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Tema: La conjuración de Venecia (1618)

  1. #1
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    Predeterminado La conjuración de Venecia (1618)

    1. Una conspiración y su misterio

    Dentro de unos días se cumplirán 396 años de un evento que todavía sigue sumido en el más profundo misterio. Empecemos por ahí:

    El 14 de Mayo de 1618 Venecia se despierta bañada en sangre. Entre ese día y los siguientes cerca de 300 personas son ejecutadas por mandato del Consejo de los Diez, el órgano que se ocupaba de la seguridad de la Serenísima República. Unos pocos cuerpos fueron expuestos en la Piazzetta, pero la mayoría acabaron flotando en los canales. ¿Quiénes eran los muertos? En su mayoría españoles y franceses al servicio de la República que trabajaban en el Arsenal. Nunca en la historia de Venecia se había visto una masacre de tal magnitud.

    Hasta el día de hoy no se ha encontrado una explicación satisfactoria para las muertes. La explicación oficial, que se trató de una conspiración española abortada violentamente, sólo satisface algunos historiadores, mientras que la sorprendente falta de evidencia para una conspiración de tal magnitud hace dudar a otros. Otros dedos apuntan a que se trató de una hábil maniobra veneciana para debilitar el prestigio español, pero, de nuevo, tampoco hay pruebas que sustenten esta teoría. Queda, por último, la rocambolesca explicación de que se trató de un intento a dos bandas entre Venecia y Pedro Téllez-Girón y Velasco Guzmán y Tovar, a la sazón virrey de Nápoles, para obtener la independencia de Nápoles, pero tampoco resulta convincente.

    ¿Que pasó en Venecia en 1618? Tomen asiento, señoras y señores, y lo iremos descubriendo juntos. No aspiro a dar una respuesta definitiva, sino, simplemente, a rescatar un evento fascinante de las garras del olvido.
    Última edición por W.Anonymous; 30-abr.-2012 a las 08:57

  2. #2
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    Hace algunos años,tuve el placer de conocer por comunes amigos,a Manuel Ayllon,de
    profesion arquitecto que en sus ratos de ocio,publicaba novelas y ensayos.Uno de sus
    titulos,expuesto con exito en las librerias durante algun tiempo,llevaba por nombre:"Golpe
    a Venecia".
    El protagonista de la novela,Francisco Quevedo,desempeña un importante papel en la España
    de las postrimerias de Felipe lll.Como Secretario y amigo intimo del Duque de Osuna,viaja
    a Sicilia y Napoles donde el cargo de Virrey,ha recaido en las manos de Don Pedro Giron
    que ademas de poseer el Ducado de Osuna,es el Vll conde de Ureña....!Dejemos la novela!
    El asunto es,que la Serenisima de Venecia,esta celosa del exito militar y politico de Tellez
    de Giron y mas tarde de Osuna.!Incluso por dos veces ha sido hundida la flota del Dogo!
    En esta situacion,se descubre una trama ¿urdida por los españoles? que atenta contra el Dogo y la Señoria de Venecia:!Un complot!

  3. #3
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    Interesante tema. Voy a seguir los toros de largo porque no puedo aportar nada al respecto. Pero estaré atento. Por favor, continuad...

  4. #4
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    Efectivamente, como ya veremos en el próximo capítulo, Venecia tenía muchos motivos para buscar la ruina del gran Osuna e incordiar todo lo posible a España.

    Hinojosa... interesante coincidencia...

  5. #5
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    2. Antecedentes.

    Para 1618 Venecia había cambiado drásticamente su política internacional. Los intentos de expansión colonial se habían reducido a algunos puertos de Apulia, como Monopoli y Ostuni, conquistados durante la guerra de la Liga de Cognac. A este conflicto siguió casi un siglo en el que Venecia renunció a la expansión y se contentaba con preservar lo que todavía poseía.

    Cuando Giovanni Bembo, héroe de Lepanto, se convirtió en Dogo de Venecia, todo cambió. En ese momento Venecia se encontraba envuelta en sus operaciones en el Adriático contra los uskoks. Aunque se podían ganar algunas victorias aisladas contra estos piratas, para poner fin a este problema Venecia requería la colaboración de Austria, lo que hasta ese momento no se había dado. Bembo era muy consciente de ello, puesto que en 1593 había comandando la flota a cargo de las operaciones contra los uskoks, y en aquel entonces había escalado la guerra, bloqueando los puertos austríacos de Fiume y Trieste, donde estos piratas vendían su botín.

    Pronto Bembo tomó otra decisión controvertida: apoyar a Carlos Manuel, duque de Saboya en su intento de asegurarse los marquesados de Montferrat y Mantua, aprovechando una crisis dinástica de sus gobernantes, los Gonzaga. Con motivo de la muerte de su yerno Francisco IV, Duque de Mantua y Montferrato, Carlos Manuel tomó posesión de éste último marquesado. Pronto los españoles, aliados de los Gonzaga y en apoyo de Ferdinando, hermano de Francisco, intervinieron y forzaron al duque de Saboya a evacuar Montferrato, pero éste contraatacó invadiendo la Lombardía para sufrir una completa derrota en 1615 a manos de Juan de Mendoza y Velasco, marqués de la Hinojosa. Aún logró salvar lo conquistado gracias a la intervención gala y veneciana, que le convencieron para que firmara un tratado de paz, garantizado por ambos estados. Dicho tratado, que dejaba a Carlos Manuel en posesión de Asti y otras plazas conquistadas, no era del agrado del gobierno de Felipe III, que lo rechazó, y le costó el cargo al marqués, que terminó siendo reemplazado como virrey de Milán por Don Pedro de Toledo, marqués de Villafranca, con ordenes de aplastar al duque de Saboya a cualquier precio.

    Protegida y ayudada en el flanco francés por el mariscal Lesdiguières, antiguo hugonote, Saboya se las apañó para resistir mes tras mes. Villafranca tenía el apoyo naval de Don Pedro Tellez Girón, duque de Osuna y virrey de Nápoles. Huelga decir que la ayuda que Venecia prestaba a Carlos Manuel sentaba fatal a Villafranca y a Osuna, y convertía a la Serenísima en objto primordial para los españoles, que de paso ajustaban cuentas con Venecia por sus ataques contra Austria.

    Con la definitiva derrota de Carlos Manuel en Vercelli, se apañó una rápida paz en 1617 por la cual cada bando devolvía sus conquistas, y Montferrat era restaurado a Ferdinando de Gonzaga, duque de Mantua, el hermano de Francisco.

    Pero antes, en diciembre de 1616, Osuna le pidió permiso a Felipe III para enviar a su marina privada a atacar en corso a los venecianos. El monarca y su ministro, el Duque de Lerma, aprobaron el plan a condición de fuera una operación privada y que la flota operara bajo la bandera personal de Osuna. Así durante todo el verano de 1617, la flota del duque operó en el Adriático sin hallar resistencia, saqueando a su placer y cortando el comercio a su antojo. Venecia sólo podía protestar vehementemente a través de su embajador en Madrid. El Rey deploraba públicamente estos ataques, que estaban fuera de su control, pero secretamente los apoyaba. Al final de la temporada, la flota de Osuna regresó a Nápoles.

    En Septiembre de 1617, Bembo había fallado en sus estrategias, que habían estado por encima del poder real de Venecia. La guerra de Mantua no había producido ningún resultado concreto y la guerra contra Austria había fracasado en conseguir su objetivo principal, la reconquista de Gradisca, impedida por la llegada de Wallenstein. Las pérdidas venecianas eran graves, pero al menos se obtuvo de Austria el reasentamiento de los uskoks y la quema de sus barcos. El tratado de paz se firmó en Madrid el 6 de noviembre de 1617. El rey español sería garante de la paz y se comprometía a poner fin a los ataques de Osuna, cuya flota permaneció en puerto durante 1618.
    Última edición por W.Anonymous; 01-may.-2012 a las 02:32

  6. #6
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    3: ¿Qué sabemos de la conjuración?

    Podemos dar por cierto que algo sucedió en Venecia en 1618, que se produjo una conspiración y que desembocó en un tremendo derramamiento de sangre. Simplemente no sabemos quienes fueron los conspiradores y cual era su objetivo. Pero sí sabemos algo acerca de los participantes de la conspiración.

    En junio de 1617 Jacques Pierre, mercenario normando al servicio de Osuna, une su suerte a la de la Signoria junto con dos amigos suyos, Renault y Lagland. Obviamente Venecia necesitaba a gente tan experimentada como ellos. Pierre era experto tanto en la flota de Osuna, que por esas fechas había aparecido en el Adriático y estaba atacando a la navegación veneciana, como en las operaciones contra los piratas berberiscos y contra los otomanos en el Levante.

    Sabemos que Pierre y Renault entraron al servicio de Venecia en junio porque el embajador Francés M. Leon Bruslart se hizo poco más tarde con una deposición escrita en francés por Pierre para que pudiera ser traducida al veneciano por Renault para ser presentada a los Inquisidores de Estado. En ella, Pierre confesaba ser un agente de Osuna 10 meses antes de los sucesos, y se ofrecía como agente doble. También informaba de la existencia de un plan para convencer a los mercenarios holandeses de que se alzaran en rebelión, quemaran la ciudad, asesinaran a los nobles y depusieran el gobierno. Aparentemente el único efecto de esta deposición fue el asesinato de un romano llamado Alessandro Spinosa, acusando de ser otro agente de Osuna. Otros mantienen que Spinosa lideraba otro complot destinado a rendir la isla de Chiogga a los españoles, pero no aciertan a explicar para qué diantres querrían los españoles dicha isla.

    La declaración de Pierre es uno de los pocos documentos que demuestran la existencia de una conspiración. Sin embargo, la veracidad de la misma no está nada claro. Después de todo, Pierre era un mercenario que había cambiado de bando y que intentaba ganarse la confianza de sus nuevos amos. Pero al menos puede establecerse más allá de toda duda que, diez meses antes de las muertes, estaba en marcha una operación secreta en Venecia, y que los Inquisidores de Estado estaban al tanto de la misma. Puesto que la operación iba a implicar a muchos franceses, además de españoles, y que Francia era una aliada de Venecia, no sabemos si el embajador galo obtuvo esta información secreta por sus canales habituales o si se le hizo llegar información manipulada.

    Durante diez meses no se sabe de ningún otro hecho relacionado con esta operación secreta. Para entonces la situación internacional ha cambiado y Venecia estaba entonces en paz con España y Austria. El 16 de marzo de 1618, Bembo muere. Su sucesor, Nicolò Donà, es elegido el 4 de abril sin apenas problemas. A penas un mes más tarde, el 9 de mayo sufre un colapso durante una recepción y cae muerto. Si bien la muerte de un dogo tras tan corto periodo de mandato es algo sospechosa, cabe recordar que Donà tenía 79 años.

    Podemos dudar, sin embargo, de una muerte natural, pues es precisamente cinco días más tarde, con la República sin Dogo y firmemente bajo el control del Consejo de los Diez, durante el corto interregno antes de la elección de un nuevo Dogo, cuando Venecia es sacudida por la ejecución de 300 personas. Es al menos conveniente que en aquel momento no hubiera Dogo para tomar tan dificil decisión ni para impedir las ejecuciones sin juicio ni investigación alguna, sólo la sospecha de que estaban implicadas en una conspiración secreta.

    Así pues tenemos una conspiración secreta de 300 personas y que era conocida por los gobernantes de Venecia al menos desde hacía 10 meses. En este caso uno esperaría que los conspiradores capturados fueran sujetos a juicio público, y sus cabecillas condenados a muerte, mientras que los participantes menores serían condenados a prisión o expulsados del país. Pero no. Nada de eso. Ningún implicado en el complot sobrevive para contar su parte en lo sucedido. De hecho incluso algunos de los participantes que colaboraron con los Inquisidores de Estado también fueron ejecutados, algunos de ellos lejos de Venecia y varios meses después de los acontecimientos.

    Las primeras ejecuciones tuvieron lugar el 14 de Mayo de 1618. El 25 de Mayo, Sir Henry Wotton, entonces embajador Inglés en Venecia, escribe: "Toda la ciudad está en este momento bajo el horror y la confusión tras el descubrimiento de una insidiosa y temible conspiración de los franceses contra este Estado; [...] no menos de treinta han sufrido terrible castigo, entre hombres estrangulados en prisión, ahogados en el silencio de la noche, o colgados a la vista pública; y todavía el fondo es invisible". En aquel momento no se dio explicación oficial para las ejecuciones, y los rumores circulaban entre los venecianos de que la ejecución de tantos extranjeros tenía que ser un indicio de que la República había escapado a un grave peligro. El embajador inglés identifica esta supuesta conspiración como instigada por Francia porque todos los implicados identificados, Pierre, Renault, Lagland, Montcassin, Juven, Brulard, Jaffer y los hermanos Desbouleaux eran naturales de esa nación.

    Pierre y Lagland fueron ahogados el 14 de mayo, mientras servían en una flota fuera de Venecia, por orden del Consejo de los Diez al almirante de la flota, junto a otros 45 hombres, "con el menor ruido posible". El 18 de mayo Renault es estrangulado tras ser interrogado y torturado varios días, su cuerpo colgado en la Piazetta junto a los de otros. Los hermanos Desboleaux, capitanes corsarios al servicio de la Serenísima, fueron también ejecutados esa noche. Laurent Brulard fue estrangulado. El embajador francés se encontraba fuera de la ciudad, pero su casa es registrada el 19 de mayo. Venecia, conmocionada, es presa de toda clase de rumores. Pronto emerge la teoría de la conspiración y la rabia popular se dirige contra España que, después de todo, era el enemigo en aquel momento y mucho más odiada que Francia. La residencia del embajador español, Alfonso de la Cueva, marqués de Bedmar, es sitiada por turbas enfurecidas. De la Cueva exigirá del Vicedogo y posteriormente al nuevo Dogo elegido el 17 de Mayo, que se asegure su protección y tras recibir frías respuestas decidirá abandonar disfrazado la ciudad.

    Finalmente el 31 de mayo, se anuncia oficialmente que una conjuración española ha sido abortada y se requerirá del embajador veneciano en Nápoles, Gasparo Spinelli, que busque y proporcione pruebas de ella. Un informe es entregado por el Consejo de los Diez al Consiglio en esa fecha, detallando la información que habían recibido y sobre la que había basado su actuación. El informe es sin embargo contradicho manifiestamente y en muy importantes aspectos por las deposiciones de Pierre, y debe ser considerado como escrito con prisas y con la manifiesta intención de "construir el caso", y por ello revelando sólo cuanta verdad, mezclada con falsedades, interesaba a los magistrados hacer público en el momento. Toda mención de las denuncias de Pierre durante el largo periodo de diez meses es suprimida, y, sin embargo, el único hecho indiscutible es que dicha comunicación existió. Se manifiesta que la primera indicación de la conspiración se obtuvo sólo unos días antes de que se planeara llevarla a cabo, por parte de dos franceses, Montcassin y Juven, a quienes Pierre había tratado de reclutar. En el típico estilo veneciano, la sentencia se dicta antes del juicio, y todas las ejecuciones se han llevado ya a cabo antes de que nadie fuera sentenciado. El 20 de junio, se queman públicamente las efigies de Osuna y Quevedo. Osuna negó vigorosamente las acusaciones y se sintió ultrajado por la quema de su imagen.

    Aquellos que habían sido aparentemente perdonados por el Consejo de los Diez por su colaboración no lo fueron en la mayoría de los casos. Montcassin, uno de los declarados informadores, fue recompensado, enviado a Creta y allí eliminado durante una pelea de borrachos. Jaffier, un capitán francés, que proporcionó la evidencia principal contra Pierre y Renault fue recompensado con cuatro mil sequins, e instruido para que abandonara los territorios venecianos, pero, tras entrar en contacto con personas sospechosas en Brescia, fue traído de vuelta a la laguna y ahogado. Se cree que Juven, quien podría ser un pariente del mariscal de Lesdiguières, escapó al castigo, pero ello es por que se trata del único conspirador cuyo final nos es desconocido. Podemos pues atestiguar del gran esfuerzo realizado por el Consejo de los Diez para no dejar ningún testigo vivo.

    Los hechos sobre la conspiración terminan aquí. A partir de entonces se inicia la guerra diplomática. Venecia comenzará una guerra de propaganda para culpar principalmente a España, pero también a Francia, y Saboya alegremente apoyará esa versión. España y Francia negarán las acusaciones.

  7. #7
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    Para comprender la situacion:España,por sus conquistas tiene posesiones en Italia que
    chocan con los intereses de Venecia.Bajo el mandato del valido Lerma,que es quien verdaderamente manda en el Imperio Español,se ha llevado una politica relativamente
    suave.Con la caida de Lerma del poder,se inauguran psturas mas extremas con Uceda.
    Los españoles,son acusadosde pagar a un grupo de mercenarios (principalmente
    hugonotes) que con sus tropelias,"provoquen la intervencion" de la escuadra española
    anclada en el Adriatico.Hay que significar que son hugonotes.Tiene su importancia por que a la vez
    que suceden estos hechos,da comienzo la Guerra de los Treinta Años que aunque llevan
    el sello de lucha religiosa entre catolicos y protestantes,en realidad,es la disputa de la
    hegemonia en Europa.La actual division de credos en los paises europeos,nace ahi.
    Hasta ahora,ha existido una via maritima creada por Felipe ll,cuyo cometido,es el transporte
    de dinero a las tropas españolas desde Milan a los Paises Bajos.Evita ademas los ataques
    de Inglaterra y Francia,celosas del poderio español.Por otra parte,es relativamente segura
    ante las inclemencias del tiempo.En el año 1622,se hace necesario por la situacion belica y politica,abrir otra via.Es por este motivo,que el de Osuna y Quevedo como secretario y amigo,primero ataquen y despue negocien con los piratas que infectan la zona.!Razon de Estado!

  8. #8
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    Predeterminado

    De hecho 1618 marca uno de los momentos más tensos entre las relaciones franco-españoles, que tocan de rebote a Venecia. Ambos países estaban a la greña, como de costumbre, esta vez por el domino de la Valtelina, que tenía la llave del camino de Flandes y que bordeaba con Venecia.

    De hecho, tras los sucesos de Venecia y una sublevación protestante en la Valtelina parecía que la guerra iba a empezar en Italia. Luego resultó que los eventos de Praga de mayo de aquel mismo año serían el verdadero detonante del conflicto.

    Y que la religión era sólo la excusa para la guerra quedó claro cuando el cardenal Richelieu unió a la católica Francia a las fortunas protestantes.

  9. #9
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    Sres, no viene al caso mi comentario, pero que tema tan interesante traen!

  10. #10
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    @Agaveloco: Todo viene a cuento y se agradece, compañero.



    4. La propaganda

    Tanto España como Francia negaron cualquier implicación en los hechos, como ya he comentado. A pesar de que todos los ejecutados conocidos eran franceses, los venecianos acusaron a España basándose únicamente en la relación previa de los mercenarios Pierre y Lagland con Osuna y en supuestas confesiones de dudosa autenticidad. Osuna, en su carta al Consejo de Estado del 24 de Julio de 1618, declaró: "Por miedo de Francia y de su Rey, han decidido culparlo todo a un asunto entre don Alonso de la Cueva y yo... Jacques Pierre y Anglada (Lagland) eran dos corsarios franceses que desertaron de mis bajeles de corso". El mismo Quevedo negó cualquier participación en una carta al Consejo de España el 25 de Junio de 1618.

    Venecia también inició una operación de contrapropaganda. Andrée Mansau, de la Universidad de Toulouse, que analizó las cartas escritas de Paolo Sarpi al Consejo de los Diez (disponibles en el Archivio di Stato di Venezia: Sarpi, Fra Paolo, Venezia, Consiglio X. Consulte in jure, Filza XIII. November 18, 1618 «Sopra la congiura&#187 mantiene que demuestran que la acusación contra Osuna, Quevedo, Bedmar y Toledo fué una operación de contraespionaje [Mansau, Andrée: 1618: ¿Conjuración de los españoles contra Venecia o Venecia contra los españoles? Sarpi frente a Quevedo y Monod. Actas del VII Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas (1980)]. En su carta, Sarpi da instrucciones acerca del cuidado que se debe tener al presentar la versión veneciana de la conspiración, porque "Osuna, Bedmar y sus amigos franceses tratarán de presentar versiones que la desacrediten". Ella en particular destaca la siguiente frase:

    «Per conclusione par(sic) necesario che alcuno (C X) formasse relatione non solo vera, ma ancora intiera, si che si vegga un filo continuato di trattatione et in caso che... no sia saltato di sopra ma fatto ne negatione con le sue alternatione possibili, perche questo ancora rende gran crédito alie relationi. ... copia delle lettere e delle scritture appresse con li rebelli si publicherá, si renderá verisimile, et confermato» [En conclusión, parece necesario que alguien (C X) elabore una relación no sólo verdadera, sino completa, porque si se sigue un hilo continuo, y en caso de que... lo anterior no se evite, sino que se refute, junto a sus posibles alternativas, porque daría verosimilitud a la relación... copia de las cartas y escritos apresados con los rebeldes se publicarán, convirtiendolo en verosimil y confirmado.]

    Saboya también entra en la guerra de propaganda del lado de su aliada Venecia. César Vichard de Saint-Réal escribirá la versión más famosa de todas [La Conjuration des Espagnols contre la République de Venise en 1618, Paris, Claude Barbin, 1676]. Esta versión, que tiene más de novela de aventuras que de historia, se convertirá en la narrativa estándar de la conspiración, a pesar de contener errores de bulto: al parecer Saint-Réal no tenía demasiados conocimientos sobre el informe del Consejo de los Diez ni sobre la correspondencia del embajador francés, ni sobre las deposiciones de Pierre; además se desvía frecuentemente del manuscrito que sí cita, "Los interrogatorios de los acusados", un manuscrito que se contradice con los pocos hechos establecidos y con los usos bien conocidos del gobierno veneciano. Por todo ello Saint Réal es poco fiable. Una muestra de la desbordante imaginación de Saint Real es que atribuye a la magnificiencia de los Esponsales del Adriático el cambio de actitud de uno de los consiradores, Jaffier. Si no fuera porque las primeras ejecuciones tienen lugar el 14 de Mayo de 1618, y la citada Fiesta se celebró el 24...

    De hecho, el libro resultaba tan contradictorio y perjudicial para la causa que intentaba apoyar que su publicación fue prohibida en Venecia. Saint-Réal, un escritor mediocre, sólo será recordado porque uno de sus pastiches pseudohistóricos, Dom Carlos, inspiró algunos diálogos de una ópera de Schiller.
    Última edición por W.Anonymous; 02-may.-2012 a las 08:20

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