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Tema: Tres palabras

  1. #651
    Fecha de Ingreso
    30-noviembre-2016
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    8.129

    Predeterminado

    Había una vez un hombre de paja enseñando falacias que aprendió en un foro especial de gays alterados. Te enseñaré, dijo, lo que aprendí anoche con mis exhaustivos estudios en meditación sin pantalón, al amigo Paco (así le llamo...) de manera despectiva. Lo primero que se le ocurrió fue bajarse los tres escalones que daban al sótano del noveno piso, secreto lugar donde Gabin sonríe siempre cuando le tocan "Hotel California" tema que le recuerda épocas de la preparatoria, cuando las chicas eran menores aún y los pantalones dejaban adivinar la cantidad de dinero en sus bolsillos y, otras cosillas como ser la mucama del señor dueño del hotel en donde nos hacíamos la paja (?) en ojo ajeno, como decía mi profe de matemáticas, el de piernas admiradas por las alumnas de su clase para ciegos que sólo ven con sus manos suaves y sin nada de grasa y que todo es oral.
    Afortunadamente, Gabin volvió a tocar su guitarra despojado de ropas en las extremidades, corriendo por pasillos, gritando: ¡LA AMO! Pero se detuvo ante Violeta, que lo veía detenidamente de arriba abajo, de abajo arriba, queriendo entender su desesperado grito emocional, pero sin lograrlo

  2. #652
    Fecha de Ingreso
    09-noviembre-2011
    Mensajes
    6.115

    Predeterminado

    Había una vez un hombre de paja enseñando falacias que aprendió en un foro especial de gays alterados. Te enseñaré, dijo, lo que aprendí anoche con mis exhaustivos estudios en meditación sin pantalón, al amigo Paco (así le llamo...) de manera despectiva. Lo primero que se le ocurrió fue bajarse los tres escalones que daban al sótano del noveno piso, secreto lugar donde Gabin sonríe siempre cuando le tocan "Hotel California" tema que le recuerda épocas de la preparatoria, cuando las chicas eran menores aún y los pantalones dejaban adivinar la cantidad de dinero en sus bolsillos y, otras cosillas como ser la mucama del señor dueño del hotel en donde nos hacíamos la paja (?) en ojo ajeno, como decía mi profe de matemáticas, el de piernas admiradas por las alumnas de su clase para ciegos que sólo ven con sus manos suaves y sin nada de grasa y que todo es oral.
    Afortunadamente, Gabin volvió a tocar su guitarra despojado de ropas en las extremidades, corriendo por pasillos, gritando: ¡LA AMO! Pero se detuvo ante Violeta, que lo veía detenidamente de arriba abajo, de abajo arriba, queriendo entender su desesperado grito emocional, pero sin lograrlo, ¡quedando en shock!

  3. #653
    Fecha de Ingreso
    30-noviembre-2016
    Mensajes
    8.129

    Predeterminado

    Había una vez un hombre de paja enseñando falacias que aprendió en un foro especial de gays alterados. Te enseñaré, dijo, lo que aprendí anoche con mis exhaustivos estudios en meditación sin pantalón, al amigo Paco (así le llamo...) de manera despectiva. Lo primero que se le ocurrió fue bajarse los tres escalones que daban al sótano del noveno piso, secreto lugar donde Gabin sonríe siempre cuando le tocan "Hotel California" tema que le recuerda épocas de la preparatoria, cuando las chicas eran menores aún y los pantalones dejaban adivinar la cantidad de dinero en sus bolsillos y, otras cosillas como ser la mucama del señor dueño del hotel en donde nos hacíamos la paja (?) en ojo ajeno, como decía mi profe de matemáticas, el de piernas admiradas por las alumnas de su clase para ciegos que sólo ven con sus manos suaves y sin nada de grasa y que todo es oral.
    Afortunadamente, Gabin volvió a tocar su guitarra despojado de ropas en las extremidades, corriendo por pasillos, gritando: ¡LA AMO! Pero se detuvo ante Violeta, que lo veía detenidamente de arriba abajo, de abajo arriba, queriendo entender su desesperado grito emocional, pero sin lograrlo, ¡quedando en shock! levantó su mano

  4. #654
    Fecha de Ingreso
    25-abril-2017
    Ubicación
    Adrogué - Buenos Aires - Argentina
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    Predeterminado

    Había una vez un hombre de paja enseñando falacias que aprendió en un foro especial de gays alterados. Te enseñaré, dijo, lo que aprendí anoche con mis exhaustivos estudios en meditación sin pantalón, al amigo Paco (así le llamo...) de manera despectiva. Lo primero que se le ocurrió fue bajarse los tres escalones que daban al sótano del noveno piso, secreto lugar donde Gabin sonríe siempre cuando le tocan "Hotel California" tema que le recuerda épocas de la preparatoria, cuando las chicas eran menores aún y los pantalones dejaban adivinar la cantidad de dinero en sus bolsillos y, otras cosillas como ser la mucama del señor dueño del hotel en donde nos hacíamos la paja (?) en ojo ajeno, como decía mi profe de matemáticas, el de piernas admiradas por las alumnas de su clase para ciegos que sólo ven con sus manos suaves y sin nada de grasa y que todo es oral.
    Afortunadamente, Gabin volvió a tocar su guitarra despojado de ropas en las extremidades, corriendo por pasillos, gritando: ¡LA AMO! Pero se detuvo ante Violeta, que lo veía detenidamente de arriba abajo, de abajo arriba, queriendo entender su desesperado grito emocional, pero sin lograrlo, ¡quedando en shock! levantó su mano, juro en vano :sneaky2:
    http://www.subeimagenes.com/img/rutina-grande-1743221.JPG

  5. #655
    Fecha de Ingreso
    09-noviembre-2011
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    6.115

    Predeterminado

    Había una vez un hombre de paja enseñando falacias que aprendió en un foro especial de gays alterados. Te enseñaré, dijo, lo que aprendí anoche con mis exhaustivos estudios en meditación sin pantalón, al amigo Paco (así le llamo...) de manera despectiva. Lo primero que se le ocurrió fue bajarse los tres escalones que daban al sótano del noveno piso, secreto lugar donde Gabin sonríe siempre cuando le tocan "Hotel California" tema que le recuerda épocas de la preparatoria, cuando las chicas eran menores aún y los pantalones dejaban adivinar la cantidad de dinero en sus bolsillos y, otras cosillas como ser la mucama del señor dueño del hotel en donde nos hacíamos la paja (?) en ojo ajeno, como decía mi profe de matemáticas, el de piernas admiradas por las alumnas de su clase para ciegos que sólo ven con sus manos suaves y sin nada de grasa y que todo es oral.
    Afortunadamente, Gabin volvió a tocar su guitarra despojado de ropas en las extremidades, corriendo por pasillos, gritando: ¡LA AMO! Pero se detuvo ante Violeta, que lo veía detenidamente de arriba abajo, de abajo arriba, queriendo entender su desesperado grito emocional, pero sin lograrlo, ¡quedando en shock! levantó su mano, juro en vano aventando su acaloramiento
    Última edición por gabin; 24-may.-2017 a las 08:24

  6. #656
    Fecha de Ingreso
    30-noviembre-2016
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    8.129

    Predeterminado

    Había una vez un hombre de paja enseñando falacias que aprendió en un foro especial de gays alterados. Te enseñaré, dijo, lo que aprendí anoche con mis exhaustivos estudios en meditación sin pantalón, al amigo Paco (así le llamo...) de manera despectiva. Lo primero que se le ocurrió fue bajarse los tres escalones que daban al sótano del noveno piso, secreto lugar donde Gabin sonríe siempre cuando le tocan "Hotel California" tema que le recuerda épocas de la preparatoria, cuando las chicas eran menores aún y los pantalones dejaban adivinar la cantidad de dinero en sus bolsillos y, otras cosillas como ser la mucama del señor dueño del hotel en donde nos hacíamos la paja (?) en ojo ajeno, como decía mi profe de matemáticas, el de piernas admiradas por las alumnas de su clase para ciegos que sólo ven con sus manos suaves y sin nada de grasa y que todo es oral.
    Afortunadamente, Gabin volvió a tocar su guitarra despojado de ropas en las extremidades, corriendo por pasillos, gritando: ¡LA AMO! Pero se detuvo ante Violeta, que lo veía detenidamente de arriba abajo, de abajo arriba, queriendo entender su desesperado grito emocional, pero sin lograrlo, ¡quedando en shock! levantó su mano, juro en vano aventando su acaloramiento y se fue.

  7. #657
    Fecha de Ingreso
    24-abril-2017
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    Predeterminado

    Había una vez un hombre de paja enseñando falacias que aprendió en un foro especial de gays alterados. Te enseñaré, dijo, lo que aprendí anoche con mis exhaustivos estudios en meditación sin pantalón, al amigo Paco (así le llamo...) de manera despectiva. Lo primero que se le ocurrió fue bajarse los tres escalones que daban al sótano del noveno piso, secreto lugar donde Gabin sonríe siempre cuando le tocan "Hotel California" tema que le recuerda épocas de la preparatoria, cuando las chicas eran menores aún y los pantalones dejaban adivinar la cantidad de dinero en sus bolsillos y, otras cosillas como ser la mucama del señor dueño del hotel en donde nos hacíamos la paja (?) en ojo ajeno, como decía mi profe de matemáticas, el de piernas admiradas por las alumnas de su clase para ciegos que sólo ven con sus manos suaves y sin nada de grasa y que todo es oral.
    Afortunadamente, Gabin volvió a tocar su guitarra despojado de ropas en las extremidades, corriendo por pasillos, gritando: ¡LA AMO! Pero se detuvo ante Violeta, que lo veía detenidamente de arriba abajo, de abajo arriba, queriendo entender su desesperado grito emocional, pero sin lograrlo, ¡quedando en shock! levantó su mano, juro en vano aventando su acaloramiento y se fue con su mamá...

  8. #658
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    09-noviembre-2011
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    Había una vez un hombre de paja enseñando falacias que aprendió en un foro especial de gays alterados. Te enseñaré, dijo, lo que aprendí anoche con mis exhaustivos estudios en meditación sin pantalón, al amigo Paco (así le llamo...) de manera despectiva. Lo primero que se le ocurrió fue bajarse los tres escalones que daban al sótano del noveno piso, secreto lugar donde Gabin sonríe siempre cuando le tocan "Hotel California" tema que le recuerda épocas de la preparatoria, cuando las chicas eran menores aún y los pantalones dejaban adivinar la cantidad de dinero en sus bolsillos y, otras cosillas como ser la mucama del señor dueño del hotel en donde nos hacíamos la paja (?) en ojo ajeno, como decía mi profe de matemáticas, el de piernas admiradas por las alumnas de su clase para ciegos que sólo ven con sus manos suaves y sin nada de grasa y que todo es oral.
    Afortunadamente, Gabin volvió a tocar su guitarra despojado de ropas en las extremidades, corriendo por pasillos, gritando: ¡LA AMO! Pero se detuvo ante Violeta, que lo veía detenidamente de arriba abajo, de abajo arriba, queriendo entender su desesperado grito emocional, pero sin lograrlo, ¡quedando en shock! levantó su mano, juro en vano aventando su acaloramiento y se fue con su mamá contándole sus cuitas

    ..............

  9. #659
    Fecha de Ingreso
    30-noviembre-2016
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    Había una vez un hombre de paja enseñando falacias que aprendió en un foro especial de gays alterados. Te enseñaré, dijo, lo que aprendí anoche con mis exhaustivos estudios en meditación sin pantalón, al amigo Paco (así le llamo...) de manera despectiva. Lo primero que se le ocurrió fue bajarse los tres escalones que daban al sótano del noveno piso, secreto lugar donde Gabin sonríe siempre cuando le tocan "Hotel California" tema que le recuerda épocas de la preparatoria, cuando las chicas eran menores aún y los pantalones dejaban adivinar la cantidad de dinero en sus bolsillos y, otras cosillas como ser la mucama del señor dueño del hotel en donde nos hacíamos la paja (?) en ojo ajeno, como decía mi profe de matemáticas, el de piernas admiradas por las alumnas de su clase para ciegos que sólo ven con sus manos suaves y sin nada de grasa y que todo es oral.
    Afortunadamente, Gabin volvió a tocar su guitarra despojado de ropas en las extremidades, corriendo por pasillos, gritando: ¡LA AMO! Pero se detuvo ante Violeta, que lo veía detenidamente de arriba abajo, de abajo arriba, queriendo entender su desesperado grito emocional, pero sin lograrlo, ¡quedando en shock! levantó su mano, juro en vano aventando su acaloramiento y se fue con su mamá contándole sus cuitas.
    El problema fue

  10. #660
    Fecha de Ingreso
    07-julio-2011
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    Había una vez un hombre de paja enseñando falacias que aprendió en un foro especial de gays alterados. Te enseñaré, dijo, lo que aprendí anoche con mis exhaustivos estudios en meditación sin pantalón, al amigo Paco (así le llamo...) de manera despectiva. Lo primero que se le ocurrió fue bajarse los tres escalones que daban al sótano del noveno piso, secreto lugar donde Gabin sonríe siempre cuando le tocan "Hotel California" tema que le recuerda épocas de la preparatoria, cuando las chicas eran menores aún y los pantalones dejaban adivinar la cantidad de dinero en sus bolsillos y, otras cosillas como ser la mucama del señor dueño del hotel en donde nos hacíamos la paja (?) en ojo ajeno, como decía mi profe de matemáticas, el de piernas admiradas por las alumnas de su clase para ciegos que sólo ven con sus manos suaves y sin nada de grasa y que todo es oral.
    Afortunadamente, Gabin volvió a tocar su guitarra despojado de ropas en las extremidades, corriendo por pasillos, gritando: ¡LA AMO! Pero se detuvo ante Violeta, que lo veía detenidamente de arriba abajo, de abajo arriba, queriendo entender su desesperado grito emocional, pero sin lograrlo, ¡quedando en shock! levantó su mano, juro en vano aventando su acaloramiento y se fue con su mamá contándole sus cuitas.
    El problema fue que se le caía...

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