La Palabra de Dios | Las declaraciones de Dios al universo entero (La vigésima séptima declaración)

Dios Todopoderoso dice: “En las alegrías y tristezas de ser desgarrado del hombre para luego reunirme a él, no podemos intercambiar sentimientos. Separados arriba en el cielo y abajo en la tierra, somos incapaces de encontrarnos regularmente. ¿Quién podría liberarse de la nostalgia? ¿Quién podría jamás dejar de recordar el pasado? ¿Quién no podría anticipar con impaciencia la continuación de los buenos sentimientos pasados? ¿Quién no esperaría Mi regreso? ¿Quién no anhelaría Mi reencuentro con el hombre? Mi corazón está profundamente atribulado y sus espíritus están profundamente preocupados. Aunque somos iguales en nuestros espíritus, no podemos estar juntos a menudo y no nos podemos ver con frecuencia. […] Cuando suplican en voz alta, les volteo Mi rostro, ya no puedo soportar continuar viendo aquello; sin embargo, ¿cómo no podría escuchar su clamor lleno de lágrimas? Corregiré las injusticias del mundo humano. Llevaré a cabo Mi obra con Mis propias manos por todo el mundo, prohibiendo a Satanás que dañe otra vez a Mi pueblo, prohibiendo a los enemigos que hagan otra vez lo que les plazca. Me convertiré en Rey en la tierra y moveré allá Mi trono, haciendo que todos Mis enemigos se postren ante Mí y confiesen sus crímenes. En Mi tristeza la ira está mezclada, pisotearé a todo el universo hasta aplastarlo, sin perdonar a nadie y encendiendo terror en los corazones de Mis enemigos. Reduciré toda la tierra a ruinas y haré que Mis enemigos caigan entre las ruinas, para que a partir de entonces ya no puedan corromper más a la humanidad”.