Hace mucho tiempo (mas de 40 años), una señorita de 16 años resolvió casarse con Cristo y pidió el noviciado en una conocida institución religiosa de Buenos Aires. Sus padres la respaldaron, con lo cual no hubo impedimento para su incorporación. Al año, en una reunión de un hospital, conoció a una señora integrante de un grupo solidario que hacian un voluntariado en el mismo hospital donde esta novicia colaboraba. Surgio una amistad. Al poco tiempo en una cena a la que fue invitada en la casa de esta señora, entre copas de vino y luego de licores, observa sin proponerselo que el hijo de esta dama escurría su mano por debajo del mantel y acariciaba a su madre. Su sentimiento primario fue de rechazo a lo que estaba viendo. Pero asimismo notó que su amiga, la madre de este joven, no hacía nada para evitar esta situación. Termina la reunión y la dama se dispone a llevarla con el coche de regreso al hospital donde la novicia estaba alojada. En el camino y antes de que la novicia hiciera un minimo comentario de lo ocurrido y observado por ella, la dama inicia el tema y dice: "ya se que nos viste. Tenemos relaciones y me exita que suceda lo que viste en lugares y situaciones de riesgo...No soy una degenerada, mas alla de lo que pienses. Simplemente lo disfruto..."
A los pocos dias esta novicia, renuncia a su compromiso con Cristo. Esto ocurre luego de analizar muy profundamente lo que habia visto y considerar de manera muy personal y pensada la explicación de esta dama, con la que no perdio contacto el resto de su vida, hasta el fallecimiento hace pocos años y ya con edad muy avanzada de esta señora "incestuosa".
A lo largo de la vida de ambas, tuvieron innumerables charlas al respecto y tambien tuvieron relaciones entre ellas y en la que participaba, a veces, su hijo. Hoy esta mujer (aquella novicia), es una mujer adulta, casada, con hijos, hijas y nietos. Y no todo lo que hizo en su vida en materia de sexo, seria aprobado por la sociedad, por la iglesia o por la familia. Sin embargo, hace lo que le parece que esta bien,, que no perjudique a nadie y que no lastime o hiera sentimientos y voluntades.