Texto Diario domingo, 08 de enero de 2017

¡Ay de la tierra y del mar!, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran cólera, sabiendo que tiene un corto espacio de tiempo (Rev. 12:12).

En 1914 estalló la guerra entre varias naciones europeas, pero no tardó en convertirse en un conflicto mundial. En 1918, al final de la lucha, mucha gente estaba sufriendo hambre, y la gripe española acabó con más vidas que la guerra misma. Así comenzó a cumplirse “la señal” de la presencia invisible de Jesús como nuevo Rey de la Tierra (Mat. 24:3-8; Luc. 21:10, 11). Las pruebas demuestran claramente que 1914 fue el año en el que “le fue dada una corona” al Señor Jesucristo. De inmediato, “salió venciendo y para completar su victoria” (Rev. 6:2). Para empezar limpió los cielos. Libró una guerra contra Satanás y sus demonios y los arrojó a la Tierra. Desde entonces, la humanidad ha visto con sus propios ojos el cumplimiento de las palabras inspiradas del texto de hoy. w15 15/6 4:13