El padre de las criaturas PARTE 3

[Panzer172]

La doctora Camille Dubois era una hermosa e inteligente científica de cuarenta abriles que entro a trabajar a la transnacional farmacéutica francesa un par de años después que Mijail.
El padre de Camille era un brillante médico cirujano francés y su madre una dama peruana de abolengo.
Camille vivió toda su infancia y adolescencia en el Perú y viajo a Francia para estudiar en la mejor universidad de Paris.
Camille anhelaba encontrar las curas contra el cáncer y el sida y de ese modo salvar miles de vidas en todo el mundo.

Mijail y Camille sintieron atracción mutua apenas se conocieron. Ambos no solo tenían en común su amor por las ciencias sino también su fascinación por las películas del gran Charles Chaplin.
Mijail y Camille se hicieron novios un mes después de haberse conocido. La diferencia de edades nunca les importo y tampoco las habladurías de la gente en el trabajo o cuando ambos caminaban por la calle agarrados de la mano.
Mijail nunca había experimentado el amor verdadero hasta que conoció a Camille.

Mijail estaba tan enamorado de Camille que él cometió el error de mostrarle los experimentos que él realizaba utilizando como conejillos de india a bellas jóvenes y a animales de distintas clases.
Mijail no quería ocultarle nada a Camille y por otro lado él deseaba que una científica tan brillante como Camille trabajara con él en su laboratorio secreto.
Camille dejo de sentir amor por Mijail en cuanto ella vio el laboratorio de su amado que más se parecía a una carnicería inmunda.
Encerradas en varias jaulas había criaturas que no eran ni humanos ni animales. Eran simplemente seres horribles y famélicos de apariencia cansada y con los ojos llenos de tristeza.

-Eres un monstruo, Mijail –dijo Camille decepcionada, asqueada y horrorizada-. Espero que Dios te perdone por lo que has hecho, pero no creo que eso suceda.
El corazón de Camille se partió a la mitad y llorando de tristeza ella se aparto de Mijail.
Camille no pudo salir del laboratorio porque la puerta del laboratorio estaba sellada.
La madura y hermosa doctora iba a darse la vuelta para pedirle a Mijail que le abriera la puerta cuando este le corto el cuello con un bisturí y le tapo la boca para que no gritara.
-Lo siento mucho, amor mío –dijo Mijail abrazando con fuerza Camille quien estaba pálida y tenía toda su ropa empapada con la sangre que emanaba a borbotones del corte en su cuello.

Mijail se sintió miserable y se odio a sí mismo por haber asesinado al amor de su vida. Sin embargo, él sabía que de haberla dejado ir, él nunca hubiera podido terminar su más ambicioso proyecto y hubiera terminado encerrado en una sucia jaula por el resto de su vida.
Mijail dejo abandonado el cuerpo de Camille en un peligroso barrio parisino para que todo el mundo creyera que ella murió víctima de un asalto.
Tras varios meses de investigación no se encontraron culpables y finalmente la policía francesa decidió cerrar el caso.