Parte I
JESÚS ES DIOS
La primera verdad que tenemos que entender es que Jesús es una Persona que tiene dos naturalezas, una naturaleza divina y una naturaleza humana. En otras palabras, Jesús es ambos Dios y hombre. Veremos cada una de las naturalezas respectivamente.
Jesús es Dios
La Biblia enseña que Jesús no es alguien que simplemente se parece mucho a Dios, o alguien que tiene un caminar muy cercano con Dios. En cambio, Jesús es el mismo Dios Altísimo. Tito 2:13 dice que como cristianos “aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesús” Después de ver al Cristo resucitado, Tomás exclamó: ¡Señor mío y Dios mío!” (Juan 20:28). De la misma forma, el libro de Hebreos nos da el testimonio directo de Dios Padre acerca de Cristo: “Pero con respecto al Hijo dice: ‘Tu trono, oh Dios, es por los siglos de los siglos”, y el evangelio según Juan llama a Jesús “el unigénito Dios” (Juan 1:18).
Otra forma que en la Biblia enseña que Jesús es Dios es al demostrar que Él tiene todos los atributos de Dios. Él sabe todo (Mateo 18:20; 28:20; Hechos, 18:10), esta en todas partes (Mat 16:21; Lucas 11:17; Juan 4:29), tiene todo el poder (Mat 8:26, 27; 28:18; Jn 11:38-44; Lc 7:14-15; Apocalipsis 1:18), no depende de nada fuera de si mismo para vivir (Jn 1:4; 14:6; 8:58), gobierna sobre todo (Mat 28:18; Ap 19:16; 1:5), nunca comenzó a existir y nunca cesará de existir (Juan 1:1; 8:58), y es nuestro Creador (Colosenses 1:16). En otras palabras, todo lo que Dios es, lo es Jesús. Porque Jesús es Dios.
Específicamente, Jesús es Dios el Hijo
A fin de lograr una más completa comprensión de la encarnación de Cristo, es necesario tener algún tipo de entendimiento del la Trinidad. La doctrina de la Trinidad afirma que Dios es un ser, y que este único Dios existe como tres personas distintas. Esto significa que, en primer lugar, debemos distinguir a cada Persona de la Trinidad de las otras dos. El Padre no es el Hijo ni el Espíritu Santo, el Hijo no es el Espíritu Santo ni el Padre, y el Espíritu Santo no es el Padre ni el Hijo. Cada uno ellos es un centro distinto de conciencia, una forma distinta de existencia personal. Sin embargo, todos ellos comparten exactamente la misma naturaleza/esencia divina. Por consiguiente, las tres personas son un único ser. El ser/esencia divino no es algo que esta dividido entre las Personas, que cada persona recibe un tercio. Sino, en cambio el ser divino es completa e igualmente poseído por cada una de las tres Personas de tal forma que las tres Personas son completa e igualmente Dios.
¿Cómo el hecho de que Dios es tres personas en un único Ser se relaciona a la encarnación? Para contestar a esto, consideremos otra pregunta. ¿Qué persona se encarnó en Jesucristo? ¿Las tres? ¿O sólo una? ¿Cuál? La respuesta Bíblica es que sólo Dios el Hijo se encarnó. El Padre no vino a encarnarse en Jesús, ni tampoco el Espíritu Santo. Por tanto, Jesús es Dios, pero Él no es ni el Padre ni el Espíritu Santo. Jesús es Dios el Hijo.
La verdad de que sólo Dios Hijo se encarnó es enseñada, por ejemplo, en Juan 1:14, que dice: “Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.” En contexto, el Verbo es Dios el Hijo (cf. v. 1, 18, y 3:16). Por tanto, no fue el Padre ni el Espíritu Santo quien se hizo hombre, sino Dios el Hijo.
De igual manera, en el bautismo de Jesús vemos al Padre afirmando “Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido.” (Lucas 3:22). Él no dijo, “Tú eres yo; y conmigo estoy muy complacido.” Más bien, el Padre afirmó que Jesús es el Hijo, Su Hijo, y que Jesús le complace mucho a Él. En este mismo verso también vemos que el Espíritu Santo es distinto del Padre y del Hijo, porque el Espíritu Santo está en “forma corporal como una paloma.”
¿Por qué es importante saber que Jesús es específicamente Dios el Hijo? Por una parte, si no entendemos nos estaríamos equivocando acerca de la misma identidad de nuestro salvador. Además, esto afecta grandemente la forma en la que nos relacionamos con nuestro Dios triuno. Si pensamos que Jesús es el Padre y/o el Espíritu Santo, estaremos enormemente equivocados y confundidos en nuestras oraciones. Por último, creer que el Padre vino a ser encarnado en Jesús, es considerado una herejía .
Jesús es hombre
Debería ser obvio que si Jesús es Dios, entonces el siempre ha sido Dios. Nunca ha habido un tiempo en el que se hizo Dios, ya que Dios es eterno. Pero Jesús no ha sido siempre hombre. El milagro fantástico es que este Dios eterno se hizo hombre en la Encarnación aproximadamente 2,000 años atrás. Eso es lo que fue la Encarnación—Dios el Hijo haciéndose hombre. Y éste es el gran evento que celebramos en la Navidad.
Pero ¿A qué nos referimos exactamente cuando decimos que Dios el Hijo se hizo hombre? Con certeza no nos referimos a que Él se volvió hombre, en el sentido que Él cesó de ser Dios y comenzó a ser hombre. Jesús no renunció nada de Su divinidad en la Encarnación, como es evidente en los versos que vimos anteriormente. En cambio, como afirma uno de los primeros teólogos, “Continuando lo que Él era, se convirtió en lo que no era.” Cristo “no era ahora Dios menos algunos elementos de Su deidad, sino Dios más todo lo que Él había hecho suyo al tomar humanidad para Si mismo.”[3] Por tanto, Jesús no renunció a Sus atributos divinos en la Encarnación. Él se mantuvo en total posesión de todos ellos. Porque si Él alguna vez renunciase a alguno de Sus atributos divinos, Él dejaría de ser Dios.
Es tan importante de afirmar la verdad de la humanidad de Jesús como la verdad de su deidad. El apóstol Juan dice fuertemente que si alguien niega que Jesús es hombre es del espíritu el anticristo (1 Juan 4:2; 2 Juan 7). La humanidad de Jesús es demostrada en el hecho que Él fue nacido como un bebe de una madre humana (Lucas 2:7; Gálatas 4:4), en que Él sintió cansancio (Juan 4:6), sed (Juan 19:28), y hambre (Mateo 4:2); y que Él experimento todo el rango de emociones humanas como maravillarse (Mateo 8:10), llorar, y sentir dolor (Juan 11:35). Él vivió en la tierra justo como nosotros lo hacemos.