligro inminente de invasión por un pueblo bárbaro : …¡Mitannia!... Una tribu nómade que ocupaba un lugar recientemente invadido por ellos, como una toldería ranquel. Y este peligro amenazaba en común a todos. A los hombres del Nilo tanto como a los del Medio Oriente. La invasión. El saqueo. Los incendios. La hordas arias que ya destruyeron la civilización de Sumeria en el año 2.006 a. C. avanzan ahora sin piedad dejando a su paso la desolación.

    Es el “Malón” indio patagónico, tal como lo conocimos en Argentina en el Siglo XIX (cono sur sudamericano) que destruyó ciudades quemándolas …¡Y allí están!... Son los mismos en herencia de milenios. El salvaje siempre es igual y no respeta trabajo ni orden, aunque tenga otro color de piel. Los mitanios son muy blancos y de ojos claros, como los bárbaros que invadieron Roma.

    Son ellos… Los bárbaros depredadores al igual que los temibles caciques patagónicos de Argentina : Pincén, Calfulcurá, Chancaní, Saldán, Catriel, Namuncurá, que eran primitivos y morochos, piel obscura …Pero… los mitannios en cambio ¡Son rubios! De bellísimos ojos celestes, piel rosada y manos blanquísimas. Sus mujeres, feroces y salvajes valquirias, tienen una belleza deslumbrante.

    Los maloneros de Mitannia no dejan la hierba crecer a su paso, y cuando en el futuro (dentro de un siglo más) avancen sobre las civilizaciones del Valle del Indo, destruirán las ciudades de Harappa y Mohengo Daro. Hablan el idioma persa. No saben vestirse ni lavarse. Cuatrerean simplemente, como Pincén o Saldán. Pero con la ferocidad de los primeros malones.

    ¡No! … El joven Tuthmosis IV no ama la guerra y desea terminar con ella. Suprimirla. Pero los feroces guerreros arios de Mitannia avanzan hacia él con premura y sin tregua. Poderosos en su orgullo de maloneros triunfantes, los mitanios sonríen ante la vista de Egipto. conscientes de su superioridad bélica, frente a un Egipto ahora pacifista.

    Tuthmosis piensa. Sus esperanzas pueden esfumarse como una bruma. El anhela demostrar a los testigos de su época y a los espectadores del futuro, que los hombres pueden progresar, gozar, enriquecerse, cosechar, construir, prosperar y amar; viviendo en una coordinación equilibrada. Este monarca—un muchacho— tiene la edad de los remeros, de los bailarines, de los acróbatas, de los aprendices Pero él ha asumido responsabilidades mucho mayores a todos ellos juntos. Ha renunciado a su propia juventud, como tal, para vivir otra juventud, la juventud de una propuesta. Tuthmosis IV no está dispuesto ahora cuando se han logrado tantos avances en materia internacional, retroceder y caer en el juego de los belicistas.

    Pero en esta encrucijada, nada parecía posible para hacer desistir a estos maloneros mitannios de invadir Egipto. Presa ansiada a la que ellos veían fácil de lograr y que realmente les interesaba saquear… No pudiendo hacerlos retroceder y viendo el violento proceso que avanzaba en forma inevitable, va a salir a su encuentro. Y forjará un nuevo e increíble concepto : Dueño del poder actual de Egipto, sorteará esta amenaza con un pase genial… ¡Tanto como inesperado! ¡Transformar a Mitannia, culturizándola, en su aliado político! Sólo hombres de mucha garra política pueden concebir un juego diplomático de esta naturaleza.

    El salvajismo de Mitannia radica en su atraso cultural. Cazadores de bosques, han caído sobre las ciudades civilizadas del Medio Oriente, diezmándolas y sin aprender nada. Los estragos que han dejado a su paso desalientan a todos, excepto al joven faraón Tuthmosis. Las únicas creaciones de los mitanios hasta aquel momento son guerreras, como por ejemplo un tratado sobre la cría de caballos firmado por “Kukuli, del país de Mitanni”. Asimismo otros elementos de carácter bélico acorde con la época, son creaciones suyas. Semejante a lo acontecido con los visigodos en España, donde el legado que dejan al idioma castellano es guerrero: “Yelmo”, por ejemplo.

    No era fácil conquistar este deseado armisticio y convencer a los salvajes de renunciar al botín. Pero el joven Faraón se dispuso a lograrlo con toda la fuerza de su ánimo juvenil. Le iba en juego mucho más que su prestigio, era la palabra empeñada a la que un monarca con dignidad, no puede faltar. Todos los políticos y ciudadanos del Nilo, como también los habitantes orientales de la “media luna fértil”, esperaban que él sacase una paloma de adentro de su Doble-Corona…

    Y lo hizo… Les había ofrecido un mundo nuevo, con otro mensaje, un mundo de Pax y convivencia …¡Y Tuthmosis IV iba a cumplirlo!


    Como clave de todo este proceso, el cual habría de sellar el pacifismo largamente aguardado en forma efectiva, figura el matrimonio de Tuthmosis IV con la hija del salvaje rey Artatama de Mitannia (peligroso pueblo bárbaro ario y precultural). Ello involucraba lograr la Paz para la civilización, un devenir lleno de esperanzas.. Como podemos ver no todo era quimera profética en este príncipe juvenil. Supo guiar cada una de sus acciones desde el momento inicial y colocarles su estilo. Su sello propio.

    Su naturaleza misma lo predisponía a la diplomacia con audacia. Con ello violaba el principio de preservación genética y racial del Faraonato… ¡Pero salvaba a Egipto!

    ………….ooooooooo…………..
    Última edición por Alejandra Correas Vázquez; 02-sep.-2017 a las 09:34

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